Capítulo 7

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Me duele tu silencio.

Anastasia Steele

Despierto dándome cuenta que no durmió en la habitación. Mi ánimo decae y las lágrimas salen sin permiso.

—Lo herí tanto que no quiere estar a mi lado. —Sollozo.

Me doy un baño de agua caliente y siento como despierta cada músculo provocando que gima. Después de arreglarme salgo encontrándome con Gail.

—Buenos días, Ana. —Saluda.

—Buenos días, Gail.

No quiso despedirse de mí.

—El señor Grey, salió temprano y Sawyer la espera.

Escuchamos unos pasos y giramos para encontrarnos a Luke.

—Buenos días, señorita Steele, estoy listo para llevarla donde diga.

Está cumpliendo lo que había dicho.

—Quiero ir a visitar a mis tíos. —Respondo. —Saldré en quince minutos. —Asiente y camina hacia unas escaleras.

Regreso a la habitación por mi bolso y me dirijo al ascensor.

Tengo que hablar con mi tía Carla, sobre lo sucedido ella siempre tiene las palabras exactas en el momento adecuado.

Me ayudará para buscar la manera de acercarme a Christian y solucionar lo que ocasione.

Llego a casa de mis tíos y bajo del suyo con Sawyer siguiendo mis pasos.

Sé que Christian debe de estar enterado de mi salida y nervios aumentan. ¿Estará más enojado por haber salido del Escala?

—Señorita, que alegría volver a verla.

—Alicia, ¿Cómo estás? —Pregunto.

—Bien. Su tía está en el jardín. ¿Le gustaría un té?

Asiento y camino hacia donde se encuentra mi tía. La veo concentrada leyendo un libro.

—Oh mi niña. —Dice levantando la mirada.

—Hola tía. —Saludo.

—Tenía días sin verte. Tus padres vendrán en unas dos semanas. —No sabía que mis padres vendrían tan pronto.

— ¡Oh cielos! —Exclamo mi tía puede ver mi preocupación.

— ¿Sucede algo, cariño? —Acaricia mi mano.

—Las cosas están algo difíciles con Christian y mi seguridad. —Digo y mis ojos se cristalizan.

— ¿Cuéntame. —Me anima, suspiro y seco mis lágrimas.

—Hace unos días llegó al Escala una caja similar a la que llegó aquí, pero en ella había una serpiente.

— ¡Qué horror! —Dice asustada.

—Desde entonces Christian ha estado más protector que antes y eso hace que me sienta aburrida. Ayer estaba algo desesperada, frustrada y con el humor en su más alto nivel, lo cual nos llevó a una discusión. —juego con mis manos con nerviosismo. —En medio de la discusión saqué el tema de James.

— ¿James? Pero, ¿Por qué? —Su preocupación es notable en la voz.

—Sin ser consciente de ello en cierto modo los compare. —Jadea de impresión.

— No debiste, Anastasia. —Me reprende.

—Lo lastimé. Christian ahora piensa que sigo amándolo. —El miedo crece en mi pecho. No quiero perderlo.

Amarla Por Un Millón de Años (2 T ERE) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora