Deslumbrante

Presión

-Montañas Beskides. Sur de Polonia. 14:20 horas. Viernes, horas antes a ataque a Peter Parker-

– Dios, hace calor- la quejumbrosa voz de Sam resuena en el inusual silencio del bosque.

Los rayos de sol se filtran entre las copas de los árboles mientras del suelo se desprende un vapor de olor dulzón, que resulta sofocante.

El invierno ha quedado bien atrás y las botas del equipo se hunden un par de centímetros en el extrañamente esponjoso suelo.

Tony dejó salir un gruñido, irritado por las constantes quejas de su compañero que lentamente iban borrando cualquier rastro de respeto que el genio podría haber guardado por el supuestamente "curtido soldado".

Sam hizo una mueca despectiva –Te quejarías si no tuvieras aire acondicionado en esa lata-

– Deja de llorar, pelícano- murmuró Tony con hastió, desde el frente del grupo-

La queja de Sam ante el apodo quedó ahogada por el bufido de Clint y Bucky.

– Qué pasa con él?- al final de la fila, Steve se inclina para murmurar su pregunta a Natasha – Lleva días así...-

El ceño de Natasha se pronunció al recordar a actitud que el multimillonario había mantenido durante la última semana. Todo el día en el taller, negándose a salir y prácticamente gruñendo cada vez que se encontraba con alguien. Su actitud no había mejorado con el aviso de la misión, como solía ocurrir, en cambio parecía incluso más enfurruñado que antes, aunque bajo la capa de sarcasmo y desidia parecía haber algo más...

– Está preocupado no?- la suave voz de Bruce sorprendió a los dos cotillas, que lo miraron como si de súbito se hubiera convertido en Hulk pero en lugar de gruñir y destruir todo estuviera sonriendo tranquilamente y ayudando a un pobre idiota que perdió su taco Ante las expresiones de sus compañeros, Bruce sintió la necesidad de explicar su comentario.

– Quiero decir, es la primera vez que salimos en bastante tiempo y según lo que el joven Parker dijo, lo más probable es que esté preocupado, pensando que podrían atacar al chico...no? –

– Oh – fue la única respuesta que siguió a la explicación del doctor.

Tenía sentido, claro que sí, al fin de cuentas, todos habían notado la forma en la que Tony parecía derretirse alrededor del chico, aunque la explicación de la preocupación no explicaba que llevara toda la semana hecho una fiera.

Pasaron otros 20 minutos caminando y poco a poco la inquietud se fue colando en cada miembro del equipo. Para Steve y Bucky el panorama resultaba familiar, pero había algo torcido, como un espejo con una pequeña fractura. Difícil de notar a simple vista, pero lograba distorsionar toda la imagen.

Clint lleva toda la excursión mirando al cielo y a su alrededor; al cielo despejado, a los árboles vacíos e inmóviles pese a la fuerte brisa cálida que soplaba a su alrededor. Finalmente el arquero se cansa de dar vueltas sin sentido y exclama:

– Sabemos que esto es una trampa no? Porque desde que llegamos no he visto o siquiera escuchado un solo animal y en medio de un bosque en verano eso no puede ser normal- tras sus palabras el equipo en pleno se congela.

Tras intercambiar una mirada de sorpresa se dan cuenta de que sí, en efecto, sin el sonido de sus pisadas sobre el esponjoso terreno, no hay un sólo ruido en todo el bosque.

Mala señal.

Los espías alistan sus armas y la inquietud de antes se transforma en adrenalina.