XXVI

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En la cocina de una casa situada en los interiores del enorme bosque, un estático Jin estaba entre los brazos del demonio que una vez llamó "su amor". No podía creer lo que había hecho, sus labios estaban juntos, podía sentir los del mayor moverse sobre los suyos, que estaban tan inmóviles como él, hasta que, después de un par de segundos más frunció el ceño y se zafó bruscamente de su agarre, colocando sus manos en el pecho ajeno para empujarlo con fuerza, haciendo que retrocediera uno o dos pasos.

- Cómo te atreves... -dijo el rubio, estirando su brazo hacia atrás para después estampar su mano abierta en la mejilla ajena.- ¡largo de mi casa!

Azazel guardó silencio, pero asintió dejando caer sus brazos, sintiendo un ardor en la marca que había dejado Jin en su mejilla, se dio vuelta y caminó hasta la salida, para después desaparecer del lugar. Jin tan solo lo vio alejarse, con el ceño fruncido, realmente enojado.

Las vacaciones de los recién casados casi llegaban a su final, durante dos semanas se encargaron de retozar sin descanso y salir a conocer la ciudad; ese era su último día en París, así que, como lo había prometido, Yoongi llevó a Jimin con un médico, donde le sacaron una muestra de sangre y amos se sentaron a esperar los resultados.

- ¿de verdad crees que esté esperando un bebé? –murmuró Jimin.- yo no estoy muy convencida aún.

Al escucharla, Yoongi giró un poco su cabeza, dirigiendo su mirada al rostro de la menor.

- ¿por qué?

Antes de que pudiera contestar esa pregunta fueron interrumpidos por el médico, quien al llegar se sentó frente a ellos, estando detrás de su escritorio y sonrió dejando un papel sobre el mismo.

- Eh bien, je vous apporte de bonnes nouvelles. –dijo el médico.- le test est revenu positif, votre femme est enceinte.

Instantáneamente Yoongi esbozó una amplia sonrisa al escuchar la noticia.

- Je vous remercie.

Volteó a ver a Jimin, quien estaba algo confundida, ya que no había entendido nada; tomó el rostro de la menor con sus manos y estampó un tierno beso en sus labios, estaba tan feliz que no podría expresarlo con palabras.

- ¿qué pasa? –susurró Jimin.- ¿qué dijo?

- Dijo que seremos padres. –susurró Yoongi, sobre sus labios, para después abrazarla.- estoy tan feliz, Jimin.

Al escuchar esto el corazón de Jimin se aceleró, sin poder creerlo ¿realmente estaba esperando un hijo? Se separó un poco de Yoongi y miró su abdomen plano, después vio en las paredes de aquel consultorio médico las imágenes de mujeres con grandes panzas de embarazo, señalando una de ellas.

- ¿entonces por qué no me veo así? –dijo Jimin, haciendo un puchero.-

Yoongi dirigió su mirada a aquella imagen, después volvió a ver a Jimin, sorprendido ante su pregunta, soltando una risa mientras apretaba las mejillas de la menor.

- Un día de estos vas a matarme de ternura, Jimin. –dijo Yoongi, volviendo a reír.-

Agradecieron al doctor y pagaron sus servicios, saliendo de allí con sus manos tomadas, caminando por las calles de parís; Jimin estaba distraído, veía mujeres embarazadas en todas partes y seguía preguntándose por qué él no lucía de esa manera, al menos hasta que Yoongi se lo explicó.

- ¿entonces un bebé tarda nueve meses en crecer? –dijo Jimin.- entonces... ¿para que luzca como esas mujeres de las fotos tengo que esperar unos meses más?

Las dos caras del paraíso || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora