Amago, parte 2

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-En Harlem, con Peter-

-Amigo, ¿cuántos balazos tienes?- la voz de Ned me espabiló, poniéndome en acción.

-Tres en la pierna derecha, los demás son sólo roces.- me pongo en pie y cambio el fluido web de mi mano derecha por la fórmula coagulante que creamos con Michelle -ya me estoy encargando de ellos, no te preocupes.- rocío la fórmula en las heridas de mi pierna y rápidamente la sangre deja de fluir. Mi factor de curación acelerada hará el resto aunque Michelle va a insistir es suturar las heridas; por fortuna (o no, depende de cómo lo veas) las balas atravesaron mi pierna así que no habrá necesidad de extraerlas.

-Tendremos que encargarnos de curarte correctamente cuando todo acabe, parece que tu plan salió bien.- Su voz es optimista.

-Mi pierna no está de acuerdo, pero en fin, tengo que sacar a la gente de la zona de guerra, antes de que Megatron se libere.- Ignorando el dolor de todo mi cuerpo, me encamino (cojeando, claro está) al edificio donde había visto las formas humanas antes.

La puerta está abierta, entro al lobby y me encuentro con aproximadamente 40 personas, desde niños a ancianos, que me miran con muecas de miedo y preocupación.

-Hola, ¿qué tal todo, amigos?- mantener la calma y mostrar una actitud amigable tranquiliza a la gente y evita que cunda el pánico, son nociones básicas- ¿Hay alguien herido? ¿Alguna persona atrapada en el edificio?- aproximadamente treinta cabezas niegan a la vez, creando un efecto bastante cómico, como si el mundo se estuviera sacudiendo, ¿O quizás soy yo el que se sacude ? Mmmm, creo que algo se jodió en mi cuerpo, mi sangre parece fluir más lentamente y una extraña pesadez me invade, subiendo desde mis piernas ... tengo que darme prisa. 

-Bien, eso es bueno. Ok, amigos, voy a sacarlos de aquí.- 

Mientras avanzo hacia el grupo, dos niños pequeños, entre 8 y 7 años, se acercaron a mí con idénticas sonrisas y los ojos tan brillantes que parecen tener estrellitas.

-¡¡¡¡¡SPIDERMAN!!!!!- Con un grito emocionado se tiran para abrazarme (dios, son adorables, con las mejillas sonrojadas y todo), me agacho para saludarlos pero el movimiento provoca que mis piernas se tensen y el disparo que tengo en el muslo derecho se vuelve a abrir, lo que me arranca una mueca de dolor que la máscara tapa;  esto es raro, mis heridas ya deberían estar cerrándose.

-Hey chicos, ¿se encuentran bien?

-¡¡Sí!!- su gritito de emoción es suficientemente agudo como para aturdirme. Dios, me muero de ganas de decirles "yay, yo no!" pero debo mantenerme alegre para contener su miedo, puedo sentirlos temblar en mis manos.

-Perfecto- les sonrío bajo la máscara y luego dirijo mi mirada hacia los adultos -¿Hay alguna salida de emergencia?, ¿como una puerta trasera?-

-Sí- un hombre mayor, con bigote, gorra y gafas de sol se separa del grupo, mostrándome el camino a la salida –Pero está bloqueada, el dueño del edificio la cerró porque los delincuentes la aprovechaban para esconderse de la policía cuando los encontraban haciendo grafitis.- 

La voz del hombre es muy rasposa y su cara me recuerda al Grumpy Cat, pero mantiene una actitud serena, casi hastiada, como si no fuera la primera vez que se encuentra en esta situación y mas bien estuviera pensando "¿Esto otra vez? Bah, malditos robots gigantes".

-Eso no será un problema- Me incorporo y sigo al Grumpy Men hacia la oficina del portero del edificio, que permanece vacía.A mis espaldas puedo escuchar como todo el grupo se mueve, ansiosos por salir.

Finalmente llegamos a la parte trasera de la oficina del portero, donde una gran puerta metálica permanece sellada con tablones y una gruesa cadena. Me detengo frente a la puerta y giro para ver a las personas a mis espaldas.

DeslumbranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora