Capítulo 9

987 101 3
                                    

Descubriendo el cuarto de la Diosa.

Anastasia Steele

Sé que debo esperar que regrese de su viaje para que me permita explicarle y disculparme por mi actuar. Christian puede ser un obtuso del control y esa es su manera de demostrar el amor que siente por los suyos. Ese hombre de mirada fría e intimidante que hace temblar con solo una mirada, pero a la vez te da seguridad.

Ese hombre posesivo, controlador que hace con pequeños detalles amarlo más cada día, pero con mi comportamiento he demostrado no hacerlo y ese un peso que me cuesta cargar.

Las palabras dichas en un momento de enojo pueden herir más que cualquier otra cosa, eso lo descubrir al ver esos ojos gris plomos perder ese brillo que siempre ha tenido al mirarme y temo que haya llevado las cosas a limites insospechables.

No sé qué más hacer para remediar mi estupidez.

Cierro los ojos intentamos que mis pensamientos me den una tregua y pueda relajar esta tensión. Sin darme me quedo dormida y una voz me hace despertar.

—Christian, regresaste.

—Pensé que no estarías aquí. —Dice con voz fría.

—No entiendo. ¿Por qué pensaste eso? —Mi voz se quiebra, al imaginar que lo he perdido.

—No te quiero aquí, Anastasia. No seguiré siendo el reflejo en el espejo de un fantasma y recibir las migajas que quieras otorgarme. Estaré mejor sin ti.

Jadeo al escuchar sus duras palabras.

—Eso no es verdad. No eres el reflejo de James en mi vida, eres mucho más Christian. Te amo.

—No me amas y lo demostrarte ayer al compararme y demostrarme que sentías más por el que por mí.

—Yo te amo Christian.

—No lo haces y quiero que te vayas del Escala y regreses a donde perteneces. Adiós, Señorita Steele.

Lo veo desaparecer por la puerta del baño y cerrándola a su paso dejándome con el corazón hecho pedazos.

—Christian, no me dejes. —Sollozo. — Por favor.

Me remuevo en la cama con el desgarrador llanto que hace que mi pecho duela. Me siento de un salto en la cama y descubro que todo ha sido un mal sueño.

—Oh Christian. Moriría si te pierdo.

Me levanto para darme una ducha para alejar esa pesadilla que ha dejado esa sensación de vacío en mi interior. Después de una relajante ducha salgo de la habitación para buscar a Gal y trata que su compañía pueda calmar un poco esos pensamientos negativos que se han apoderado de mí.

Tengo miedo de saber que no desea estar a mi lado y que todo aquello se vuelva realidad.

Veo a Gail entrar a la habitación del segundo piso con ropa de Christian y eso es extraño.

¿Por qué lleva ropa de Christian a esa habitación?

¿Habrá dormido ahí anoche?

Unos minutos después sale, desaparece por el pasillo que conduce a las habitaciones de servicio, aprovecho para subir las escaleras sin hacer ruido llevada mi curiosidad y me conducen a esa habitación. Me debato entre abrir o darme la vuelva para no invadir su intimidad, pero no puedo es más fuerte.

Con manos temblorosas tomó el pomo y lo giro, entro al interior y mis ojos no pueden dar crédito a lo que ven.

¡Madre Mia!

Amarla Por Un Millón de Años (2 T ERE) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora