「𝐏𝐚𝐫𝐭𝐲 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚𝐧 𝐄」

3

—¿Folletos? —Ruby chilló en la mitad del pasillo— Diana Barry, estás loca.

—Por supuesto que no, mírale el lado positivo, por fin tu vacía vida social se expandirá completamente.

Habían pasado solo unos días desde que se tocó por primera vez el tema de la fiesta de verano y Diana ya tenía todo programado. El resto pensó que únicamente eran locuras de una tarde, es decir, fue como cuando planearon un viaje a la playa con sus amigos. Lo idealizaron de una manera casi ficticia sabiendo igualmente que no iba a ocurrir ¿Me hago entender?

—Será el veintiuno de junio, justo en el día mas largo de todo el año y en el temple del verano, todo el pueblo irá.

—Mi casa no es tan grande como para que toda la ciudad vaya —dijo Ruby, tenía una cara de preocupación terrible. Parecía que los nervios se la estuviesen comiendo viva.

—Por ello hemos decidido que no será ahí, tengo el lugar perfecto —Jerry se cruzó de brazos y se volteó a ver a Anne en el instante en que ella iba a morder su galleta de vainilla.

—¡Oh no! —dijo señalandolo con su dedo índice.

—¡Oh sí! —asintió con una sonrisa maliciosa—No toda la ciudad irá, no te preocupes. Asistirán unas veinte...

—¿Personas?

—Docenas —hubo una terrible mueca en su rostro— ¿Como haces una fiesta con veinte personas?

Anne le lanzó una mirada amenazante.

—Lo siento, Anne, no era por ofenderte.

He aquí el cliché más grande de todos los clichés: Anne era la menos sociable de todos, y a pesar de su extrovertida personalidad, sus amigos se habían dado finalmente cuenta en su último cumpleaños, había sido un desastre. Solo fueron tres personas —ya sé imaginarán quienes—, a pesar de que eran sus mejores amigos nunca se había sentido de tal forma. Fue terrible el saber que toda la clase se había puesto de acuerdo para no asistir.

—Entonces Jerry, ¿te parece bien que los folletos sean amarillos? —comentó Diana mientras sacaba los libros de su casillero.

—¡Demonios, no!

—¿Qué? ¿Pero por qué?

—¡Oh, vamos! ¿A quien le llama la atención el amarillo? Me da ganas de ir al baño.

—¿Que color elegiremos ahora?

En ese momento la campana sonó. Primera clase, geometría. La verdad era que esa fiesta a Anne le parecía una terrible idea, los Cuthbert eran personas muy reservadas, tímidas y respetadas en el lugar. ¿Que demonios dirían cuando vieran a todo el estado en su casa? ¿Acaso no lo habían pensado? Todo era muy extraño. Probablemente si su madre estuviese viva la hubiese felicitado si hubiese hecho una fiesta así de grande, pero no, Anne no era de esa clase de chicas. Finalmente bufó, todos se iban a distintas aulas mientras que ella se quedó de pie a la mitad del enorme pasillo. Geometría quedaba a unos cuantos metros de donde estaba, suspiró y empezó a pensar en la próxima evaluación, el año escolar estaba a punto de terminar y quería pasar impecablemente todas las materias. 

Cuando estuvo a punto de llegar, alguien la tomo por la cintura. Ella dio un brinco.

—Te asustas muy rápido.

Sonrió como una estúpida, Charlie Sloane estaba a su lado. ¿Que otra cosa podía hacer? ¡Oh sí! Alejarse.

—Voy tarde —dijo dándole la espalda y siguiendo su camino.

—¡Espera! —corrió hacia donde estaba y le entrego el lápiz que tenía en su cabello— Aparte de asustadiza, distraída.

Y se marchó. Nuevamente Anne se dio cuenta de que estaba sonriendo como una estúpida por ese tonto que le gustaba desde que tenía memoria, y aunque prometió a sí misma concentrarse en la clase, las imágenes del cabello rizado y la piel perfecta de aquel alto chico no podían salir de su mente.