Parte 8

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— ¡ Despierta !

Mis ojos se abren y observo a la persona que había interrumpido mi sueño. Era victor que traía una bandeja con comida y un vaso de agua.

— ya es hora de que te levantes, te traje de comer — lo pone sobre la cama en el espacio vacío que había a mi lado, observo a Víctor de arriba abajo viendo que está bien

— ¿ Estas bien ? — pregunté y Victor levanta una ceja sin comprender — lo digo por...

— estoy bien, la herida que me provocaste con las tijeras no fue profunda — responde serio y yo solo asentí aliviada

— de verdad lo siento, no debí lastimarte, ni a tí ni a Ingrid — hablé bajando la cabeza

— tampoco matar a un enfermero, pero ya no importa

— no fui yo, de verdad...— por su mirada decidí cerrar la boca

Me siento en la cama recostando mi espalda a la pared y tomo la bandeja para ponerla en mis muslos, miro con mala cara el vaso de agua, de seguro debe tener algo dentro.

— Solo por decir, no tiene nada el agua y come rápido que tienes visita — habla victor cruzado de brazos

— ¿ visita ?

— si y apresúrate — sale del cuarto cerrando la puerta tras el

Me dispongo a comer pero obviamente a mi manera, lentamente, no quiero atragantarme por su culpa. Al terminar voy al baño, me lavo los dientes y hago mis necesidades. Al salir del baño me encuentro nuevamente a Victor recogiendo la bandeja para llevarsela y dejar la puerta abierta para darle paso a Ingrid la cual llevaba el cabello suelo esta vez y un parche color gris en la mejilla.

— solo vine a decirte que la visita está ahi fuera y...

— ¿ Me perdonas ? — hablé de repente bajando la cabeza — estaba enojada y actúe de manera impulsiva

— No te mereces mis disculpas Daniela, me decepcionaste, acabaste con mi confianza, ahora solo recibirás el mismo trato que los demás — no dice mas y sale de la habitación pero al mismo tiempo entra la persona que mas odio en el mundo la que menos quería ver de todos, si tuviera algún súper poder ahora mismo ella ya estaría ardiendo en llamas. Mis ojos reflejaban rabia, no necesitaba a mi doble que me dijera que la matara porque los deseos de hacerlo me sobraban.

Claudia toma la silla y la coloca frente a mi para sentarse. Llevaba puesto un vestido verde con mucho escote, tenía un collar de diamantes adornando su cuello, hacía juego con los aretes que colgaban de sus orejas, sus labios pintados de rojo, su pelo que antes era castaño fue teñido de rubio. En sus manos sostenía su bolso que a simple vista se podía ver qué era de marca. Hija de puta.

— ¿ como has estado pequeña mocosa ? — habla con una sonrisa

— que te importa, pero es de mi agrado decirte que mejor que allá contigo — dije seria y ella solo rie — y tú cómo veo gozando del dinero de mi padre y sobre todo el mío — decía con rabia

— jajaja, cariño, nada era tuyo, pero si gozando del dinero, compré una casa grande muy hermosa y también...— me enseña una de sus manos con un anillo - casada felizmente y todo gracias a ti

— eres una hija de puta, se perfectamente que mataste a mi padre, tu deberías estas en la cárcel

— era un inútil bueno para nada

— no hables así de el, no mereces ni que te respeten, eres una egoísta, de seguro ni te preocupaste por la muerte de tus propias hijas

— ¿ mi hijas ? Están en un lugar mejor, pero tengo un sustituto — se pone la pano en el vientre y comienza a acariciarlo — estoy embarazada de 3 semanas

— tampoco es que me importe y pobre niño que salga de ti, porque tiene la peor madre del mundo, es una presumida, una odiosa y una hija de puta

— cuanto rencor — se burla — solo te hice una vida mas fácil, aquí al menos te dan atención, bueno, me retiro, pasala bien con tu nueva familia

Pero en cuanto abrió la puerta tomé la decisión de acabar con ella, es la principal culpable de que mi vida terminara así. Me tiré sobre ella cayendo ambas al suelo fuera de la habitación...

— ¡¡ Suéltame estúpida !! — gritaba Claudia mientras intentaba alejarme, pero yo por mi parte la golpeaba y era con el puño cerrado

Eran golpes y golpes, Claudia me tomó de mi cabello y me dió un cabezazo para luego empujarme lejos y levantarse del suelo. Me levanté y corrí hacia ella pero no tuve tiempo de pegarle ya que ella fue más rápida y me golpeó en el rostro.

<> Su bolso se cayó y tiene unas pequeñas tijeras, agarralas y entierracelas en el vientre <>

Me arrastre por el piso hasta tener en mis manos las tijeritas que salían del bolso, sentí que me agarraron del cabello haciendo que me levantara del suelo para luego Estrellar mi cabeza contra la pared. Le daba patadas, la arañaba pero aún así yo recibía peores golpes. Me tomó del cuello y comenzó a presionar cada vez más dificultando mi respiración.

— ¡ la única que falta por morir eres tú mocosa ! — decía mientras apretaba más mi cuello, el aire me faltaba y comencé a toser pero logré enterrarle las tijeritas en el vientre oyendo sus gritos de dolor y agonia

Me soltó y se colocó las manos en el vientre pero antes que se sacara las tijeritas, me adelanté y se las quité para luego clavarse las en el ojo izquierdo y se la volví a enterrar el otro ojo. Ella solo gritaba cada vez mas alto y por primera vez me gustaba acabar con la vida de alguien. Le empecé a dar tijeretazos en todas partes de su cuerpo. La sangre brotaba y manchada todo mi cuerpo.

Pude sentir como las puertas eran golpeadas, aparte de los gritos de Claudia sentía gritos de los demás que estaban dentro de sus habitaciones, me miraban a través de las ventanas de sus puertas y gritaban Mátala

Comencé a atacar el cuello con las tijeras  de Claudia, lo comencé a rajar hasta que me di cuenta que ya se había muerto. Estaba sentada sobre ella, tenía las manos llenas de sangre al igual que los muslos, la sangre en ocasiones me salpicó manchando mi cara y ropa. Giré mi cabeza y vi a Víctor y otros dos enfermeros correr hacia mi. Me levanté rápido con las tijeras en la mano, victor saco la pistola eléctrica de su pantalón.

— ¡ QUEDATE QUIETA ! — grita victor y yo solo suelto las tijeras llenas de sangre, dos enfermeros me sujetaron y Victor me dió descargas electricas con la pistola y caí al suelo con mi cuerpo dando pequeñas sacudidas. Pero no me arrepiento de nada, estaba satisfecha y mi conciencia tranquila al ver la imagen de aquella bruja en una laguna de sangre.

INTERNADA CON LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora