Capitulo 22

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YongSun

El viernes por la mañana, la luz del sol en mi rostro y un cosquilleo en mi nariz me despiertan de un sueño profundo y emocionalmente agotador. Mis ojos se entreabren... y lo primero que veo es el rostro de Eric Nam, sonriendo tan ampliamente como el payaso Eso. 

—¡Levántate y brilla, pastelito! 

—¡Ahh! —grito, retrocediendo bruscamente, golpeándome la cabeza contra la frente de Byul. Aeri regresó con nosotras anoche, y la arropó en la cama de la habitación de MinHyuk. Luego, las dos vinimos aquí juntas, y rápidamente caímos rendidas. 

¿Qué en nombre de Dios está haciendo Eric aquí? ¿En la habitación de Byul? ¿En el maldito Bucheon? 

El brazo de Byul me jala contra ella y su mano empuja mi cabeza de nuevo hacia la almohada. —Es una pesadilla —murmura—. Vuelve a dormir y ellos se irán. 

¿Ellos? 

Me incorporo. Jung Wheein me saluda desde la silla de la esquina. — ¿Qué están haciendo los dos aquí? Y más importante, ¿dónde diablos está mi perro? 

Eric mira con atención los trofeos de béisbol de Byul. — Jjing Jjing se encuentra bien, está con JungKook, son mejores amigos. 

JungKook es el mayordomo de Eric. Un mayordomo joven, de veintiún años de edad, cariñoso y rígidamente correcto que viene de una larga línea de mayordomos. El padre de JungKook es el mayordomo de los padres de Eric, como una feliz familia de sirvientes contratados. Parte de la misión de vida de Eric es conseguir que JungKook actúe como un joven normal de veintiún años, sólo una vez. 

—¿Pero por qué están aquí? —pregunto, mi voz todavía rasposa por el sueño. 

Eric se encoge de hombros. —He estado en Milán, París, Roma, pero nunca en Bucheon. Pensé que sería interesante ver la ciudad natal de Moon por el fin de semana. Ampliar mis horizontes. Wheein ha venido antes, ella conocía el camino. Y las extrañamos, chicas; la oficina se ha sentido muy solitaria sin ustedes. Lo hicieron sonar tan genial por teléfono, que supe que tenía que venir a vivir la experiencia por mí mismo. 

Luego,Wheein nos dice la verdadera razón. 

—Los padres de Eric están volando a Seúl por el fin de semana. Se fue a toda prisa como si toros corriendo estuvieran detrás de él. 

Eric se gira hacia Wheein con el ceño fruncido. —No me juzgues. Mi madre es una mujer temible. 

—Es una mujer de la alta sociedad, uno cuarenta de estatura, cuarenta kilogramos, que no habla más alto que un susurro —se burla Wheein—. Aterradora. 

—Dos de mis primos acaban de anunciar su compromiso, y un tercero envió los anuncios del nacimiento de su primer hijo. Mi madre iba a aparecer con una lista de chicas y negarse a irse hasta que eligiera una. Hubiera sido brutal. 

Wheein se pone de pie. —Hablando de madres, Mamá Moon nos envió aquí para llevarlas a desayunar. —Lanza un par de pantalones a la cabeza de Byul—. Es posible que quieras ponerte pantalones. 

Con esta llamada para despertar, agradezco estar vistiendo mi pijama más conservadora. 

—¿Cómo va la Operación Destrucción de la Boda? —pregunta Eric mientras Byul y yo salimos de la cama. 

Hago mi tono más ligero de lo que siento. —Bueno, ayer hubo un tornado. Eso debería ponerle una traba a las cosas. 

Byul frota una mano cansada por su cara. —No, no lo hará. 

Giro la cabeza, genuinamente sorprendida. —¿En serio? ¿No lo crees? 

Se pone una camiseta sobre su cabeza. —Si hay una cosa que los habitantes de Bucheon saben hacer bien, es hacer lo mejor con lo que tienen. 

Rechazada [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora