Byul
—Nunca he visto uno tan grande. Es demasiado grande.
—No es tan grande.
—¡Es monstruoso! Me va a matar.
—Te lo prometo, te encantará, cariño. Tócalo.
Jadea. —No puedo. Tomo la mano de YongSun y la presiono contra la piel cálida. Obligando a sus dedos a acariciarlo.
—¿Ves? Le gustas. Ahora sólo tienes que montarlo, entonces realmente le gustarás.
El lunes por la mañana, finalmente traje a YongSun a la cooperativa para conseguir un buen par de botas. Admiró un par de botas de montar de cuero marrón con costuras de color rosa y un sombrero a juego. Y tuve que dárselos, la mujer puede usar un jodido sombrero como nadie.
Una vez llegamos a casa, me pareció una buena idea darle a su equipo un buen uso.
Y llevarla a montar a caballo.
Apoya su mano sobre el abrigo negro y suspira —Así que ésta es la forma en que voy a morir.
Ruedo los ojos —¿Desde cuando eres tan dramática? ¿O cobarde, si vamos al caso? Tienes un perro del tamaño de un pequeño toro.
Estamos fuera de los establos, ensillando a Blackjack, un semental gentil y tranquilo, el primer caballo que Aeri cabalgó por sí misma.
YongSun lo mira con cautela. —Mi perro no va a tirarme y romper mi cuello. O patearme. O pisarme.
Subo la silla de montar sobre el lomo de Blackjack —No... sólo rasgará tu garganta si lo fastidias.
Capta la acusación en mi observación. —Ese es un vil estereotipo a los Rottweiler. ¡Jjing Jjing nunca haría eso! Es mi dulce bebé.
—Nunca he visto un bebé con unos dientes como los suyos. — Aprieto los seguros y aseguro la última hebilla. Entonces, golpeo el costado de Blackjack, de la forma en que me gustaría estar golpeando el culo de YongSun.
—Ahora, monta.
YongSun levanta la mirada hacia el enorme animal. Sus ojos redondos, su expresión completamente intimidada y vulnerable. Y parte de mi debe ser un enfermo hijo de puta, porque me esta encendiendo.
Da un paso hacia adelante, levanta sus manos, dobla su rodilla... y se acobarda.
—¡No puedo! No puedo, no puedo, no puedo, no puedo. ¡Simplemente no puedo!
Me río, palmeando su hombro. —Está bien, no sufras un ataque al corazón, será más divertido de esta forma, de todos modos.
Me subo sobre el lomo del caballo, bajo la mirada, y le tiendo la mano.
Sus cejas se fruncen. —No sé si los humanos estamos destinados a montar algo tan grande.
Sonrío. —Vamos, Sun, confía en mí. Te tengo. YongSun respira, agarra mi mano, y pone su pie izquierdo en el estribo. Blackjack se queda completamente inmóvil mientras la jalo y balancea su pierna sobre su lomo, sentándose delante de mí.
Su trasero cubierto en pantalones vaquero se presiona justo contra mi polla. Su espalda apoyada contra mi pecho, su cabello rozando mi cara, y huelo gardenias. Este viaje será el mejor tipo de tortura. Sintiéndola, abrazándola con fuerza, pero sin poder hacer nada al respecto, un delicioso y jodido tormento.
Envuelvo mi brazo alrededor de su cintura, jalándola hacia atrás, sosteniendo las riendas en mis manos. —Relájate, YongSun —le digo en voz baja—. Nunca dejaría que algo te sucediera.
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Rechazada [G!P]
AcakComo toda abogada defensora de Seúl, Moon Byul Yi mantiene la cabeza fría, sus preguntas son punzantes, y sus argumentos irrefutables. No la llaman la Encantadora de Jurados por nada. Con su acento sureño, sonrisa encantadora, y cautivadores ojos ve...