Narra Hugo
Ni Nia ni Javy vendrían hoy a dormir al piso.
Entramos a nuestro piso dándonos con cada mueble. Empuje con mi cuerpo a Anaju, hasta que el suyo chocó contra la pared. Subió sus piernas enrollandolas en mi cintura. Mi ereccion era más que notable, lo que provocó que un pequeño gemido saliese de su boca en pleno beso. Baje mis manos a la zona baja de su espalda. Y ella terminó el trabajo, separándose del beso, sonriendome, cogiendo mis manos para llevarlas más abajo, directamente a su culo. Después volvió a besarme mientras yo aún sonreía como un bobo.
La agarre con fuerza y empecé a andar hasta nuestra habitación. Entrando y cerrando la puerta tras de mí, apoyándome en ella. Ande hasta la cama y la dejé con suavidad, separandome de sus labios, únicamente para mirarla, era preciosa...una diosa, mi diosa.
Me agarró de él cuello de la camisa, y tiro de él, hasta que consiguió tumbarme al lado suyo. Se giro y se puso encima de mi, a horcajadas. Me encantaba que hiciese eso, que llevase las riendas, me encantaban todos y cada uno de los detalles de Anaju.
Empezó a desabrochar los tres botones de la camisa que llevaba abrochados aún. Lentamente. Poco a poco. Subió a mi cuello y empezó a besarlo, a dejar pequeños mordisquitos que dejarían marca casi seguro. Se deshizo de mi camisa por completo. Y empezó a bajar, besando mi abdomen, y acercándose al borde de mi pantalón. Pasando sus manos por mi ereccion, aún cubierta por demasiada ropa, para mi gusto. Tire de ella hacia arriba, porque me estaba matando, y uní nuestros labios.
-No eres capaz de aguantar ¿ehh Huguito? - dijo separándose de mis labios para hablar.
-¿Acaso lo sérias tu? - dije desafiante.
-Claro que si. - dijo segura.
-Probemos. - dije agarrando su cintura con ambas manos y girandola para quedarme yo arriba, entre sus piernas.
Empeze a deslizar el mono rojo hacia abajo, poco a poco, muy poco a poco. Besando todos y cada uno de los lugares de su cuello. Baje el mono hasta la altura del ombligo, dejando así su sujetador al descubierto. Bese y acaricié cada milímetro de su piel, y me deshice del sujetador, mientras la miraba a los ojos, sacando la pantera que en aquella clase con Ivan habíamos desatado y que ya nunca volvería a desaparecer. Le quite el mono al completo. Dejándola únicamente con un tanga rojo, como no podía ser de otra manera. Sabía como provocarme y lo conseguía, y tanto que si lo conseguía.
Empecé a jugar alrededor de aquella pequeña prenda roja. Besando sus muslos, su abdomen, mientras no separaba mi mirada de ella, y de aquellos ojos negros que me cautivaron desde el primer día que la vi. Empecé a acercarme más y más y....me cogió y me subio a sus labios, a lo que yo reí sintiéndome victorioso.
-Acaba ya con esto. - dijo mirándome a los ojos y mordiendose el labio.
-Pídemelo. - dije con una sonrisa de tonto en mi cara que no era normal.
-Quiero que me folles, Huguito. - dijo acercándose a mi oído.
-Follame tu, pantera. - dije dejándome caer a un lado de la cama.
Se deshizo de mi pantalón, y de mis calzoncillos, a la vez de que se deshacía de su pequeño tanga rojo, de la manera más sexy posible.
Se subió encima mío a horcajadas. Y me beso, mientras con una de sus manos introducía mi mienbro en ella. Provocando que mi piel se erizase por completo.
Empezó a hacer movimientos lentos, a la vez que yo, mientras nuestro labios no se separaban, ni tenían pensado hacerlo. Un pequeño gemido salió de nuestras bocas a la vez, lo que provocó que ambos nos excitasemos aún más si era posible. Teníamos conexión hasta para eso, eramos la persona del otro en todos y cada uno de los sentidos.