05 | the interviews

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CINCO
las entrevistas







Después del desayuno, Thresh y yo vamos al salón y nos sentamos en el sofá.

—Muy bien. ¿Cuál va a ser mi enfoque? —pregunta.

Le miro atentamente.

—Con tu físico y tu nota en los entrenamientos privados, creo que te saldrá bien si eres malhumorado y hostil. Tampoco te costará mucho.

Parece que escuchar aquello tampoco le alegra. Chasqueo la lengua.

—Venga, Thresh, sabes tan bien como yo que es verdad. Son reacciones como esa las que me hacen tener razón.

Él ríe entre dientes.

—¿Y qué hago cuando me pregunten?

—Ignora los intentos de Caesar por bromear —digo, recordando el talento del presentador para ello—. Siempre hace esas cosas. Y responde sí o no. O, directamente, no respondas nada. Impresionarás a los patrocinadores, te lo digo de verdad.

—¿Estás segura? —pregunta, no muy convencido.

—¿Nunca has visto las entrevistas? A los del Capitolio les encantan los que actúan así.

—¿Cómo crees que serán los demás?

Me encojo de hombros.

—No pienses en ello. Ser de los últimos es peor, porque tienes que ver las entrevistas de los demás. Los de los primeros distritos solo tienen que hacerlo y se acabó. Pero no te pongas nervioso. Lo harás bien, dejarás a todos impresionados.

Él asiente con la cabeza. Voy enumerando más consejos conforme van llegando a mi mente y, luego, comienzo a hacerle preguntas como si yo fuera Caesar. A Thresh le sale tan natural hablar con monosílabos que ni parece costarle seguir mi charla constante.

—¿Por qué me ayudas? —pregunta tras varios minutos, cortando de lleno la falsa entrevista.

Me encojo de hombros, algo rígidamente. Comprendo a qué viene la pregunta.

—Es mi trabajo —respondo, sorprendida por la pregunta—. Soy tu mentora.

—Pero quieres que gane Rue.

—Quiero que ganéis los dos. Otra cosa es que eso sea posible. —Suelto un suspiro y me echo hacia atrás—. Ojalá pudiera traeros a ambos de vuelta.

—Pero no puedes —se limita a decir él—. Solo puedes elegir a uno para que sobreviva. Y tú desde el principio escogiste a Rue.

Le miro fijamente, y veo lo nervioso que está, a pesar de todos sus esfuerzos por esconderlo.

—Te lo repito. No voy a abandonarte. Si un patrocinador me da dinero para ayudarte, no voy a utilizarlo para ayudar a Rue. Por mucho que quiera que ella vuelva, no voy a dejarte morir así como así. Haré lo posible para que estéis entre los finalistas. Y luego... pasará lo que tenga que pasar —digo, sintiendo un nudo en el estómago—. No quiero que mueras Thresh. Jamás me escucharás decir lo contrario. Quiero que vuelvas y tengas la vida que mereces, pero...

Es imposible y lo sé. Si las oportunidades de vencer se reducen a ellos dos... ¿Thresh matará a Rue? ¿Sería capaz de ello?

—No voy a matar a la niñita —susurra él, como si me hubiera leído el pensamiento—. Nunca lo haría. Nunca te haría eso.

—Gracias —mascullo.

Hubo un tiempo en que Thresh era una de las personas más importantes de mi vida. Como Zinnia, como nana Yasmin. Como Jared.

✓ EYES OPEN » finnick odairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora