Capítulo 03

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Capitulo 3: El reencuentro desastroso.

Desconcertada al escuchar esa melodiosa y grave voz me tambaleé hacia atrás analizando lo que estaba sucediendo

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Desconcertada al escuchar esa melodiosa y grave voz me tambaleé hacia atrás analizando lo que estaba sucediendo.

Tom estaba en casa, ahora.

Mire con mi boca entreabierta a Harry quien me miro de la misma forma, estábamos sorprendidos y yo estaba por tener un ataque de pánico en medio de la sala donde en unos pocos segundos entraría mi amor de la infancia inrrumpiendo mis pensamientos quitándome la poca cordura que había ganado después de mucho esfuerzo.

— ¡Mi bebé! — el fuerte grito de Nicola se escuchó por toda la casa haciendo que por fin actuara, si un paso al frente mirando todo a mi alrededor desde las ventanas y las puertas formulando una forma de escapar con facilidad.

— ¡Chicos! — nerviosa tomé la ruta más cercana por la puerta del fondo que me llevaba a un pasillo hasta el patio trasero de la  casa y sin pensarlo dos veces corrí hasta ella cayendo en el proceso golpeando fuertemente mis rodillas.

Mi escape había sido un desastre total.

Me levante vigorosa intentando correr nuevamente — ¡Eva! — pero antes de que cruzara la puerta el grito retumbó por toda la habitación haciendo que me detuviera súbitamente en el marco de esta.

Apreté mis dientes y cerré mis ojos con fuerza maldiciendo internamente, pensando en las mil y una formas de matar a Harry Holland en un muy cercano futuro, y con mucho dolor en el acto.

— Eva — al escuchar mi voz provenir de la boca de la boca que tantas veces quise besar de adolescente, me giré hacia él con lentitud observándolo en la otra puerta con su maleta en mano y su tierna sonrisa en el rostro — volviste.

— Tom, también volviste...

Y cuando iba a hablar nuevamente con mi corazón completamente alterado fui detenida por unos fuertes brazos que envolvían mis hombros con ánimo, sonreí dejándome llevar contra su hombro, reconociendo que extrañaba estar a su lado, escuchar los latidos de su corazón, su respiración, su risa y la forma en la que sonreía y decía tonterías, había extrañado a Thomas Holland, pero claro, nunca se lo diría, como nunca pude decirle la verdad de mis sentimientos.

Suspire fastidiada intentando separarme del fornido cuerpo del chico, pero no se pudo lograr porque en vez de soltarme me alzo por abajo de mis rodillas y me cargo como un saco de papas sobre su hombro. Sorprendida por el rápido movimiento del castaño golpeé su espalda, Tom se río por lo bajo y guió su mirada a sus hermano y madre sólo para ver cómo guiñaba su ojo sacándome fuera de la habitación aún cargándome.

— Estás más pesada de lo que recordaba.

— Oh, gracias por decirme que engorde, Stanley — rodé los ojos intentando mantener la calma, me estaba llevando a un lugar donde estaríamos solos, es decir, que querrá hablar conmigo y yo sinceramente no quiero hablar con él, para nada.

STAY, Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora