Último año
de preparatoria.
Octubre.Bucheon, Gyeonggi.
La mayoría de las historias empiezan por el principio. Pero no ésta. Ésta comienza por el final. O, al menos, lo que yo pensaba que era el final; de mi vida, mis sueños, mi futuro. Pensé que todo había terminado a causa de dos palabras:
-Es positivo.
Dos palabras. Dos pequeñas rayas azules.
Mi estómago cae y mis rodillas pierden voluntad. La camiseta verde de béisbol de la Preparatoria Sunshine se adhiere a mi torso, con manchas oscuras de sudor debajo de mis axilas, y no tiene nada que ver con el sol de Bucheon. Tomo el palito de la mano de SooJung y lo sacudo, con la esperanza de que una línea azul desaparecerá.
No sucede.
-Mierda.
Pero incluso a los diecisiete años, mis habilidades de debate son agudas. Ofrezco un contraargumento, una explicación. Una duda razonable.
-¿Tal vez lo hiciste mal? ¿O tal vez está defectuoso? Deberíamos conseguir otro. Krystal sorbe por la nariz mientras las lágrimas se acumulan en sus ojos azules.
-He estado vomitando cada mañana por la última semana, Byul. No he tenido mi periodo en dos meses. Es positivo. -Se seca las mejillas y levanta la barbilla-. No robaré otra prueba de la tienda del señor Park para que nos diga lo que ya sabemos.
Cuando se vive en un pueblo pequeño, particularmente una pequeña ciudad del sur, todos conocen a todo el mundo. Conocen a tu abuelo, tu mamá, tu salvaje hermano mayor y la dulce hermana menor; saben todo sobre tu tío que se quedó encerrado en la penitenciaría federal y el primo que nunca estuvo bien después de ese desafortunado incidente con un tractor. Las ciudades pequeñas hacen que sea demasiado incómodo conseguir condones, demasiado difícil estar con píldoras anticonceptivas, e imposible comprar una prueba de embarazo.
A menos que quieras que tus padres escuchen todo sobre eso incluso antes de que tu chica tenga tiempo de orinar sobre el palito.
SooJung envuelve los brazos alrededor de su cintura con manos temblorosas. Tan muerta de miedo como estoy, sé que nada se compara con lo que está sintiendo. Y eso es mi culpa. Yo hice esto; mi avidez, mi excitación. Jodida estupidez.
Así que el hecho de que mi chica está "en problemas", no es culpa de nadie más que mía.
-Oye, ven aquí. -Coloco su cuerpo contra mi pecho, sosteniéndola con fuerza-. Estará bien. Todo estará bien.
Sus hombros se sacuden mientras solloza-: Lo siento tanto, Byul.
Conocí a Jung SooJung en primer grado. Puse un sapo en su mochila porque mi hermano me retó a hacerlo. Por dos meses me lanzó bolitas de papel en mi cabeza en venganza. En tercer grado, pensé que estaba enamorada de ella; para sexto grado me encontraba segura de ello. Era hermosa, divertida, y podía lanzar un balón mejor que cualquier chica, y la mitad de los chicos; Lo supe. Rompimos en octavo grado cuando Momo Hirai ofreció dejarme tocar sus pechos.
Y lo hice.
Volvimos a estar juntas ese siguiente verano, cuando gané un oso para ella en la feria.
Es más que mi primer beso, mi primer todo. Krys es mi mejor amiga. Y yo soy la suya.
Me aparto para poder mirarla a los ojos. Toco su rostro y acaricio su sedoso cabello rubio. -No tienes nada que lamentar. No hiciste esto tu sola. -Alzo las cejas y sonrío-. Yo también me encontraba ahí, ¿recuerdas?
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Rechazada [G!P]
RandomComo toda abogada defensora de Seúl, Moon Byul Yi mantiene la cabeza fría, sus preguntas son punzantes, y sus argumentos irrefutables. No la llaman la Encantadora de Jurados por nada. Con su acento sureño, sonrisa encantadora, y cautivadores ojos ve...