Amarla Por Un Millón de Años (2 T ERE) Sin editar

Capítulo 10

Pasado y presente

Anastasia Steele

Sus dedos recorren mi espalda desnuda provocando que el deseo lo avive. Levanto la mirada encontrándolo con los ojos cerrados y su rostro con una sombra de preocupación.

—Me gustaría que confiaras en mí y me contaras todo, para no cometer ninguna imprudencia por estar a ciegas. —Digo con precaución.

Me mira fijamente sin emitir ningún comentario por lo que me parece una eternidad. Espero con calma, dejando que busque las palabras correctas.

—Mi deber como es proporcionarte estabilidad en todo momento, Anastasia. Siempre estarás por encima de todo y si con ello te mantengo tranquila, lo seguiré haciendo.

—No es lo correcto, Christian. Somos una pareja que debemos compartir los momentos felices al igual que los obstáculos que se nos presente.

—Nena deseo que estés tranquila y que nada te haga dudar que estando conmigo estás segura.

—Nada lo haría. Siempre estaré contigo.

—Que no pase por tu mente huir por el miedo que algo pudiera pasarte.

— El lugar más seguro son estos brazos que me están sosteniendo ahora.

Me atrae más a su cuerpo besando mis labios de forma lenta. Suspira resignado, dejando ver que he ganado.

—Las cosas se están complicando con el paso de los días. Los mensajes continúan llegando. Hoy llego un mensaje donde deja al descubierto parte de nuestra intimidad. —Dice con cautela.

Me levanto de un salto. Sus ojos grises me miran apenado y con una sombra de culpa.

—¿Qué quieres decir con ello? —Pregunta preocupada.

— Lo lamento tanto, nena. Nunca pensé que mi descontrol cuando nos conocimos nos estuviera jugando en contra.

—¿Qué quieres decir, Christian?

— Esta vez, la nota iba dirigida a mí. Hablaba de lo afortunado que era por tener esa preciosidad de mujer a tu lado, pero sobre todo sumamente ardiente. Advirtiendo que se encargara de probar a mi preciosa mujer antes de verme desaparecer.

—¡Oh cielo! —Exclamo imaginado lo que vendría a continuación.

— Tranquila, nena. — Asiento. — En ella habían unas fotos en el salón de reuniones de SIP. —Me observa dejando que procese la información. — ¿Lo recuerdas?

Aquel día que me recargo contra la pared y mi proporciono el mayor placer que jamás pensé que existiría con solo el roce de nuestros cuerpos.

—Sí, ¿Cómo pudo pasar esto? —Entonces, la persona que sabe de todos nuestros movimientos debe trabajar allá.

—Eso es lo que pensamos. Su cómplice debe de estar entre los empleados de SIP, necesito que confíes en mi y no cuestiones ningunas de mis acciones y te mantengas juntos a tu equipo de seguridad.

—Temo por mis tíos, Christian. Debe de enterarse de lo que está ocurriendo, pero mas ahora que mis padres están con nosotros.

—Nada les pasara y me encargare que ellos tengan seguridad por el tiempo que estén aquí. No quiero que te preocupes por nada, lo encontramos, nena.

—No quiero que te pase nada, Christian. No soportaría perderte.

—No me perderás y estaré contigo para amarte y hacerte el amor todas las veces que desees. —Sonríe de manera pervertida.