Capítulo 19

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"No conoces la destrucción hasta que aborreces tu existencia y lo único que deseas es que el dolor desaparezca."

—Y.

—¿Eres gay?— mi hermano pregunto mirándome sin ninguna expresión en su rostro.

Nash nos observaba a los dos sin saber que es lo que pasaba realmente, era el peor momento de mi vida.

—Nash te presento a mi hermano Hans— la mirada fría de Hans se poso en Nash —. Hans el es mi novio.

—¿Mis papás saben de esto?— atacó.

—Hans déjame ir a dejar a mi novio a su casa y te prometo que te explicaré todo, te lo prometo.

—A mí no tienes que explicarme nada, a los que tienes que explicarles es a mis padres — Hans giró sobre su propio eje para alejarse de nosotros.

Nash y yo subimos a mí motocicleta, durante el camino a su casa nadie pronunció nada y se lo agradecí porque lo que en estos momentos quería era pensar en todas las posibles consecuencias que esto iba a traerme. Me estacione afuera de la casa de Nash, el bajo de mi motocicleta. Nuestras miradas se encontraron haciéndome sentir culpable.

—Tus papás no saben que eres gay, ¿Cierto?

—Me da miedo decirles...— desvíe mi mirada de la suya —, ellos no son de mente abierta, no sabes cuántas veces eh escuchado a mis padres hablar mal de gente como nosotros.

—¿Gente como nosotros?— preguntó —. No somos diferentes a ellos o al menos no en lo físico, aunque si te refieres al tipo de pensamientos ellos son una mierda y eso nos hace diferentes de ellos.

—Para ellos somos los peores humanos, somos un mal ejemplo para la niñez.

—No somos un peligro para nadie cada persona tiene gustos diferentes, hay niños que se han criado en hogares dónde hay parejas gays o lesbianas y no por eso los niños son igual a ellos, al contrario suelen ser mejores niños que todos aquellos que crecen con gente machista y prejuiciosa.

—Nash — lo llamé —. Te prometí que lucharia por ti y eso es justo lo que haré ahora.

Los brazos de Nash rodearon mi cintura en un cálido abrazo, lo abraze con todas mis fuerzas porque aunque aveces el amor sea grande los prejuicios siempre pasan por sobre este dañando todo.

—Todo saldrá bien ya lo verás, estaremos juntos siempre.

Prendí el motor de mi motocicleta. No quería irme, algo me decía que nada saldría bien está tarde, voltee a mirar a Nash una vez más sus pecas no eran tan marcadas como otros días, su playera azul no las hacía notar tanto.

—¿Escuchaste la canción de Avicii Wake me up?— asintió —. Toda mi vida estuve perdido hasta que te encontré, tu me hiciste más sabio, me enseñaste lo que se siente tener nervios al ver una persona, el primer día que te ví me gustaste, te empeze a acosar hasta que por fin pude hablarte, no sabes el maldito gusto que me da saber que tú me despertaste para mostrarme que fingir sobre algo que no era solo me estaba haciendo perderme, ahora que eh encontrado mi razón para ser feliz, no la desperdiciare.

—Te quiero Mich— susurró.

Mein Herz bittet dich, es vor der Zerstörung zu retten.

Puse en marcha mi motocicleta, sintiendo la brisa del atardecer, esa casa grande rodeada de árboles que la hacían lucir hermosa y acogedora, pero que al entrar lo único que sentia era un vacío. Deje mi motocicleta en el garaje para adentrarme a la casa mi madre estaba en la sala viendo algún programa de televisión y mi padre seguramente se encontraba en su despacho checando sus activos y el capital de su empresa.

Mi padre se hizo presente en la sala, sus ojos celestes encontraron los míos.

—¿Que haces parado en la puerta?— pregunto con su voz autoritaria, sacándome de mis pensamientos.

La mirada de mi madre cayó sobre mi frunciendo el ceño.

—Necesito hablar con ustedes— murmuré.

—Si necesitas dinero puedes decirle a Rebeca cuánto necesitas— hablo mi padre dándome la espalda. Rebeca era su asistente encargada de darnos dinero cuando necesitábamos para no molestar a mí padre, si, en mi familia no había cariño o cualquiera de esas cosas que existieran en los hogares humildes.

—En realidad no necesito dinero, lo que necesito es de...

—Michael no estoy para escuchar tus tonterías— me interrumpió mi padre de manera cruda.

Mi madre parecía estar perdida en la televisión, ya que no me decía algo en absoluto.

—No son tonterías lo que intento decirles es que soy gay— mi madre apagó la televisión y me observo curiosa.

—¿Que mierda acabas de pronunciar?— la voz de mi padre fue más fuerte que de costumbre.

—No es necesario que digas tonterías para llamar nuestra atención Michael— me reprendió mi madre.

—Dije que no son tonterías, soy gay, me gustan los hombres— aclare.

—¡¿Cómo es posible que te gusten los hombres?!— gritó mi padre pasándose su mano por su pelo —¡Mi hijo no puede ser un maldito enfermo!

—No soy un enfermo papá, tener diferente orientación sexual no me hace ser un enfermo, ni mucho menos ser diferente a ustedes.

—¡Tienes idea de lo que tu maldita orientación sexual le puede causar a mí empresa!— bufó —¡Eres la maldita vergüenza de mi familia!

Mi vista se nublo al escucharlo decirme que lo que ahora causaba en él era vergüenza, ¿Porque no podía simplemente ponerse a pensar en que todos tenemos derecho de ser felices sin importar nuestros gustos?

Voltee a mirar a mi madre la cuál solo me observaba sin decir nada, sabía que también la había decepcionado. Mi padre no dejaba de mirarme con asco, como si mi sola presencia le molestara ahora.

—Mañana mismo te regresas a Alemania, iras a un maldito psicólogo y si no resuelve tu jodida confusión, ten por seguro que soy capaz de despojarte de todos mis bienes porque ningún enfermo va a liderar mi empresa.

Él no podía estar hablando enserio, no quería largarme a Alemania no cuando el amor de mi vida se encontraba aquí.

—No voy a irme Alemania— murmuré, llamando su atención.

—No te estoy preguntando, te vas a ir porque te vas a ir— giró sobre su propio eje para irse a su despacho, mi madre lo siguió haciendo sonar sus tacones por toda la sala.

Me senté en suelo rodeando mis rodillas con mis manos, permitiendo que mis lágrimas cayeran, me dolía el echo de saber que había gente que suele ser muy cruel con sus palabras, pero lo que más me dolía era saber que dejaría a Nash, eso hacia que mi dolor fuera más grande porque de verdad lo necesitaba.

—Lo siento...— mi labio tembló y un sollozó se escapó de mi boca —. De verdad lo siento Nash...— hundí mi cabeza en mis rodillas sollozando, mi pecho dolía y sabía que no conocería otro dolor más grande que este.

Zerstörung. [TERMINADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora