Byul
El jueves por la tarde, la hermana de Krystal da una gran fiesta para ella y Amber en casa de sus padres. Es más elegante que la barbacoa del domingo, pero no tan extravagante como un evento organizado con catering. Las futuras novias han renunciado a la despedida de solteras, para gran disgusto de Jessica. Parece que estaba deseando darle a su hermana menor la clase de despedida hacia la vida matrimonial que incluía bomberos strippers y paseos en toro mecánico. Obviamente, Jessica no tiene conocimiento de las tendencias pervertidas de su hermana, y del hecho de que ya tiene su propia colección de esposas, por lo que el desnudista probablemente habría sido una decepción.
Siendo tan cercanos como son, toda mi familia está invitada. Entrar en su casa decorada con serpentinas y globos de temática nupcial hace poco para resolver el lío en mi cabeza ahora mismo. Todavía no estoy emocionada por Krystal casándose, pero la idea ya no hace que mi interior arda con celos o pánico. Ahora lo entiendo, después de anoche, luego del beso sin importancia, veo que Krystal tenía razón. Sobre todo.
Que es exactamente el por qué no hay una buena razón para que le confiese las cosas a Amber. Simplemente causará problemas por nada. Ese es el consejo que quiero darle a Krystal, si se quedase quieta el tiempo suficiente para poder hablarle.
—Ahora no, Byul. —Sale de la cocina conmigo justo detrás de ella. Su boca está fruncida, sus ojos están cansados y apagados de remordimiento. Se ve estresada, pero lo que es peor, se ve culpable.
—Krystal, sólo dame un segundo. —Pero ya está en la sala de estar, moviéndose entre un mar de gente, cada uno asintiendo, sonriendo y conversando. El cielo afuera es color gris humo, volviéndose rápidamente a carbón, por lo que todo el mundo está en el interior. En el salón, los ojos de Amber se iluminan cuando Krystal entra en la habitación. Ella se frena en seco, mirándola con una expresión que no puedo leer.
—No digas nada, Krystal. Todavía no —digo contra su cabello.
Jessica camina alrededor de la casa con un micrófono, jugando bingo nupcial. —Está bien todos ustedes, ¿quién conoce el mes y día en que Amber y Krystal fueron a su primera cita? Márquenlo en su tarjeta. —Se inclina hacia la pequeña y canosa señora Baek, quien es sorda como un poste, y en el micrófono grita—: ¡La primera cita, señora Baek!
La señora Baek asiente, luego escribe la fecha de hoy.
—Sólo seré honesta —se dice Krystal a sí misma—. La verdad te hará libre.
No, sé por experiencia profesional que la verdad puede aterrizar tu culo en una celda de la cárcel. Es cómo se presenta la verdad lo que hace toda la diferencia.
Se mueve hacia adelante antes de que pueda agarrar su brazo.
—Allí está mi chica —dice Amber desde su asiento.
La veo tragar saliva mientras se sienta junto a ella. Y parece que en realidad podría vomitar cuando dice—: Hay algo que necesito decirte.
—Oye, Amber —intento—. ¿Quieres ir afuera y lanzar la pelota?
Levanta un dedo hacia mí y sus oscuros ojos se entrecierran mientras observa a Krystal con una mezcla de preocupación y curiosidad. —¿Qué pasa, hermosa?
—Muy bien, ¡todo el mundo prepárese para la siguiente! —anuncia Jessica en el micrófono. Se interpone entre las sillas de Amber y Krystal—. ¡Krystal va a dárselas a todos!
Y es como un choque de trenes. Un lento movimiento, el imparable choque.
Jessica baja el micrófono a la boca de Krystal justo cuando ella confiesa—: Besé a Byul Yi anoche.
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Rechazada [G!P]
RandomComo toda abogada defensora de Seúl, Moon Byul Yi mantiene la cabeza fría, sus preguntas son punzantes, y sus argumentos irrefutables. No la llaman la Encantadora de Jurados por nada. Con su acento sureño, sonrisa encantadora, y cautivadores ojos ve...