Capítulo 10

1.9K 171 26
                                    

Capítulo 10: Irrelevante.

Me encontraba tirada en el piso del balcón magullada y soltando alaridos de dolor por lo bajo, pero no era momento de llorar, era momento de levantarse como una luchadora borrar la mueca de dolor profundo que estaba sintiendo y sonreír falsamente ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me encontraba tirada en el piso del balcón magullada y soltando alaridos de dolor por lo bajo, pero no era momento de llorar, era momento de levantarse como una luchadora borrar la mueca de dolor profundo que estaba sintiendo y sonreír falsamente a mi padre que probablemente vendría subiendo como loco las escaleras. Me levante a duras penas observando de reojo a Tom quien soltó un notable suspiro de alivio al verme viva después de caer de la rama del árbol de espaldas al piso, y si, había dolido infiernos. Y sin decirle o darle otra mirada más ingrese en la habitación prácticamente saltando como un rayo a la cama y tomando el primer libro que encontré en el camino.

Entonces la puerta se abrió con fuerza dejándome ver a un atento hombre que ya no tenía barba y sus ojos entrecerrados analizándome por unos segundos que me parecieron eternos — Hija, hey ¿Tú.... Tú estás sola? — preguntó mirando toda la habitación con el ceño fruncido y un tono de incredulidad realmente notorio en su voz.

— Eh, si ¿Porque estaría con alguien? — me acomode fingiendo lo mejor que podía mi voz y sonrisa inocente, pero al sentir mi espalda adolorida golpeando con el respaldo de la cama solté un gemido por lo bajo haciendo una mueca que eliminé al segundo al ver la mirada expectante de mi madre sobre mi desde la puerta quién sonreía con una ceja alzada sin signos de querer hablar — Ustedes me dijeron cero contacto con gente del exterior, estoy cumpliendo sus normas — asentí con la cabeza como niña obediente, pero por el interior estaba con unas terribles ganas de matar a Harry Holland, él era el culpable de todo lo que estaba sucediendo.

— Así que... ¿Estás sola? — preguntó nuevamente mi padre acercándose a mi a paso lento escuchando cómo retumbaba el sonido de sus zapatos pesados por toda la silenciosa habitación.

Asentí con una sonrisa inocente más falsa queeee, no sé ¿El amor que tiene Dylan O'brien por mi? — Muy sola.

— ¡Eva! — gritó una voz a lo lejos, una voz que claramente reconocí a los segundos, mordí mi labio aún observando fijamente a mi padre que ahora su ceño se había fruncido mucho más cruzándose de brazos sin mucha gracia impregnada en su rostro y sin poder retenerlo presa de mi propia seguridad lo vi salir de la habitación en dirección al balcón que como vi por el ventanal un Thomas muy simpático saludó a mi padre con su mano y su inquebrantable sonrisa de siempre — Buenas tardes, señor Pete.

— Señor Cameron para ti, niño — respondió mi padre con un tono autoritario haciendo que mi boca se entre abriera queriendo ahora mismo estar a unos cien metros de distancia de aquí — Y tu — hablo con fuerza girándose a mi mirándome por medio del ventanal que nos separaba — Sé que saliste, te vi pasar por el balcón, no vuelvan a hacer eso de Romeo y Julieta.

STAY, Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora