Zerstörung. [TERMINADA]✔️

Capítulo 18

"Para ser libre necesitas tener valor"

—Y.

Rubio, buen porte, ojos grises deslumbrantes, sonrisa encantadora, y un carisma increíble, sin duda Cristian el novio de Luigi era encantador.

El chico me observaba con detenimiento al igual que a Nash lo cual me ponía un poco celoso, si por mí fuera le pondría de ahora en adelante un cartel que dijera: "Es mío ten cuidado" . Pero lamentablemente Nash no me dejaría que se lo colocará.

—¿Así que ustedes son novios?— pregunto.

—Si, llevamos pocos días pero vamos avanzando— sonreí —¿Y ustedes?

—Haremos un feliz año el mes que viene— Cristian abrazo a Luigi depositandole un beso en su frente.

Hacían una bonita pareja, me pregunte si Nash y yo nos veíamos así de increíbles siendo felices. Nuestro tema de conversación fue de anécdotas que nos habían pasado a cada uno y de cosas triviales que salían en nuestra mesa.

Me agradaba ver reír a Nash lo hacía verse adorable, sin duda uno de mis pasatiempos favoritos sería verlo sonreír todo el tiempo para admirar su belleza.

—¿Y tú motocicleta está bien?— pregunto entre risas Cristian sacandome del embrujo en qué la hermosura de Nash me tenía.

Nash les estaba contando el día que se cayó de la bicicleta, era muy gracioso recordar ese momento.

—Esta bien, la verdad en ese momento no me importo tanto mi motocicleta— sonreí.

Mi mirada cayó sobre el chico de cabello azul que tomo asiento en la mesa que estaba a lado de la nosotros, conocía a ese chico, la camarera se acercó a él para anotar su orden dejándome observarlo mejor.

Oh fuck.

Era mi hermano de seguro esperaba a alguien, regrese mi vista de nuevo a Nash el cual se veía muy alegre de estar aquí. No podía dejar que mi hermano me viera, no ahora.

—Iré al baño, no tardó— le susurré en su oído a Nash para levantarme cuidadosamente de la mesa.

Hans estaba perdido en su teléfono, lo cual agradecía porque lo que menos quería era llamar su atención, entre al baño encerrandome en un cubículo para marcarle a Dereck, su teléfono sono tres veces para después mandarme a buzón.

—Contesta maldita sea— me quejé volviendo a marcarle.

Su teléfono sono de nuevo y justo cuando crei que no contestaría lo hizo.

—911, ¿Cuál es tu emergencia?— bromeó.

—Dereck necesito tu ayuda.

—¿Sucede algo?

—Hans está Macdonald y yo me encuentro justo aquí con Nash —suspire —. Estoy en problemas.

—Te advertí, ¿No?— demandó —. Ahora es tu problema.

Dereck estaba molesto conmigo y lo entendía el me había dicho muchas veces que las cosas no siempre se mantienen en secreto.