Un año después de su ruptura el gran alfa Min Yoongi regresa a reclamar lo que por derecho le pertenece y nadie impedirá que arrastre de vuelta a su destinado, aunque lo destruya en el proceso.
"Te marqué como mi propiedad desde el primer momento e...
El aire frío entraba de manera torrencial por el ventanal abierto de la habitación la cual daba una maravillosa vista al denso bosque que rodeaba la hermosa mansión en la que estaba cautivo.
Los vellos de su cuerpo se erizaron y su cuerpo tiritó al sentir la fuerte ráfaga impactar contra su cuerpo desnudo, sus manitos se hicieron puños tomando la gruesa sábana frente a él deseando poder cobijar su débil cuerpo con la única intención de entrar en calor y protegerse, todos sus sentidos estaban alerta, a la espera de lo que intuía se avecinaba y no podía evitar que de sus pequeños ojos salieran lágrimas a pesar de mantenerlos cerrados.
-¿Quien es tu alfa Jimin?- preguntó la voz gruesa justo a su espalda.
Negó en repetidas ocasiones, sintiendo el miedo dispararse en su sistema, el nudo en su garganta impidiéndole formular una respuesta coherente. Sintió el frío tacto sobre su espalda y el cálido aliento detrás de su oreja -¿Te rehúsas a responder?- el omega negó nuevamente, todo el valor que creía poseer disolviéndose en cuestión de segundos -¡Mírame Jimin!- la orden fue clara y directa, así que tomando el valor que no tenía levantó la vista hacia el imponente alfa que se erguía frente a él.
Sus ojos eran como dos pozos oscuros y atrayentes que le obligaban a no despegar la vista aunque se estuviera muriendo de miedo -¿Seguirás con esto?- preguntó notablemente molesto-Eres mi omega y tu deber es estar a mi lado-
El omega castaño se tensó temeroso, sin embargo se obligó a hablar -No quiero- respondió al fin con temor -No quiero estar contigo así seas mi destinado- apretó la mandíbula con rabia mientras de sus ojos escapaban lágrimas de frustración al saber que su voluntad no importaba, nunca había importado, simplemente era una vil pieza en un rompecabezas que se había desarmado y se estaba rearmando después de mucho.
Una fuerte y ronca carcajada brotó de los finos y bonitos labios del alfa, una que le heló la sangre hasta el punto de hacerlo temblar -Aquí lo que tu quieras no importa, eres mi omega y llevaras a mis cachorros en tu vientre, te voy a preñar tantas veces, hasta que aceptes tu destino, estarás conmigo hasta que me canse de ti- tomó su barbilla con brusquedad obligándolo a verlo directo a los ojos -¡Mírame!- ordenó.
Su garganta se secó, quiso gritar de frustración, sin embargo sus hombros cayeron en señal de rendición y sus ojos buscaron los ajenos -Alfa- vociferó mostrando su cuello, rendido, humillado y sumiso ante ese imponente y hermoso hombre que para su mala fortuna aún seguía amando.
-Tu alfa- musitó acariciando su mejilla.
-Mi alfa- repitió dejando escapar lágrimas de tristeza y perdida sabiendo que no era más que lo que él deseaba que fuera, siendo consciente de que ya no podía luchar más porque quizá su destino ya estaba escrito y aunque lo odiara no había forma de cambiarlo.
-Diosa sálvame- imploró sabiendo que su infierno a penas comenzaba.
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