25 | the plan

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VEINTICINCO
el plan







Después de ir a examinar el árbol del rayo, volvemos a la playa. Beetee se pasa horas trabajando con su alambre, mientras que los demás tenemos la tarde libre.

Katniss y Peeta se meten en el agua a pescar y a recoger marisco. Puede que sea la última vez que podemos comerlo, así que decidimos darnos un banquete. Finnick les ayuda un rato y luego me acompaña a la jungla a tratar de encontrar frutos que nos sirvan para acompañar la comida, también para saber qué alimentos tendremos cuando perdamos el marisco.

Después de que los del 12 terminen con la pesca y Finnick y yo con la recolección, nos dedicamos a limpiar y preparar la comida.

Un paracaídas cae. Lleva un bote de salsa roja picante y otra ración de pan del Distrito 3. Cada vez tenemos más pan. Finnick se pone a contarlos inmediatamente.

—Otra vez veinticuatro.

Repartimos los bollitos del 3, los panecillos del 8 y mi medialuna del 11. Luego, comemos el pescado, el marisco y las ostras. La salsa hace que el sabor mejore muchísimo. Todos comemos hasta que no podemos más. Incluso tomamos postre, untando mermelada de las bayas que Finnick y yo hemos recogido en el pan. Las sobras las tiramos al mar, para que los profesionales no las cojan cuando nos marchemos.

Luego, solo queda esperar. Finnick me rodea con sus brazos y nos quedamos sentados en la arena, junto a Johanna y Dae. Peeta y Katniss se sientan junto a la orilla de la mano, algo apartados. Beetee trabaja en silencio con su alambre. No hablamos: ninguno lo necesita. Finnick me acaricia el pelo o me da algún que otro beso en la mejilla de vez en cuando, haciéndome sonreír, pero no intercambiamos palabra.

Nadie dice nada hasta que Finnick y Katniss calculan que son más o menos la nueve. Nos ponemos todos de pie y vamos hasta la playa de las doce. Al llegar, nos introducimos en la jungla y avanzamos hasta el árbol del rayo. Beetee le pide a Finnick que lo ayude, mientras el resto montamos guardia.

Antes de atar el alambre al árbol, Beetee desenrolla metros y metros de cable, hace que Finnick lo ate con fuerza a una rama rota y lo deja en el suelo. Me digo que es mucho más largo de lo que parecía enrollado: había esperado los suficientes metros para llegar a la playa, sí, pero parece que incluso sobrarán.

Beetee y Finnick se ponen cada uno a un lado del árbol y se van pasando la bobina para rodear el tronco de alambre una y otra vez. Me fijo en que siguen un patrón, pero no sé si es importante o no. No sé absolutamente nada de ello.

Entonces es cuando Beetee nos revela el resto del plan. Como nos hemos movido con rapidez entre los árboles, quiere que Dae, Johanna y Katniss se lleven la bobina a través de la jungla, desenrollando el alambre mientras avanzan. Tienen que extenderla por la playa de las doce y soltar la bobina metálica con lo que quede en la parte profunda del agua, asegurándose de que se hunda. Después correrán hacia la jungla. Si se van ahora, ahora mismo, deberían tener tiempo para ponerse a salvo. Mientras tanto, yo tendré que ir en busca de Chaff y asegurarme de que se pone a salvo.

—Quiero ir con ellas para protegerlas —dice Peeta de inmediato.

Finnick aprieta los labios y evita mirarme a los ojos. Sé que no le hace la menos gracia que me vaya, pero también es consciente de que tiene que dejarme hacerlo. Él también aprecia a Chaff. Entiende lo que es querer proteger a tu compañero de distrito. Tiene que dejarme hacerlo.

✓ EYES OPEN » finnick odairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora