YongSun
En algún momento antes de la mañana, me despertó el constante roce de la pelvis de Byul contra mi trasero. Su mano se desliza hacia arriba por mi estómago, apretando mi pecho y luego trazando mi pezón endurecido con la punta de los dedos, de una manera que me hace arquear la espalda presionándome hacia su caricia. Sus dientes raspan mi hombro y se siente salvaje y peligroso.
No espera permiso, pero gimo que es lo mismo.
Entonces esos dedos mágicos se encuentran entre mis piernas, deslizándose y esparciendo la humedad que ya está allí. Toma mi mano y presiona mis dedos sobre mi clítoris, frotando círculos delicadamente.
Su voz es ronca por el sueño cuando instruye-: Sigue haciendo eso.
La calidez de su pecho desaparece de mi espalda y la cama vibra con su movimiento. El sonido de la rasgadura del empaque perfora el aire, de lo contrario silencioso, y luego regresa, su piel caliente presionándose, labios abriéndose camino hasta mi cuello, a la sensible piel detrás de la oreja.
Mi aliento se vuelve jadeos rápidos y mis dedos se presionan con más fuerza, el placer aumentando, tensando mi estómago. La respiración jadeante de Byul hace cosquillas en mi hombro cuando agarra mi rodilla y levanta mi pierna.
Sí. Esto. Ahora.
Ahora por favor.
No me doy cuenta de que hablé en voz alta hasta que siento su sonrisa. -Debimos tener el mismo sueño. Y entonces me llena. Totalmente. Perfectamente. Abriendo mi coño con su dureza, gruesa y pesada. Mi cabeza se inclina hacia atrás, mi barbilla se levanta con un gemido excitado. El aire escapa de sus labios en una corriente silbante y larga mientras empuja lentamente.
Siento su polla contra mis dedos y alcanzo más abajo, acariciándolo donde golpea dentro y fuera con un ritmo constante. Jesús, Dios, me encanta cómo se mueve, cómo conoce el ángulo correcto, la velocidad correcta para llevarme directamente al borde del abismo. No tengo que decir una palabra, hacer algo. A menos que quiera, a menos que ella me diga.
Su mano aprieta mi pierna con más fuerza y alcanzo la parte trasera de su muslo, la firme curva de su culo, empujándolo en mí más profundo.
Haciéndola gemir.
Byul succiona el lóbulo de mi oreja, su voz es ronca. -Maldita sea, Sun, me encanta follarte así. Ser capaz de ver cada centímetro tuyo. Tan malditamente hermosa.
Se hunde más fuerte, su pelvis golpea fuertemente contra mi culo.
-¿También te encanta? -dice jadeando. Suelta mi pierna, pero la mantengo elevada, sintiéndose demasiado bien como para dejarla caer. Luego sus dedos pellizcan y tiran de mis pezones, de forma tortuosamente exquisita.
-Muéstrame -gruñe-, muéstrame lo bien que se siente. Cuánto te encanta.
Con un gemido devuelvo su empuje, imitando todos sus movimientos. Me inclino hacia adelante hacia la cintura, para hacer palanca, yendo hacia atrás mientras empuja hacia adelante. Más Rápido. Construyéndolo. Más.
-Mierda, eso es, cariño.
Y nos convertimos en una pulsante y retorcida masa de placer. Gemidos y jadeos, extremidades agarrándose y músculos contrayéndose. Mis uñas se clavan en la piel de su pierna cuando me vengo, mi boca abierta contra la sábana fresca de la cama, gritando silenciosamente.
Byul me empuja sobre mi estómago, cubriéndome. Tres poderosos empujones más de sus caderas y está gruñendo contra mi espalda de la manera más sexy. La siento hincharse dentro de mí - palpitante, duro y caliente- cuando se viene. La sensación, sus sonidos, me dan ganas de empezar todo de nuevo.
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Rechazada [G!P]
RandomComo toda abogada defensora de Seúl, Moon Byul Yi mantiene la cabeza fría, sus preguntas son punzantes, y sus argumentos irrefutables. No la llaman la Encantadora de Jurados por nada. Con su acento sureño, sonrisa encantadora, y cautivadores ojos ve...