Parte 2

207 24 0
                                        

En mi cumpleaños número 16 que claramente era de esperarse de que no recibiría  regalos, ni fiestas. El único que me felicitó fue mi padre que se podría decir que me "quería" pero igual me alegraba saber que por lo menos el se acordaba de mi cumpleaños.

Cómo pueden saber, mi vida es un caos, es basura y da pena, a veces se me ha pasado por la mente huir pero era demasiado cobarde para hacer eso.

No se ustedes pero para mí toda persona debía tener un secreto guardado que nunca le ha contado a nadie, yo tengo uno que nadie sabe, bueno....casi nadie, la única que lo sabe es mi mejor amiga Bell.

Desde que mi madre murió después de unos meses de su entierro me sentía rara, sentía como si alguien me observara, sentía que me susurraban en mi oido. ¿ Nunca les ha pasado por la mente que cuando están enojados con alguna persona, siempre desean su muerte ? ¿ siempre se han imaginado matar a esa persona para aliviar el enojo ? Bell una vez me dijo que cuando pensamos en esas cosas es porque nuestra parte malvada a despertado y desea salir.

Pues yo, tengo una parte mala, cada vez que me miro en el espejo la veo, no me reflejo yo, si no ella. Se podía decir que ella era como mi amiga imaginaria, sip, muy macabra pero....en ese tiempo tenía la mente así de mala, pero tampoco pensé que ella se iba a quedar conmigo tanto tiempo.

Ella tiene los ojos oscuros, le falta uno de sus ojos el cual solo deja ver un vacío. En su cuello tiene una cicatriz muy notable como si se hubiera picado el cuello, su pelo es negro por completo. Siempre tiene las manos llenas de sangre y siempre.....me susurra cosas malas.

Volviendo con mi penosa vida que cada día da más pena y la verdad no le deseo a nadie que viva como yo. Los meses habían pasado y aquella mujer se le notaba más el interés por el dinero que poseía mi padre, obviamente mi padre ocupó el cargo de mi madre en aquella empresa y a ganado bastante dinero, aquella mujer había hecho que mi padre firmara un testamento con la excusa de que si algún día le sucede algo malo ya lo tuviera hecho y claramente ella heredando casi todo. Era obvio que ella lo quería matar y la verdad lo consiguió.

Cuando tenía 17 años todo iba a peor, el odio crecía más. Era de noche y me levanté gracias a una pesadilla que tuve. Me levanté de mi "cama" y salí del cuarto para ir a buscar agua, ya que sentía mi boca seca, pero ví la puerta del cuarto donde mi padre duerme con aquella mujer entreabierta, me acerqué lentamente y miré a través del pequeño espacio que me permitió ver la peor escena, era Claudia clavando repetidas veces un cuchillo en el pecho de mi padre que ya estaba muerto. Claudia tenía una gran sonrisa en su rostro y sus manos cubiertas por guantes de cuero. Horror, miedo, odio, fue lo que sentía en aquel momento, mi corazón no dejaba de latir, mi respiración se había acelerado por completo.

— Mátala ahora, dale su lección — decía Dani que era como se llamaba mi supuesta amiga imaginaria, solo yo podía verla, era obvio, estaba al lado mío — primero viene y hace de tu vida un completo caos manipulando a todos, haciendo que duermas en un basurero como habitación, hace que todos te odien más, que seas humillada y ahora, asesina a tu padre sin piedad alguna — me decía sonriendo

— no, no la voy a matar, mejor llamo a la policía — susurré

—¿ a la policía ? nadie te va a creer, yo...te ayudaré acabar con todos...

Mi vista se volvió borrosa para luego, todo se volviera negro. Desperté, era de día, pensé que todo era una pesadilla pero no fue así. Sentía mis ojos picar, mi nariz humedecer, las lágrimas se empezaron a deslizar por mis mejillas sin control alguno. Estaba llena de sangre, con un cuchillo en la mano y en la otra mano tenía la cabeza de mi hermano. Grité de horror soltando la cabeza y miré a todos lados, me encontraba en la habitación de mi padre, mi hermana Diana estaba recostada en la pared sin brazos, uno de sus brazos lo tenía metido en la boca hasta la garganta, el otro estaba a su lado, no tenía ojos y estaba bañada en sangre, Melissa, una de las hijas de Claudia no tenía la mandíbula inferior, sus piernas estaba cortadas de manera que me dió asco, tenía unas tijeras clavadas en su garganta, a su lado tirada en el suelo estaba su hermana con el vientre abierto y mi padre sobre la cama muerto. La única que faltaba era Claudia que no estaba.

— ¡¡¡ QUE HICISTE !!! ¡¡¡ QUE RAYOS HICISTE !!! — Gritaba sin parar, fue ella, ella mato a todos, yo no fui, fue mi doble, ella fue — ¡¡¡ PORQUE HICISTE ESTOOO !!! — No recibía respuesta alguna, salí corriendo de aquel cuarto lleno de sangre y me dirigí a la salida de la casa, tenía que huir, pero al abrir la puerta me ví rodeada de policías apuntandome con armas, aún tenía el cuchillo en una mano, así que lo solté rápido, aparte de los policías habían personas mirándome horrorizadas en especial a Claudia quien tenía una gran sonrisa.

— ¡¡¡ Dese la vuelta y ponga sus manos sobre la cabeza !!! — decía uno de los policías mientras uno se me acercaba con un arma y otro con unas esposas.

— Yo no mate a nadie, fue ella — señalé a Claudia temblando y sin dejar de llorar — ¡¡¡ fue ella !!!

Dos policías se me estaban acercando más y más y uno de ellos me tomó del brazo fuertemente e intentó que mis brazos estuvieran a mi espalda para colocar las esposas detrás, comencé a forcejear pero fue inútil ya que con ayuda del otro me tumbaron al suelo y me pusieron la manos detrás de la espalda para esposar mi muñecas. Seguido de eso me levantaron y me hicieron caminar, me moví de forma desesperada, no dejaba de gritar y llorar mientras sentía las miradas de todos y obviamente ninguna fue de pena o remordimiento, todas las miradas eran de odio, terror y pánico. Lograron meterme dentro de una camioneta negra y me llevaron.

INTERNADA CON LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora