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06 | the memories

SEIS
los recuerdos

—Ha conseguido que se olviden de todos los demás —dice Johanna, observando a la multitud, que grita sin parar.

Los dos tributos del 12 aparecen en pantalla durante el himno, separados por varios metros.

—Ha sido una buena estrategia. Haymitch ha tenido una gran idea —me limito a decir, mientras vamos hacia los ascensores.

—Estoy seguro de que Katniss no sabía nada —dice Finnick, entre risas—. ¿Has visto su cara? Yo, en su lugar, estaría furioso.

—Estoy bastante segura de que está furiosa —respondo, riendo—. Si llega a pasarme algo así, querría desaparecer por siempre.

Perdemos a Johanna y Dae entre la multitud. Finnick y yo entramos en un ascensor, junto a los chicos del 3 y Marina, del 4. Esta última me mira con desprecio, pero por esta vez no dice nada.

Los chicos del 3 bajan en su planta y la puerta del 4 se abre. Marina sale de inmediato, pero Finnick se gira hacia mí.

—¿Nos vemos mañana para ver el inicio?

—Claro. —Aprieto los labios al recordar lo que también me espera mañana—. Y por la noche, la fiesta.

—Exacto —dice él, y se le nota tan emocionado como a mí. Es decir, nada en absoluto—. Te veo mañana.

Finnick sale del ascensor y las puertas se cierran. Subo hasta la planta del 11. Rue y Thresh ya están ahí, con Hera y los estilistas. Abrazo a Rue y asiento en dirección a Thresh, aunque no le miro a los ojos.

No quiero estar junto a él, no ahora. Pero debo hacerlo y no puedo hacer nada que no sea ignorar lo que pasó por la mañana, por difícil que se me haga.

—Lo habéis hecho muy bien —digo—. Thresh, he escuchado a varios mentores diciendo lo bueno que eres. Y Rue, te has ganado al público.

Necesito subirles la moral, porque tengo bien presente que estas son las últimas frases que voy a decirles antes de que vayan a la arena. Igual exagero un poco, pero veo que eso les relaja un poco y me convenzo de que no es para tanto.

—Pero el del 12 ha hecho que se olviden de nosotros —masculla Thresh.

Aunque a mí me molesta tanto como a él, le quito importancia.

—No os preocupéis por eso. Vamos a cenar.

Cenamos y vemos la repetición de las entrevistas. Luego, me dirijo a los dos chicos. Mañana no les veré más, serán los estilistas los que les acompañen. Este es el último adiós y ahora me lamento de no haber podido hacer muchas otras cosas de un modo diferente. Sé que no he sido la mejor mentora, pero espero haber sido suficiente.

Espero poder hacerlo mejor buscando patrocinadores. Necesito hacerlo mejor buscando patrocinadores.

—En la Cornucopia, intentad conseguir algo y salid corriendo —les aconsejo—. Escondeos y buscad agua. ¿Entendido?

Ellos asienten con la cabeza. Se me han acabado los consejos, así que permito que la escolta les diga adiós. Hera se despide de los dos con lágrimas en los ojos. Tras dudar por un momento, abrazo a Thresh y le deseo suerte. Él me susurra que mantendrá su promesa, además de un «lo siento» al que no puedo responder. Luego, se marcha. Todos se marchan, de hecho, menos Rue y yo. La miro en silencio y las dos nos abrazamos.

Siento un dolor agudo en el pecho al separarme para mirarle directamente a los ojos.

—Te conseguiré patrocinadores, te lo juro. Haré lo que sea por traerte a casa, conmigo —susurro.