Capitulo 13

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Mi vida había cambiado notablemente desde que tome la decisión de venir aquí, ya no me sentía amenazada, me sentía protegida, me sentía en paz, y me gustaba sentirme así, por lo menos aunque fuera un rato.
Ian se quedó conmigo en el hospital cuando los demás se fueron, Markus me dijo que el iría a comer y volvía pronto para quedarse conmigo también ya que me daban de alta el día siguiente según lo que me dijo la enfermera.
Markus es el chico más dulce que eh conocido, ah estado conmigo cuidándome todo el tiempo, siempre muy atento a lo que necesitaba, era como el hermano que nunca tuve.

Aunque ya me encontraba en un estado de salud decente, el doctor dijo que por hoy debía quedarme en el hospital para así poder vigilar mi progreso, no objete y me quedé mirando el techo blanco con paneles y las paredes del mismo color.

- ¿Cómo te sientes?- pregunto Ian a un lado de la cama.

- Estoy bien, gracias por acompañarme y preocuparte tanto por mi.

- No es nada mía ragazza, estoy encantado de hacerlo, me gusta mucho pasar tiempo contigo.

Lo mire a los ojos y me incline para abrazarlo, el me correspondió levantándose de su asiento y abrazándome con fuerza.

- No volverás a estar sola ¿Esta bien?- hablo el a mi oído
Asentí con un movimiento, no quería apartarme de el, me gustaba estar entre sus brazos, me sentía tan segura y extremadamente bien.
Nos estábamos separando cuando una de las manos de Ian subió de mi cadera hasta un costado de mi cara, acariciando a su vez el contorno de mis labios, lo mire sin saber que hacer o decir, sin pensarlo demasiado se fue acercando poco a poco para no espantarme y puso sus labios en los míos; su tacto fue delicado, no muy salvaje, y tranquilo, Con su mano libre tomo mi cadera más fuerte como si tuviera miedo a soltarme, y justo cuando el beso se intensificaría escuchamos un leve carraspeo proveniente del otro lado de la habitación, dirigí mi mirada hacía la persona que lo emitió y me encontré con Markus parado en la puerta con unas bebidas que parecían café.

Luego de un rato intercambiando miradas, se acercó a nosotros y nos miró interrogadoramente.

- Te traje un cappuccino, se que te gusta- dijo mirando directamente al chico que estaba a un lado de mi.

- Muchas gracias, no tenías porque hacerlo

- No es molestia pequeña, no lo agradezcas.

Tome mi cappuccino con lentitud, no quería atragantarme. El ambiente se sentía tan tenso que se podía cortar con un cuchillo, por una parte quería saber por qué ellos se detestaba de aquella manera, pero entendía que no era de mi incumbencia, pero por un lado estaba mi amistad con el grupo y por el otro estaba Ian, así que algún día tendría que enterarme de lo que fuera que paso con ellos.
- Voy a salir un rato, ¿Quieres que te traiga algo? - sin apartar su mirada de Markus, hablo Ian a mi lado.

- No tranquilo estoy bien, gracias de igual forma.- el ambiente entre nosotros no se sentía para nada incómodo, incluso parecía que no hubiera sucedido absolutamente nada.

- Igual te traeré algo, solo preguntaba por cortesía.- respondió con una media sonrisa de lado. Se levantó y antes de marcharse me besó en la frente y luego fue hasta mis labios, dando un pequeño beso, no me esperaba eso en absoluto ya que pensaba que había sido un accidente lo que hicimos antes, pero claramente no me queje ante su tacto.- te veo en un rato ¿si? Llámame si hay algún problema.

- De acuerdo

Cuando Markus y yo nos quedamos solos, casi inmediatamente sentí su mirada sobre mi, exigiendo una explicación.

- No me mires así, me hace sentir como si estuviera haciendo algo malo.

- Perdón Aisha pero es que no lo entiendo, nosotros de decimos que te alejes por que el es peligroso y tú vas y ¿comienzas una relación con el? - inquirió el con un tono visiblemente molesto.

- No estoy en una relación con el ¿okey?, ¿Y que quieres que haga?, ¿Que me aleje de el solo por que ustedes dicen que es peligroso? Ni siquiera me han dicho el porque dicen eso, no me dicen nada por más que lo pregunté y no obedeceré una orden la cual nadie me explica por qué la emiten- respondí algo agitada a lo cual el aparato que estaba a mi lado comenzó a sonar alocadamente debido a mis pulsaciones.

Markus se levantó de su asiento rápidamente al ver lo que estaba pasando, ya que por órdenes del doctor no podía tener una emoción fuerte o alterarme. Se paró a mi lado viéndome preocupado y tomando mi mano entre las suyas.

- De acuerdo Aisha, está bien cálmate por favor, respira.

Cumplí con su petición y respire profundamente y bote el aire, repetí ese procedimiento unas cuantas veces hasta que sentí mi pulso normalizarse.

- Lo lamento ¿está bien?, Solo que no es bueno que estés con alguien como el, no te puedo decir las razones ya que no es permitido, pero si te sientes bien con el, no volveré a entrometerme.

- Esta bien, gracias por preocuparte como si fuera tu hermana.

- No me lo sigas agradeciendo, y para mí es un honor ser tu hermano y protegerte de todo, te dije que no estabas sola y eso para mí es una promesa Aisha - se inclinó y me abrazó fuertemente, puso sus labios en mi cabello y me dio un sonoro beso al cual respondí abrazándolo con más fuerza.

- No se cómo agradecerte todo lo que estás haciendo por mi, no estoy acostumbrada a recibir este trato y aprecio mucho que seas tú el primero que lo haga.

- ¿Qué sucede con tus padres?, ¿ellos no cuentan?

Al escuchar esas palabras me quedé congelada sin responder sus preguntas, no quería tener nada que ver con respecto a mis padres, los dejé en mi pasado y no quería volver a el. Markus por su parte se dio cuenta de que algo andaba mal, pero no pregunto nada, solo acaricio mi cabello y me dijo:

- ¿Sabes que algún día me tendrás que contar lo que te paso verdad? No es bueno para ti llevar todo el peso sola.

- No me siento preparada para hablar sobre mi pasado sabes, para mí es muy duro, y dudo que me sienta preparada algún día.

- Cuando quieras hablar de eso y desahogarte solo llámame de acuerdo, aquí tienes a tu nuevo hermano mayor así que mi deber es ayudarte y protegerte si tú me lo permites.

- ¿Por qué carajos no llegaste antes a mi vida? Te necesitaba tanto y no sabes cuan agradecida estoy con que estés conmigo ahora.

- Y lo estaré el tiempo necesario o hasta que me pidas que me aleje.

- No creo ser capaz de pedirte algo así- luego de decir aquello lo abrace fuerte, no quería soltarlo ya que tenía miedo de que desapareciera como lo habían hecho las demás personas de mi pasado.

La puerta se abrió lentamente y detrás de ella apareció Ian con una caja decorada con donas, las puso en la mesita que tenía a un lado y luego se sentó con nosotros y justo en ese momento me sentía plena y en paz.

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