San Maximiliano (Wosplik)

El regreso

Apenas y pude dormir anoche debido a todo lo que pasó. Mi cabeza aún no comprende del todo qué pasó, tengo muchas preguntas, bueno, en realidad solo una, ¿qué mierda pasó anoche?

En serio que no entendía nada, ¿Valentín estaba trabajando con Elena? ¿Desde cuándo? ¿Por qué yo no sabía? ¿Por qué Valen los llevó a esa reunión? ¿Por qué los traicionó? ¿Qué va a pasar ahora?

De tanto darle vueltas al asunto me está empezando a doler la cabeza. Y lo hizo aún más cuando Mateo me atacó con preguntas en el desayuno. Me hubiese encantado responderle, pero no tenía ni la más mínima idea de lo que pasaba.

Luego de explicarle a Teo que yo tampoco comprendía nada, ambos nos quedamos en silencio por el resto del desayuno.

Después yo cumplí con lo que dije ayer a Elena y fui directo a su oficina después de desayunar.

Necesitaba respuestas, y sabía que ella podría dármelas. Así al menos no tendría tantas dudas rondando mi cabeza todo el tiempo. Tendría un poco de paz, solo un poco.

Toqué la puerta y entré antes de que me dijera algo. En realidad solo toqué por cortesía, si fuese por mí hubiese entrado corriendo, sin avisar y exigiendo respuestas. Aunque, pensándolo bien, creo que no estoy en posición de exigir nada, después de todo yo le oculté lo que pasaba.

- Manuel, me alegra que vinieras, tomá asiento, por favor- dijo con una voz cortés pero diferente a la forma en que me hablaba usualmente.

- ¿Para qué me llamaste aquí?- pregunté apenas me senté.

- Quiero saber por qué no me dijiste de la reunión de anoche, y no me mintás- su tono era serio y duro, al igual que su expresión.

Vaya, parece que sí le afectó bastante mi pequeña mentirita.

- Yo...- no sabía que decir, no tenía una excusa e inventar algo simplemente parecía incorrecto-. Lo siento- dije simplemente.

- Y deberías pero, ¿por qué lo hiciste?- siguió preguntando ella.

- No lo sé, yo... supongo que quería más tiempo, más tiempo con Valen, es todo- dije apresurado.

- Sí, ¿seguro que no tiene nada que ver con la droga que Alejandro te dio hace unos días y la que estabas apunto de fumarte ayer?- atacó con tono conocedor.

Me quedé en blanco, no sabía como responder a eso. Decir que sí sería mentir, esa no fue la razón, pero decir que no también es una mentira. La principal razón fue Valen, pero esa bolsita era tan tentadora, que puede que inconscientemente me haya hecho inclinarme aún más a mentir.

¿Qué puedo decir? Actualmente soy un desastre. El lado bueno es que no la probé, me aguanté y la bolsa sigue intacta, además, ellos entraron justo a tiempo ayer, así que tampoco llegué a hacerlo ahí.

Solo bajé mi cabeza avergonzado y eso le bastó como respuesta.

- Increíble, si no fuese por Valentín, en este momento esa gente seguiría operando aquí, ¿sí te das cuenta de eso, verdad?- su voz estaba cargada de decepción.

- Lo sé- dije aún con la mirada gacha.

Hubo un silencio largo, después del cual decidí hacer una de las preguntas que me estaban comiendo la cabeza desde ayer.

- ¿Cómo te enteraste?- dije suave, pero lo suficientemente alto para que me escuchara.

- Valentín vino y me lo contó todo- seguía seria, pero al menos me respondió.

- ¿Por qué haría algo así?- pregunté yo.

- Me parece que eso deberías preguntárselo a él, yo lo único que sé es que ese chico se presentó ayer en mi oficina, me dijo acerca de la reunión que habría en la noche, me dijo la hora a la que debía llegar y me dijo que llevara policías, sus razones me son desconocidas- me respondió, quitándome una duda y dándome otras dos-. Y aún si lo supiera, no creo que sea yo quién deba decírtelo.