Massimo deseaba olvidar los errores de su pasado, así es como conoce a la bailarina de danza contemporánea, Sofia.
¿Pero ella seria suficiente para hacerlo olvidar a quien estaba acostumbrado a amar?
Saga chicas malas
Libro I: 90 días
Libro II: Ánge...
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"No tienes que darme una advertencia
Porque ninguno tenemos nada que ocultar"
Sofia terminaba su función del miércoles dando una reverencia al público, solo tenia dos días para responder a Don Massimo y aun no lograba tomar una decisión o de eso quería convencerse. Desde primero momento sabía que debía aceptar, era una bailarina de veinticuatro años con su primer papel protagónico.
A ella se le ocurrió preguntarla a su mejor amiga quien grito emocionada que se fuera, sabía que la apodaría en una decisión tan alocada. Solo 90 días era lo único que la convencía.
Pero no era tan simple, estar tres meses en un país que no conocía de nada, a merced de un hombre que podía venderla en pedacitos daba nervios a cualquiera. A pesar del dinero que le había ofrecido y necesitaba.
Realmente necesitaba ese dinero, más que nada. Su padre le había dicho que recibió una notificación de desalojo y con lo que ganaba en las obras no era suficiente.
Sofia camina hasta el camarín donde estaba April comiendo bombones que le había enviado el día de ayer Massimo, era una caja enorme de una
- Si folla la mitad de bien que son estos chocolates me empaqueto sola o me hago pasar por ti - dice la chica de pelo ondulado riendo
- Eres asquerosa- suspira Sofia sacándose el vestido con cuidado de su cuerpo, ya que tenia pequeños cristales que podían caerse y costaban una fortuna.
- Estaba pensando- comienza su amiga llevándose el sexto chocolate a su boca- yo puedo dar las clases en verano en tu academia
- No te haría eso April, no tienes vacaciones desde hace años y viajarías con Jackson por carretera, no es justo.
- Y tú tampoco tienes vacaciones desde hace nunca, Jackson no se molestará estoy segura de que se arrepiente de viajar conmigo por carretera – ríe- puedo hacerlo Sofia, escúchame- suspira- mira cuando era una niña y mi padre se fue a la guerra tu madre decidió darme una beca completa, no era buena bailarina, pero ella me enseño a hacerlo. Estoy en New York porque ella creía en mí, déjame devolveré el favor. ¿Sí?
Sofia suspira, April camina hacia ella envolviéndola con sus brazos mientras acaricia su espalda.
- Me encantaría ayudarte con el dinero- susurra- pero es imposible para mí. Déjame ayudarte de esta forma ¿sí?
