Byul
Alrededor de las diez de la noche siguiente, estacionamos en el parqueadero del remolque de mi hermano, entre un mar de camionetas. Es como las vacaciones de primavera en el campo: adolescentes en todas partes. MiSuk y MinSeok desaparecen en la multitud sosteniendo vasos de plástico rojos, caminando, hablando de hormonas. YongSun se detiene para mirar a su alrededor mientras andamos por el sendero hasta la puerta. Luces parpadeantes brillan en los árboles, la luna cuelga en el cielo, Led Zeppelin flota desde algún lugar en la parte de atrás.
—Es agradable —dice —. Tranquilo.
Mientras está revisando el recinto, le echo un vistazo, de nuevo. Se ve guapísima en sus ajustados pantalones vaqueros color azul oscuro, botas negras de tacón hasta la rodilla y un top blanco sin mangas con cuello en v que se ajusta en todos los lugares correctos. Su cabello es abundante y vivo, rizado en las puntas, y un largo collar de perlas cuelga alrededor de su cuello. Mi abuela solía usar perlas, pero nunca como Kim YongSun las lucía.
Antes de que pudiera acercarme a la puerta del remolque, ésta se abre de golpe para nosotras, y una de las seguidoras hippies rubias de mi hermano —Yura o Minah— tropieza, saliendo. Nos reconoce, feliz, con los ojos vidriosos.
—¡Holaaa! —nos abraza, oliendo como a marihuana—. ¡Bienvenidas a la jungla! Vamos a conectar un resbaladero de agua bajando la colina, ¿Vienen?
YongSun serie con indulgencia. —Tal vez más tarde.
Después que la chica hippie se tambalea alejándose, YongSun dice—: Es como estar en la Universidad de nuevo.
Resoplo. —Columbia no era nada como esto, y vivía en una maldita casa de fraternidad.
Justo en ese momento un chico que se veía más como de mi edad nos pasó corriendo, su trasero desnudo. Cubro los ojos de YongSun. —De acuerdo. Es como estar en la Universidad de nuevo.
Nos dirigimos adentro, separando las cuerdas de cuentas turquesa colgando en la puerta. Una barra de incienso se quema en un estante, llenando la habitación con un olor acre. MinHyuk sonríe ampliamente cuando nos ve a través de la multitud de cuerpos que llenan el cuarto completamente. Me abraza, su torso desnudo excepto por un chaleco de cuero marrón y un rosario. —Bienvenido. Me alegro de que hayas podido venir. —Luego abraza a YongSun, por un tiempo—. Vamos a conseguirte algo de beber.
MinHyuk le da a YongSun un recorrido por el adornado remolque y estoy aliviada al ver que los adolescentes no son los únicos invitados a la fiesta. En realidad, se parece mucho a una reunión de escuela secundaria. Todos los de mi clase de último curso, que no se han ido de la ciudad, lo que es casi la mayoría de ellos, están aquí. Nos ponemos al día, y presento orgullosamente a YongSun. Alrededor de una hora más tarde, ella habla en mi oído. —Voy a salir a la calle, a tomar aire.
Linternas chinas de colores cuelgan de las cuerdas por encima de una línea de rosales blancos, enmarcando el patio de piedra. Una hoguera rugiendo más abajo, iluminando casi todo el patio. Busco a través de los grupos de personas de pie en la hierba, y finalmente veo a Krystal. Está hablando con la pequeña y morena Jessica Oh, una ex miembro del equipo de animadoras. Pero lo más importante: Amber no está por ningún lado.
Tiempo para encender el encanto.
Le paso a YongSun mi copa de Jack Daniels. —¿Puedes sostener esto por mí? Ella sigue mi línea de visión. —Claro.
Rompo el tallo de una gran rosa blanca y se la muestro. —¿Qué piensas? Su control sobre las copas se aprieta. —Creo que le va a encantar.
—Si todo va según lo previsto, me iré un rato. MinSeok te llevara a casa si quieres irte antes, ¿de acuerdo?
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Rechazada [G!P]
De TodoComo toda abogada defensora de Seúl, Moon Byul Yi mantiene la cabeza fría, sus preguntas son punzantes, y sus argumentos irrefutables. No la llaman la Encantadora de Jurados por nada. Con su acento sureño, sonrisa encantadora, y cautivadores ojos ve...