Byul
Para el momento en que la hora feliz comienza oficialmente, YongSun y Eric se encuentran más allá de felices. Sin embargo, Wheein no; Wheein es la conductora designada original. Disfruta un solo vaso de whisky de malta tanto como cualquiera, pero nunca la he visto beber para emborracharse. A diferencia de todos los demás en torno a ella en este momento. A las seis de la tarde en una noche de viernes en Seúl, las calles son un pueblo fantasma, porque cualquier persona que todavía esté aquí ya se encuentra dentro de los bares.
Los políticos no viven en la ciudad. Si el Congreso no está en sesión, regresan a sus distritos de origen. Aquellos que están casados con hijos vuelven a los suburbios. Eso nos deja al resto de nosotros; hambrientos, trabajadores y cachondos. Y no hay mejor manera de desahogarse bien de una semana larga y tortuosa en la oficina que tomar un buen trago en una taberna ruidosa. YongSun lo llama el "Efecto de Anatomía de Grey".
—Burbuja de aire en la intravenosa —sugiere Eric con una voz diabólica, apoyando los codos en la mesa de madera llena de vasos vacíos—. Difícil de rastrear, imposible de probar más allá de una duda razonable, a menos que haya cámaras de video en la habitación de hospital del paciente, rápido y eficiente...
—Y totalmente poco confiable —bromea YongSun, dándole un golpecito en la nariz—. La cantidad de aire para causar una embolia varía, además de que la víctima ya tendría que estar en el hospital. Entonces, habría un registro de visitantes...
El asesinato perfecto. Es un debate frecuente. Conociendo los recovecos del sistema de justicia penal, estoy realmente sorprendida de que más personas en el campo jurídico no cometan delitos graves.
O —cómo es esto de jodido— ¿tal vez lo hacen? Pie de entrada para la música espeluznante.
—Sigo diciendo que el veneno es la apuesta más segura —ofrece Wheein desde un extremo de la mesa—. Algo como ricina o polonio.
Su sugerencia es recibida con bromas y burlas.
—Novata.
—El análisis forense post mortem es demasiado avanzado — argumenta Eric.
—¿Y dónde demonios encontrarías polonio? —añade YongSun—. Conoces a muchos espías rusos, ¿verdad?
—Recuérdame nunca tomarte como cliente —le digo, señalándolo con mi bourbon—. Arruinarías mi racha de victorias.
La pista de baile en la habitación contigua está completamente llena de cuerpos, penosamente cortos de ritmo. No muchas cosas son tan divertidas como ver personas que no pueden bailar, pero piensan que pueden.
Brazos eufóricos se elevan cuando la canción Oh What a Night sale por los altavoces. YongSun se levanta emocionada. —Esa es mi señal. Anda, Eric, vamos a sacudir lo que tu mamá te dio.
Él se levanta. —No puedo, querida, mi cita acaba de entrar.
—¿Tienes una cita esta noche? —pregunta YongSun.
—Ahora la tengo. —Guiña un ojo—. Ella simplemente no lo sabe todavía.
Mientras Eric se aleja, YongSun mira hacia Wheein.
Ella suena como Lucas el Sucio preguntándole a un punk si se siente afortunado cuando dice—: ¿Siquiera necesitas preguntar?
Me guarda para el final, porque sabe muy bien que yo no bailo.
Aún así lo intenta, pasando la mano por mi brazo. —¿Quieres mostrarme tus movimientos, Moon? Mastico el palillo de dientes entre mis labios. —Cariño, te mostraré cada movimiento que tengo, sólo que no en una jodida pista de baile.
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Rechazada [G!P]
RandomComo toda abogada defensora de Seúl, Moon Byul Yi mantiene la cabeza fría, sus preguntas son punzantes, y sus argumentos irrefutables. No la llaman la Encantadora de Jurados por nada. Con su acento sureño, sonrisa encantadora, y cautivadores ojos ve...