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A Gilbert le estaba preocupando la idea de que Anne nunca llegase, y era todavía peor debido a que estaba lloviendo. Claramente el baile no se arruinaría, porque era en un salón cerrado, pero el maratón de su serie preferida de todos los tiempos iba a ser distinto a lo planeado por Jerry en caso de que aquella chica no llegase... primero que nada, ¿por qué había aceptado siquiera a eso? No lo sabía, estaba empezando a impacientarse cuando a las siete con treinta minutos exactos la puerta fue tocada, él abrió y vio a la chica mojada de pies a cabeza, tenía los ojos hinchados. Anne sintió el impulso de abrazarlo, y lo hizo. Gilbert no supo cómo reaccionar, sus manos bajaron poco a poco y dio pequeñas palmadas en su espalda.

-Creo... -tragó saliva- que tengo ropa limpia.

-No es necesario -respondió de una forma ruda mostrándole la mochila que llevaba a la escuela-. ¿Dónde está tu habitación?

El chico tenía las manos sudorosas.

-Arriba.

Volvió a tragar saliva.

–¿Tus padres están en casa? –preguntó ella seria.

Él negó.

–Genial, porque me quedaré a dormir.

El rostro de Gilbert se encendió de vergüenza e impacto.

–¿P-pe-pero y tus...? –empezó a tartamudear.

–Creen que me quedaré en casa de Diana, no te preocupes.

Gilbert asintió y ambos subieron a la segunda plata. Él esperó fuera mientras ella se ponía su ropa, ¿de verdad algo como eso estaba pasando? ¿Pasándole a él?, ¿Que carajos?, Por cierto, ¿Por qué ella llegó en ese estado?

Entonces se dio cuenta que la puerta estaba abierta.

–Ya puedes pasar –dijo ella con tono suave.

Él encendió el televisor, le pasó un tazón repleto de «Takis» y le lanzó una lata de «Coca-Cola», ella acostada sobre su cama de sábanas blancas acolchadas, con el cabello mojado hizo que el muchacho quisiera llorar. Pero no podía mostrarle toda su empatía, no por ahora.

–¿Que ocurrió? –preguntó finalmente, sin mirarla, con los brazos cruzados.

–Nada –respondió con los ojos cristalizados, también sin mirarlo.

El suspiro mutuo fue ruidoso.

–No se llora de la nada, eso es un hecho –insistió él.

Entonces una pequeña electricidad pasó por el cuerpo de Anne, una que la hizo soltar de nuevo el llanto que tenía acumulado.

–¡Es que soy tan miserable! Todos mis amigos están ahí fuera, todos son felices, a todos absolutamente todo les sale bien, no tienen problemas...

–Eso es lo que tú crees –dijo él firme.

–¿Qué? –preguntó ella volteandose a él con los ojos hinchados.

–Ninguna vida es perfecta, quizá solo estás demasiado centrada en tus desgracias como para notar las del resto, a demás, ¿qué estamos considerando como desgracia? ¿Que Charlie no te haya correspondido?

Anne dejó de llorar.

–¿Por qué hablas tanto de Charlie? ¿Te gusta o algo?

–¿Qué? ¡No!

–Es que sucede que todas las conversiones que tenemos giran entorno a él y... –empezó a asentir sin mirarlo– Dime algo, Gilbert...

–¿Que sucede?

–¿Cuanto te pagó Jerry?

–¿Pagarme?

Ella asintió con más insistencia.

–Eso es, es tan obvio, ¿cómo pude haber caído de nuevo? Dime, no me molestaré ¿Cuanto te pagó? Ya lo había hecho con varios chicos en el pasado, para que me invitaran a salir y no estuviese sola. «Anne Shirley-Cuthbert, la chica a la que más lástima se le tiene en toda la preparatoria Jackie Kennedy.» Así me dicen, ahora que veo que bajas la cabeza puedo comprobar que te lo propuso.

–No –dijo él–. No lo hago por dinero.

Ella levantó la cabeza con el ceño fruncido.

–¿Entonces?

–Yo también necesitaba una amiga.

La pelirroja sonrió sin mostrar los dientes.

–Siento haber creído que era la menos afortunada de este mundo, claramente necesito que me compartas un poco de tu empatía, no volveré a pensar de esa manera.

–Eso espero.

Siguieron mirando la televisión por unos minutos, hasta que, nuevamente y sin verlo esta empezó a hablar.

–¿Gilbert?

–¿Sí?

–¿Irás a la fiesta de verano?

Él se lo pensó por unos segundos.

–Solo si tú vas.

Anne sonrió, mostrando su dentadura perfecta, la cual había conseguido después de muchos años de usar frenillos.

–Supongo que puedo cancelar mi viaje a Nueva York, al diablo todo.

「𝐏𝐚𝐫𝐭𝐲 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚𝐧 𝐄」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora