Parte 22

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La locura te controla
y te hace su esclavo
Jeff THE killer

8:11 de la noche, las tres sentadas en sillas, amarradas y amordazadas. Jeff nos había dejado en la habitación encerradas, se había ido por fin después de torturan a Leila quien le faltaba los cuatro dedos de la mano izquierda, mientras que su brazo derecho no estaba completo, su mano fue cortada y le cortó todos los dedos de los pies. Leila estaba perdiendo bastante sangre y muchas de las veces en las que Jeff le cortaba un dedo Leila se desmayaba pero era obvio que Jeff le daba una bofetada fuerte para despertarla y estar presente mientras sus dedos eran eliminados.

Marian no paraba de llorar, Leila estaba callada mirando fijamente el suelo como si fuera lo más interesante del mundo y yo solo miraba la puerta con la esperanza de que cuando se abriera fuera alguien para ayudarnos. Pero no fue así, la puerta fue abierta dándole paso al asesino de cabello quemado, de ojos con ausencia de párpados y una sonrisa larga que fue tallada con un cuchillo.

Sin palabras alguna se dirigió a Leila y la desató, tomo a Leila de su cabello canoso y la levanto para luego golpearla y que el cuerpo de Leila cayera al suelo gritando de dolor. Con su cuchillo en manos se agachó y Leila lo miró con sus pupilas dilatadas suplicando a través de su mirada al menos una gota de piedad por parte de Jeff. Sin embargo Jeff solo dirigió sus labios al oído de Leila y le susurró su frase GO TO SLEEP para luego alejar su labios de su oído y sentir los intentos de gritar de Leila ya que estaba amordazada nuevamente. Alzó su cuchillo y sin más miramientos enterró el este en el pecho de Leila y comenzar a deslizarlo con dificultad hacia abajo hasta llegar al vientre. Sangre y sangre era lo que mis ojos veían con horror, Marian y yo desviamos la mirada mientras intentabamos gritar que se detuviera.

Lo peor de todo es que no termino ahí la matanza, clavó el cuchillo ensangrentado en los ojos de ella para luego perforar sus mejillas. Continúo apuñalando el cuello y para terminar tomo del pelo de la muerta de Leila y comenzó a tirar de el mientras que su otra mano sujetaba el cuello. Y por fin consiguió lo que quería, ya que terminó arrancando la cabeza de Leila. Ambas comenzamos a forcejear con las ataduras de manos y tobillos, causandonos rozaduras, Jeff estaba completamente lleno de sangre, la habitación era un completo desastre.

Su risa. Eso nos dió más miedo, ya que reía de manera descontrolada y alocada. Luego de eso tomo el cuerpo de Leila y salió de la habitación junto con la cabeza de la que algún día fue mi amiga y madre.

Las horas pasaron y por suerte Jeff no aparecía aún, Marian se había quedado dormida pero yo no podía dormir. Había un silencio que inundaba la habitación que se mantenía a oscuras, Dani no ha aparecido en ningún puto momento y no sé si agradecerlo o suplicar para que vuelva. No sabía por cuánto tiempo iba a estar atada aquí y la verdad no me quedaría mucho.

El móvil de Marian que se haya en el bolsillo derecho de su pantalón comienza a reproducir una música provocando que ella despierte y yo comience a temblar. La estaban llamando, nos miramos con horror a través de la oscuridad y como ya sabía, la puerta de la habitación no dudó en ser abierta bruscamente y que la luz fuera encendida para ver a un Jeff manchado de enojado.

El móvil de Marian dejo de sonar por unos segundos para luego volver a recibir una llamada. Jeff se acercó a Marian y esta comenzó a llorar mientras negaba con la cabeza. En modo de burla Jeff comenzó a acariciar su cabeza mientras que con su otra mano sacaba el celular del bolsillo y veía el nombre en la pantalla.

— Es tu estúpida madre — dice serio mientras el móvil seguía sonando — me parece que voy a tener que acelerar las cosas con ustedes — Jeff bajó la venda de la boca de Marian quien no dejaba de temblar — Aceptaré la llamada y tú hablaras normal con tu querida madre y si haces algo que no es, este cuchillo de aquí se deslizara por tu cuello — dice con una sonrisa mientras saca del bolsillo de su sudadera el famoso cuchillo, su fiel amigo — Creeme que sentir la sensación de tu piel siendo cortada no te será agradable — Marian asiente temblorosa y Jeff esperó a que llamarán otra vez, minutos después el móvil recibió otra llamada y Jeff descolgó y lo colocó en la oreja de Marian mientras que Jeff le decía sin hablar que se calmara para no estropear las cosas.

— ma...— respiro hondo — mamá...— iba a seguir hablando pero Jeff alejó el móvil y lo puso en altavoz y mis oídos captaron los gritos desesperados de la mujer.

— ¡ Marian dónde rayos estás ! — exclama la madre del otro lado de la línea

— yo pues...— dice conteniendo las lágrimas y mirando a Jeff quien se mantenía con la expresión seria — estoy en casa de Ana, me voy a quedar a dormir aquí con ella, perdón por no avisarte — traga pesado — después de lo que le sucedió a mi hermana no creo poder dormir sola, ¿ Crees que me puedas dejar con Ana hasta mañana ?

— No me puedes asustar de esa forma — habla mas calmada la madre del otro lado de la llamada — bien, te puedes quedar hasta mañana, pero la próxima vez necesito que me avises con tiempo

— Gracias mamá, la próxima vez...— se detiene para tragarse el llanto — yo te lo digo — y Jeff termina la llamada

— Que gran actriz serias — dice mientras le da palmadas en la mejilla a Marian — buena chica

Y sin más se volvió a ir, no sin antes volver a ponerle la venda en la boca. Ahí nos quedamos una vez más, solo podía sentir los sollozos de mi amiga, no sabía qué hora era, ni cuántas pasaron, pero Jeff volvió a entrar al cuarto, mi cuerpo se tenso involuntariamente al sentirlo cerca. Me comenzó a desatar y me cargó sobre su hombro como un costal de papas y salimos de la habitación. No pude evitar darle patadas y puñetazos, pero sentir el filo del cuchillo en mi pierna hizo detenerme. Llegamos al baño y me bajó sin cuidado de su hombro.

— ¡¿ que crees que haces ?! — grité

— Cállate y quítate la ropa — dice sin más cerrando la puerta con seguro — nos divertiremos un rato — sonríe

INTERNADA CON LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora