Capítulo 12

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Capítulo 12: Tiempo padre e hija.

Sonreí entretenida mientras la música a tope en el auto retumbaba fuertemente en mis oídos llegando a perturbarme por un momento, pero suprimí con facilidad el sentimiento al ver a mi contento padre manejando el carro concentradamente mientras can...

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Sonreí entretenida mientras la música a tope en el auto retumbaba fuertemente en mis oídos llegando a perturbarme por un momento, pero suprimí con facilidad el sentimiento al ver a mi contento padre manejando el carro concentradamente mientras cantaba la canción que aleatoriamente sonaba en la radio local, pero obviamente mi padre se la sabía, él se sabía casi todas las canciones que colocaban en exactamente esa radio.

Tararee por lo bajo el estribillo de la canción que sorprendentemente me aprendí a la primera que la escuche, era bastante pegadiza y fácil de acomodar por el estimulante ritmo que con una increíble facilidad te incentiva a mover la cabeza al compás.

Pasaron no muchos minutos hasta que por fin llegamos a nuestro destino apagando el motor del auto y con él la música que nos entretenía en nuestro viaje. Observe por la ventana la gran casa que parecía desolada por su mala apariencia y podía jurar que hasta esta distancia se podrían ver las telarañas en sus ventanas que consta recalcar, tenía una echa trizas.

— Es horrible ¿no? — intente contener la risa que tentativamente quería salir de lo más profundo de mi garganta, me giré hacia mi padre apretando mis dientes con una sonrisa llena de falsedad.

— Es ¿pasable? — comente dudosa haciendo que mi papá soltara una risita abriendo la puerta de la camioneta sacando la mitad de su cuerpo — imagino que me pagarás por ayudarte ¿no es así? — interrogó bajando de la camino con rapidez mirando fijamente la puerta que cerré con fuerza el logo de la pequeña empresa de mi padre donde remodelar era su principal trabajo, bueno, seguido de las bienes raíces que por el momento estaba pausado por la actual crisis sanitaria que estaba mundialmente activa.

— La ayuda no se paga, Eva, trabajarás para mi por hoy — aclaró mi padre con su habitual tono regañón y agudo, era realmente gracioso cuando se enojaba porque subía su tono de voz llegando a ser insoportablemente chillona soltando gallitos de vez en cuando dando por terminada las discusiones con risas de ambos — toma un mazo con cuidado ¿si?

— Si, señor — musito como un fuerza llevando con rapidez mi mano a mi frente haciendo una seña de respeto militar.

Observo entre risas como mi papá ríe por lo bajo tomando el su propio mazo y una caja con herramientas entrando sin mirar atrás. Bufo por quedarme sola agarrando el mazo lo más rápido que pude, pero me arrepentí al sentir el peso casi cayendo al piso junto a él, pero antes que sucediera me afirmé con fuerza y caminé dentro de la casa fijándome que se veía mejor por dentro.

Oh, que ironía...

Apenas entro camino hacia el ruido que provocó mi papá al tirar si caja de herramientas sobre una mesa de madera resonando por toda la desolada casa de allí saco unas gafas que se colocó rápidamente junto a unos guantes, atenta a sus acciones apoye el mazo sobre la misma mesa, pero el no se volteó hacia mi, en cambio se giró ya con su mazo en manos caminando a una pequeña cocina repleta de muebles cafés caoba. Pero antes que las palabras salieran de mi boca para preguntar sobre que haríamos tiro de un golpe con el la herramienta una parte de una pared.

Date del susto dando un paso atrás fruncí no mi ceño cuando se giró hacia mi con una sonrisa satisfactoria, esta disfrutando destruir más el lugar — ¿que haces aun allí? ven, Eva.

— Papá, estas loco — confesé mirando levemente la caja de herramientas acercándome a tomar unas gafas que no me coloque al momento si no que empecé a jugar con ellas entre mis manos — sé sincero ¿para que me trajiste? — subí mi mirada a él quien solo sonrío apoyando el mazo en el piso.

— Porque eres mi hija favorita y te amo.

— Soy tu única hija — acusé frunciendo mis labios con una confusión notable.

— Lo sé, pero eso no cambia el echo de que te amo y que estoy intentado recuperar el tiempo perdido después de años extrañándote... — explicó tomando el mazo en el aire sonriendo entretenido, el pequeño dolor constante llamado culpa me ataco al ver sus ojos verdes sinceros obsérvame a la distancia. Ahora él no estaba preocupado e intranquilo como cada vez que me llamaba o me iba a ver a donde yo estuviese, estaba tranquilo y sorprendentemente con una sonrisa de alivio, estaba aliviado de que estuviera con ellos. Yo era causa de su histeria de siempre, como buen padre que era siempre se ah preocupado por mi y mi bienestar mientras estuviese fuera, y ahora que estaba aquí, podía descansar. Realmente saber todo esto me hacía sentir culpable de una forma no tan gratificante.

— Me haces sentir culpable — susurre bajando un poco mi mirada mientras sentía mi pie derecho golpear constantemente el piso provocando un sonido perturbarte en el lugar.

— Lo sé...

Suspiré para al fin colocarme las gafas seguida de los guantes y con paso decidido caminé hacia mi papá quien dio unos pasos atrás mientras que golpeaba la misma pared que él hace unos pocos minutos haciendo que un escalofrío de satisfacción me recorriera. Era realmente liberador romper cosas con un mazo sin importar nada más allá de tus acciones.

No se cuanto tiempo estuve exactamente con mi papá destruyendo esa pobre cocina que ahora era puros escombros de vidrio y madera. La luz anaranjada de atardecer se coló por las sucias ventanas del lugar dándonos el aviso de que era hora de
volver a casa, pero no nos importó demasiado, mi papá estaba sentado a mi lado en una fea silla de madera mientras veía lo que habíamos echo toda la tarde mientras bebía de su botella de cerveza, yo estaba igual que él bebiendo con lentitud el líquido por mi poca experiencia en el alcohol. Lo único que se escuchaba en el lugar era el sonido de nuestras bocas tragando el líquido amarillento y agrio que se me hacía cada vez más raro, quizás por su cambio de temperatura por todo el tiempo que llevaba entre mis manos.

— ¿Crees que tu mamá me mate por darte de beber? — preguntó de la nada el hombre a mi lado llamando mi atención, curiosa y analizando las posibilidades de su pregunta me giré a él haciendo un pequeño puchero mientras pensaba en mi repuesta.

— Mmmmm, si no se entera, no — negué divertida dejando de lado la botella apoyándola en la mesa donde me encontraba sentada.

— Oh, claro que se dará cuenta — dijo mi papá en un suspiro bebiendo un largo trago de su cerveza para ya con la botella trasparente vacía tirarla sobre los escombros frente a nosotros a unos centímetros de distancia.

— Es verdad — concorde con él mordiendo mi labio apoyando mis manos atrás para doblar mi espalda y mirar el desgastado techo sobre nosotros — mamá siempre se da cuenta de todo y si no lo hace, va a sacarte la verdad con la "mirada" — suelto una pequeña risita moviendo mi pie derecho en un golpeteó constante, otra vez, había acostumbrado este molesto tic desde que había vuelto a Londres, no lo sé porque lo hacía o en qué ovaciones, solo sucedía.

— La mirada me provoca escalofríos y...

— Hace que le digas todo por los
nervios — interrumpo completando lo que diría con una voz de burla enderezándome para saltar de la mesa — deberíamos irnos ya, mamá se molestará.

— Si, esta bien — aceptó mi papá levantándose entre quejidos caminando hacia mi para rodear mis hombros con su trabajado brazo — pero vamos por unas hamburguesas en el camino.

— Si, esta bien — aceptó mi papá levantándose entre quejidos caminando hacia mi para rodear mis hombros con su trabajado brazo — pero vamos por unas hamburguesas en el camino

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STAY, Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora