Parte 12

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La mente no tiene límites,
El tiempo si
Clockwork

Martes

— ¿ Cómo te encuentras ?

— Igual de siempre

— necesito un favor tuyo muy importante

— ¿ De que se trata ?

— de...

— ¿ Y porqué debería hacerlo ?

— porque eres un asesino

— y si lo hago ¿ Que recibiría a cambio ?

— pues la libertad, si haces eso te prometo sacarte de aquí

— ¿ Enserio crees que te voy a creer ? Puedes pedirle eso a otro

— No, tu eres el que necesito, ella te teme demaciado y la relación de ambos es destructiva, pero no veo porque no confiar en mi, ten por seguro que te daré la libertad

— sigo sin creerte ni una sola palabra, pero no puedo decir que no a cometer un acto tan delicioso

— Te daré la orden para cuando puedes hacerlo, pero por ahora por favor contrala te, no quiero que te precipites

Una sonrisa, eso fue lo que se formó en el rostro del asesino.

— será un placer hacer negocios con usted

Jueves 3:11 pm

— Eres la chica más débil y estúpida que he conocido — habla victor mientras salíamos de la sala de enfermería del psiquiátrico

— me dolió mucho, esa señora de seguro me odia — dije sobándome el hombro

— fue un pinchazo de nada — se dirige conmigo a las escaleras poniendo los ojos en blanco

Subimos las escaleras mientras yo me quejaba del dolor. Me habían acabado de inyectar y la señora que lo hizo era muy brusca. En cuanto llegamos al final de las escaleras mos dirigimos a la habitación donde nos topamos con una enfermera que llevaba a una chica de cabello negro y con una máscara blanca con el rostro de una chica de labios negros.

— suerte Jane, espero y no grites como la señorita aquí — habla victor y la nombrada Jane asiente con la cabeza, era callada

Seguimos caminando hasta llegar a la habitación donde abrió la puerta y ambos entramos.

— hoy te toca cuidar a jeff de nuevo — dice Victor

— No no no, yo no voy a cuidar a nadie, para eso están los enfermeros de aquí, para eso trabajan ¿ no crees ? ¿ porque rayos debo hacerlo yo ? — decía con algo de enojo

Habiendo tantos enfermeros y tengo que ser yo la que tiene que cuidarlo. Todas las veces que lo tengo que cuidar siempre terminamos discutiendo y siempre me riñen por lo que hago por culpa de aquel loco.

— eso no me interesa, Ingrid te ha puesto esa obligación, reclamale a ella — abre la puerta nuevamente para salir de la habitación

— no voy a ir a ningún lado — me cruzo de brazos

Siento que victor da un suspiro mientras se queda parado en la salida dándome la espalda. Se mantiene un silencio incómodo y cuando menos me lo esperé victor cerro la puerta de golpe dirigiéndose hacía mi. Con una de sus manos toma mi cuello y me pega a la pared.

— ¿ tú te piensas que estoy para soportar tus berrinches de niña tonta ? — dice mientras aprieta el agarre — vas hacer lo que yo te diga sin rechistar, de lo contrario no va a ser Jeff el que te mate, seré yo porque me tienes harto

— ya entendí, pero por favor suéltame — intento quitar su mano de mi cuello pero cada vez me costaba respirar

Victor por fin me suelta y comienzo a toser sin control alguno colocando mis manos en la zona afectada. Sentí la puerta abrirse y luego ser cerrada con brusquedad. Victor se había ido, Mis lágrimas no tardaron en salir y recorrer mis mejillas.

Me dirigí al baño para encerrarme dentro y comenzar a quitarme la ropa lentamente. Ya completamente desnuda me metí en la bañera bajo la ducha dejando que el agua artificial mojara todo mi cuerpo. Las lágrimas se mezclaban con el agua, pegué mi espalda a la pared y me deslice hacia abajo quedando sentada, abrace mis rodillas y escondí mi rostro entre mis brazos.

Ahí estube por bastante rato, la tristeza me consumía lentamente. Se preguntarán el porque lloro de tal manera, es obvio que si alguien acaba como yo es algo lógico llorar. Mi madre es asesinada, mi supuesta madrastra mata a mi padre, mi doble termina acabando con la vida de los demás, soy llevada a un psiquiátrico dónde todos piensas que estoy mal de la cabeza, soy amenazada constantemente por un asesino, nadie me trata bien y aquí estoy, sentada en el suelo mientras que mis sollozos se mezclan con el ruido del agua cuando cae. Si no puedo salir nunca de aquí entonces prefiero morir.

La puerta del baño es tocada tres veces para luego escuchar la voz de victor.

— ¿ Daniela puedo entrar ?

Me quedo callada, solo quiero estar sola, solo quiero dejar este mundo de pura tristeza, dejar este mundo donde nadie me trata bien y solo injusticia es lo que me dan.

— Daniela...— toca tres veces más la puerta — Daniela responde al menos — siento como intenta abrir la puerta pero le puse seguro — Daniela si no abres la puerta la voy a abrir yo y creeme que cuando lo haga te las verás conmigo — no le di respuesta alguna — muy bien, así serán las cosas entonces

La puerta es abierta fuertemente, victor me busca con la mirada para luego correr la cortina a un lado y posar su mirada rabiosa sobre mi. Levanto la cabeza mirándolo a los ojos, solo se quedó ahí parado unos minutos y salió del baño. Pensé que se iría pero volvió con una toalla gris en sus manos, cierra la llave de la ducha y el agua dejó de caer sobre mi, Víctor giró la cabeza y cerró el ojo que tenía libre de un parche.

— Levántate del suelo y secate con la toalla, no voy a mirar — me habla manteniendo los ojos cerrados

Sin remedio alguno me levanto lentamente, al dar un paso resbalo y antes de caer siento que me sujetan. Victor me tenía agarrada del brazo, aún no abría el ojo, logro ponerme derecha y acercarme a la toalla que victor sostiene. Me enrollo en ella y le toco el hombro a victor, este abre el ojo y me mira seriamente y sin decir nada sale del baño.

Detrás de el salgo sosteniendo la toalla, lo único que miro es el suelo como si fuera lo más bello del mundo.

— aquí tienes — me extiende una bata de ceda blanca y algo larga

Victor se gira quedando de espaldas a mi, dejo caer al suelo la toalla y me coloco la bata. Me llegaba por encima de los tobillos, era cómoda.

— Listo...— dije desanimada y Victor se gira

— pareces una monja — habla para hacerme reir pero ni hago el intento — ¿ me perdonas ?

— ¿ Por estrangular mi cuello ? No veo porque — Victor se me hacerca y me toma de los hombros

— Vale vale, me pasé al hacerte eso, pero no tuve un buen día hoy y la pagué contigo, no tuviste la culpa de nada, perdóname

— ¿ enserio te tengo que perdonar así de fácil ? Estas muy...

Un beso. Eso fue lo que me detuvo, un beso dulce de parte de quién menos lo espere. Víctor.

— ¿ Y ahora ? — sonríe

— tal vez...

INTERNADA CON LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora