⚠️Importante: es una historia inspirada en la novela de Laura Donher acerca de las Nuevas Especies (por lo tanto la mayoría de los personajes y lugares son propiedad de dicha autora).
👉🏻+18. Esta historia contiene lenguaje inapropiado, violencia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Actualidad
Narra Jessica:
Me quité la última prenda que llevaba puesta, abrí la regadera y, una vez que el agua estuvo tibia, entré; esta me alcanzó en segundos.
Me sentí un poco más relajada, pero esto solo duró unos minutos, ya que me di cuenta de que Theo estaba en el baño. Sus manos recorrieron mi cuerpo desde la cintura hasta mi trasero, lo apretó y me hizo jadear de sorpresa.
Rápidamente intenté alejarlo. Sin embargo, al darme la vuelta y protestar, sus labios impactaron con los míos sin previo aviso. Intenté nuevamente sin éxito alejarme, pero eso parecía divertir a Theo, ya que agarró mi rostro y unió de forma salvaje mi boca a la suya.
Minutos después se separó de mí porque nos quedábamos sin aire. Me regaló una sonrisa que para aquel que no lo conociera se desmayaría de lo sexy y apuesto que es, sin embargo, yo que lo conocía podía asegurar que esa sonrisa solo significaba una cosa: peligro.
Me tomó de las caderas y me acorraló contra la pared, el frío de los mosaicos me hizo jadear. No pude pensar mucho cuando volví a sentir sus labios y sus manos sobre mi cuerpo.
Quería alejarlo de mí, no quería que me tocara, no deseaba tener relaciones con él; me sentía asqueada e incómoda.
—Theo, yo... no quiero. Por favor, te lo ruego, sal", rogué intentando liberarme de su agarre y tratando de no perder la poca cordura que me quedaba.
—Shh, amor. Te gustará, seré suave.—susurró ronco, acariciando suavemente mi rostro, volviendo a unir, esta vez de forma más lenta y fogosa, nuestros labios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No, Theo, no quiero. Me siento mal... ¿Podríamos hacerlo otro día, por favor?.—le imploré entre lágrimas.
Él pareció ignorar mis súplicas y continuó tocándome y besándome.
