━━━━ 𝑺𝑻𝑨𝒀
Estar meses encerrada en mi casa frente al balcón de mi amor de la adolescencia fue lo peor y lo mejor que me ha sucedido en la vida.
❝Quédate aquí con tu familia, tus amigos, tu pasado, solo quédate junto a mi, Eva❞
[Original sofiadaa...
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El fuerte sonido de la puerta principal siendo pesadamente cerrada con fuerza se escuchó por toda la casa que ahora se encontraba desolada con solo una habitante, quien era yo.
Sonreí contenta y terminé des prolijamente mi coleta dejando algunos pares de mechones cayendo rebeldemente por mi rostro los cuales aparte sin importancia. Tome una de las miles de mascarillas que tenía y la metí sin importancia en mi bolsillo de la sudadera gris que llevaba con mis manos casi temblando de la emoción. Ya completamente lista bajé casi corriendo escaleras abajo casi cayéndome en el proceso y hubiese rodado por las escaleras si no fuera porque me agarré como mi vida dependiera de ello al barandal.
Gracias dios por crear esa idiotes de madera que salvó mi vida.
Abrí la puerta en un movimiento rápido cerrándola en un portazo no previsto saltando de la impresión, pero deje de lado el susto y el mini infarto al ver al emocionado castaño de rulos locos trotando en mi dirección con su característica sonrisa que tanto me hipnotizaba.
— Ho... — ni siquiera llegue a formular completamente mi saludo cuando los labios locos y impacientes del chico chocaron con los míos proporcionándome un beso sorpresivo sin dejándome con la oportunidad de aprovecharlo completamente por mi pequeño shock de sorpresa, cuando se separó con una sonrisa contenta que me dejó más ida y confundida — Wow ¿De donde a venido eso?
— A que llevamos dos días, cinco horas y treinta minutos sin besarnos... — balbuceó el chico sin mirarme tomando de mi muñeca con impaciencia jalándome junto a él a su auto.
— ¿Llevas la cuenta? — pregunté tanto sorprendida como extrañada, es decir, él me gustaba mucho, pero no iba por la vida pensando en cuánto tiempo llevaba sin besarlo cuando nos besamos por primera sólo hace un par de semanas.
— Mi mente se aburre si no estoy contigo, no tengo nada más que hacer que pensar en ti — explicó aun sin mirarme abriendo la puerta del copiloto ahora si observándome mientras me daba una sonrisa que me hizo sonrojarme demasiado junto a su confesión.
— Tú... Tú estás demente — hablé por lo bajo soltando una risita para subir al auto con mi rostro apunto de estallar por la vergüenza que me causo sus cursis palabras.
— Lo sé — dijo en un suspiro el chico sentándose a mi lado regalándome en todo momento de sus sonrisas de actor de cine, bueno, él era uno así que tiene sentido ¿no?
Thomas tomó de mi mano con suavidad mientras que con mi mano libre tomaba de mi mascarilla tapando la zona baja de mi rostro acomodándome mejor en el asiento en total calma escuchando la suave música de Jazz que colocaba la estación de radio que había colocado al azar Tom en un viaje tranquilo hacia donde... Bueno, a decir verdad yo no sabía hacia donde íbamos, pero él chico dijo que ir no me preocupara ya que no habría gente a nuestro alrededor que podría contagiarme del virus mortal que podría, bueno, matarme.
