Capitulo 18

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Byul

MinSeok se libra de sembrar el campo porque tiene que ir a la escuela. El resto de nosotros, YongSun, MinHyuk, Amber, Krystal y yo, no tenemos tanta suerte. Desayunamos juntos y pasamos la mañana rastrillando semillas y fertilizantes en la tierra para que mi padre no tenga la tentación de venir y rompernos el trasero. Pero más tarde, después de una larga ducha, la presión comienza a construirse. Y con la llegada de la noche, se siente como un peso renovado que me presiona, el poco tiempo que queda antes del sábado. 

Así que tomo el asunto en mis propias manos. 

—¡Ay! —Una rama me rasguña el antebrazo mientras subo, sacando sangre. 

—¡Mierda! —Una delgada rama cubierta de hojas sale disparada hacia mi cara. 

—¡Jodido infierno todopoderoso! —Me doy un golpe en la cabeza con la parte inferior de una rama particularmente sólida. 

¿Por qué esto era más fácil cuando tenía diecisiete años? Tal vez la calentura me hizo inmune al dolor. Eventualmente, logro llegar a la cima, a mi meta dorada y brillante. La ventana del cuarto de Krystal.

Se encuentra desbloqueada, como sabía que estaría. La abro y aseguro mis manos en la cornisa para impulsarme. 

—¡Cristo en una jodida galleta! —grita Krystal desde la silla de su tocador donde está sentada, con sólo un diminuto camisón rosa de finos tirantes—. ¿Porque no sólo me asustas hasta la mierda?  

—¿Besas a tu abuela con esa boca? —gruño—. Eso explica mucho. —Cuando simplemente sigue sentada, con los brazos cruzados, frunzo el ceño—. ¿Ni siquiera me darás una mano? Eso es bastante frío, Krys. 

Rueda los ojos y exhala con fuerza, pero luego se levanta y me ayuda a entrar. 

Me tropiezo hacia adelante, aferrándome a sus caderas para evitar caernos, y ambas nos congelamos cuando nos damos cuenta de que nuestros rostros están sólo a milímetros de distancia, compartiendo las mismas respiraciones. 

Entonces, Krystal parpadea y se aleja. —No puedes estar aquí, Byul. 

La ignoro y le echo un vistazo a la cama. —¿Dónde está Aeri? 

—Se quedó dormida en el sofá de abajo. La subiré en un rato. 

Y entonces, mi mirada cae detrás de Krystal, al fluido vestido blanco que cuelga en la pared. Y cada hueso en mi cuerpo se convierte en gelatina, unido por tiras flojas y trituradas de tendón. 

—¿Es ese? —susurro. 

—Si —dice Krystal muy suavemente—. Ese es mi vestido de novia. ¿Verdad que es precioso? 

La veo llevándolo en mi mente. Encaje delicado, flores bordadas alrededor del cuerpo que conozco tan bien. Precioso ni siquiera se acerca. 

—Es hermoso. 

Entonces, recuerdo que lo usará para otra persona, y mi corazón se aprieta con tanta fuerza que se siente como que se evaporará en mi pecho. 

—No quiero lastimarte, Byul. 

Me vuelvo hacia ella, ahora desesperada. —Entonces, no lo hagas. Háblame, escúchame. 

—¡Ya he hablado contigo! ¡Eres tú la que no ha estado escuchando! —exclama con una expresión decaída—. Eres tan terca, estás tan atascada en lo que piensas que se supone que debe ser, que te estás perdiendo de lo que está justo delante de ti. 

Me siento el borde de su cama, pasando una mano frustrada por mi cabello. —Suenas como MinHyuk. 

Noto un montón de cajas cerca de mis pies, abiertas con listones colgando. —¿Qué es esto? 

Rechazada [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora