Parte 27

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Los malos también tienen
una razón para sonreír
EYES JACK

— ¡¡ DESPIERTA JODER !! — siento mi mejilla arder y despierto sobresaltada fulminando con la mirada al loco frente a mi

— ¡¿ Que rayos te sucede ?! — grité enojada — ¿ Necesario pegarme ?

— No me grites, no creo que estes en posición para hacerlo, en estos momentos estas totalmente indefensa, totalmente a mi merced, no me provoques

— pues no tenías hacerme eso, no había necesidad, no he podido dormir bien y encima me despiertas así — Jeff se ríe

— ¿ Que ? ¿ Acaso te molesta la camisa de fuerzas ? — dice en tono de burla

— obvio pedazo de anormal

— no es mi problema entonces, no sabes lo que he tenido que pasar dentro de esa mierda, ahora ya sabes que es molesto tenerlo puesto — sonríe como siempre — pero bueno, estoy deseando jugar contigo

Trago pesado sabiendo que de esta ya no me salvo. Jeff comenzó a acariciar mi mejilla lo cual no me gustaba, su tacto se sentía incómodo ya que su piel no era para nada suave.

— aleja tu fea mano de mi cara, es horrible, se siente como cuero y no me gusta — le dije intentando alejar mi cara de su toque

Jeff se había quedado callado por unos segundos y cuando menos lo espere comenzó a reírse como maniático, lo cual me aterraba y lo miraba confundida.

— cuero...— dijo mientras alargaba aún más aquella sonrisa — ya sé cómo vamos a empezar el juego niña tonta, será divertido

(...)

— ¡ AAAAAAAAAHA ! — cada vez que aquel látigo azotaba mi espalda lastimandome, arrancaba un grito desgarrador de mi parte. Se sentía horrible, no soportaba el ardor

— ¡¡ NO TE OIGO CONTAR !! — se burla mientras vuelve a azotar mi espada desnuda que ahora estaba marcada y sentía un líquido deslizarse por ella — que pena, volvamos desde el principio y está vez quiero que cuentes los malditos azotes — dijo y seguido a eso volvi a sentir el horrible ardor sobre mi espalda

— ¡ Jeff detente ! ¡ Me duele ! ¡ POR FAVOR ! — grite con lágrimas en mis ojos

— ¡¡ CUENTA MALDITA SEA !! — grita al borde del enojo

— ¡¡ UNO !! — grite cómo pude para sentir el otro impacto — ¡¡ DO-DOS !!

Luego de cinco azotes más no logré seguir soportando tal dolor y me desmayé, pero obviamente en cuestiones de segundos sentí mi mejilla arder. Abrí los ojos rápidamente viendo el rostro sonriente de Jeff. Mi espalda ardía y sabía que estaba marcada y sangrando.

— todavía no hemos terminado — habla
Jeff mientras camina por toda la habitación viendo la variedad de objetos de cuero pensativo sin saber con cual proseguir la tortura. Tenía una cadena rodeando mi tobillo.

Mientras Jeff aún pensaba cuál elegir yo solo me limitaba a llorar, como pude toque una parte de mi espalda y emití un gemido de dolor, me ardía horriblemente la espalda. Al ver mis dedos manchados de sangre supe que estaba muy lastimada.

Así estuvimos por un rato mas hasta que por fin se detuvo. Yo estaba casi inconsciente, no aguantaba el dolor. Senti un alivio en mi tobillo al ver cómo Jeff retiraba el grillete y pude ver una raspadura en aquella zona, la cual también me causaba dolor. Pude sentir como era alejada del suelo, Jeff me cargo en sus brazos y me llevó a la habitación donde estaba antes. Me acostó boca abajo sobre la cama y con las cadenas que colgaban de la pared las coloco en mis muñecas.

Pensando que al fin todo acabo sentí un lado de la cama hundirse. Me quedé quieta, no podía saber que era lo próximo que haría, pero mis dudas se aclaró cuando pude captar un olor conocido. Alcohol.

— ¡¡ JEFF NOOOO !! — grité con muchas fuerzas cuando Jeff vertió todo el alcohol sobre mi espalda y no pude evitar gritar y de moverme buscamente mientras las cadenas lastimaban mis muñecas, se sentía horrible aquel ardor, sentía que mi espalda quemaba, me provocaba un ardor irresistible

— ¡¡ QUEDATE QUIETA JODER !! — exclama enojado provocando que deje de moverme con descontrol — si vuelves a gritar te juro que te irá peor

Intenté mantenerme en silencio por un buen rato hasta que por fin quito las cadenas de mis muñecas. Me coloco la camisa de fuerza y me engancho aquellas cadenas oxidadas.

— me iré por unas horas — habla mientras se aleja — pórtate bien, si quieres duerme para que descanses un poco y estes lista para el siguiente juego — se burla para luego salir por la puerta y cerrarla

(...)

— fue suficiente por hoy — dice para salir de la habitación y dejarme sola como siempre. Adivinen como estoy, les daré una pista. Tenedores. Seguro que ya tienen alguna idea del uso que le dió Jeff a los cubiertos.

En estos momentos tengo dos tenedores clavados en los brazos, no me los quitó el muy imbécil, las punzadas que sentía en mis brazos era terrible, alrededor de los dientes del cubierto, mi piel se ponía roja y morada, mis ojos ardían de tanto llorar y mi garganta picaba de tanto que grité por piedad.

Las horas habían pasado y me parecieron eternas. Para cuándo lograba acostumbrarme al dolor que sentía quise intentar dormir. Pero me resultaba muy difícil por dos cosas. La primera. El dolor era horrible, tenía los brazos alzados gracias a las cadenas que sujetaban mis muñecas. La segunda. Sentía pasos y murmuros aproximarse y me estaba comenzando asustar.

Aquellos pasos se acercaban mas y mas hasta que la puerta de hierro se comenzó abrir lentamente, enseguida por mi mente cruzó que era Jeff para continuar con la tortura, pero una cabellera larga y oscura me  alivió sin evitar gritar por ayuda.

— ¡¡ AYUDENME POR FAVOR !! — grite al ver cómo una mujer de uniforme se adentraba a la habitación

— ¡¿ que rayos ?! — exclamó la chica viendo los tenedores —  chicos...  — habló por una radio intercomunicador color negro que suelen usar los policías — encontré a Daniela Olveira, estoy en el cuarto piso, habitación 22 — La chica viendo mis brazos con aquellos tenedores los empezó a sacar delicadamente sacando quejidos de mi parte, mis brazos comenzaron a sangrar y aquella chica se asustó sacando vendas de su bolsillo y vendar mis brazos por completos — con esto aguantaras hasta el hospital, ¿ estas tu sola aquí o hay alguien mas ?

— Hay alguien mas, es Jeff — hablé con lágrimas en los ojos

— ¿ dónde está Jeff ?

Le iba a responder, pero mis lágrimas comenzaron a salir viendo una figura masculina detrás de la chica llena de sangre. La chica viendo mi expresión de miedo, se dió cuenta que no la miraba a ella, confundida se giró lentamente...

— aquí estoy...


INTERNADA CON LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora