El paraíso está dividido en dos partes: en el hermoso jardín vivían los ángeles, seres creados a semejanza de su rey, mientras que del otro lado se encuentran los suburbios, la enorme cuidad de los demonios y ángeles caídos que eran enviados allí a...
Sentado a un lado de su pequeño, Jin intentaba reponer el sello roto, soltó un suspiro y continuó sin quitarle la vista de encima a Jimin, quien parecía estar profundamente dormido.
- Yo soy uno de los primeros ángeles que fueron creados por el rey Miguel arcángel... pero fui creado con el cuerpo de una mujer, ésta es mi forma original.
Murmuró, haciendo que su cuerpo cambiara a su forma femenina.
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Todos prestaron atención, sin decir ni una palabra.
- Fui uno de los mejores ángeles guerreros, uno de los más poderosos. –dijo Jin, volviendo a su forma masculina.- hace diecisiete años, durante una batalla en el coliseo peleaba contra Azazel.
- Uno de los descendientes de Satán. –murmuró Namjoon.- de los cuatro demonios más poderosos, el segundo después del rey.
- Si... -volvió a hablar Jin.- por alguna razón ambos nos sentimos atraídos el uno por el otro... fue amor a primera vista, supongo. Tuvimos un romance secreto por mucho tiempo, nos amábamos y yo me entregué a él por completo, supe ocultar bien mis alas negras, pero él insistía en que me fuera a su lado, para vivir una vida juntos... yo no quería abandonar mi hogar... debí hacerle caso.
El rubio soltó un suspiro, recordando.
- Un día nos dimos cuenta de que un bebé crecía en mi interior, que yo estaba embarazada... él estaba feliz pero yo tenía mucho miedo, no sabía cómo íbamos a ocultarlo, era imposible, pero de alguna manera logré ocultarme hasta poco después del nacimiento del bebé...
- ¿ese bebé es Jimin? –preguntó Yoongi.-
Jin asintió con su cabeza y continuó su relato.
- Aquel bebé tenía una aureola y cuernos a la vez, sus alas eran blancas, parecidas a las de un ángel, pero con cuernos en las puntas, sus uñas eran negras y podía sentir que también tenía un enorme poder, tanto demoníaco como sagrado, sabía que si se enteraban cualquiera de los dos bandos lo usaría en contra de sus enemigos, así que decidí sellarlo, apartando su parte demoníaca y ocultando el setenta por ciento de sus poderes, dejando solo a un pequeño e indefenso bebé ángel, sin cuernos, sin uñas negras, tan solo al inocente niño recién nacido... ese acto hizo que se crearan dos personalidades en él, el demonio y el ángel. Un día Azazel me convenció de irme con nuestro hijo a la ciudad de los demonios, dijo que allí estaríamos más seguros, pero de alguna manera el rey Miguel se enteró y ordenó a sus tropas que nos cazaran y acabaran con nosotros... cuando íbamos de camino a lo que llamamos infierno fuimos emboscados, eran demasiados y Azazel me dijo que huyera con el bebé mientras él ganaba tiempo, pero a pesar de su poder no pudo hacer nada contra las armas sagradas de los soldados... lo mataron y fueron por mí y mi hijo, pero yo fingí nuestra muerte y me mantuve oculto durante diez años, aún no sé cómo no pudieron encontrarme, tal vez simplemente estaban confiados de que habíamos muerto.
