El momento de la verdad

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Mateo se encontraba abrazado a Daniel siendo muy cariñoso. Estos dos han cambiado demasiado, ya casi nunca pelean y son más y más cariñosos cada vez.

Y Mateo está más y más feliz cada vez, lo cual es muy bueno. Me alegra verlo así, feliz, bien con las personas que lo rodean y consigo mismo.

En este tiempo que ha pasado no sé quién de los dos ha avanzado más. Desde el momento en que me abrí con Elena todo ha empezado a ir a mejor.

He podido enfrentar mi pasado y comprender muchas cosas, desde mi parte de la culpa hasta que huir de ello no me va a hacer sentir mejor.

Gracias a ella he tomado la determinación de buscar a la familia de la chica y hablar con ellos, puede que me culpen y me traten mal, pero tienen todo el derecho a saber la verdad. Sé que hacerlo no va a cambiar nada y que podría considerarse una mala idea, pero si yo me sentía como la mierda, ¿cómo podían sentirse sus padres al no saber por qué su hija hizo lo que hizo? Al menos ellos merecen una explicación, y esto podría ser un cierre para mí.

Enfrentar completamente mi responsabilidad e iluminar a una familia, aunque eso signifique pasar un mal rato.

Puede que salga mal, ya que no sé como pueden reaccionar cuando les cuente la verdad, puede que sean personas violentas y me saquen a patadas o me manden al hospital, pero siento que es algo que debo hacer.

Además descubrí que las actividades que hacía me habían ayudado mucho antes, aún sin darme cuenta por completo, así que lo mejor para mí cuando salga es mantenerme activo, tal vez así el deseo de recaer sea menos.

- Hey, Manuel, tengo una idea increíble- dijo el chico a mi lado apenas se fue su novio, con su tono malvado de siempre

A ese chico le encanta ver el mundo arder. Se suponía que Mateo era el problemático, pero a Daniel le encanta molestar a los demás mucho más.

Siempre se la pasa probando la paciencia de Valentín y Mateo con sus estupideces. Quién sabe que se le ocurrió esta vez.

- No contés conmigo, tengo suficiente con los problemas en los que me mete tu novio, muchas gracias- dije sin prestarle del todo atención.

- Pero no lo puedo hacer sin vos, no te diría nada si pudiese- dijo con un puchero.

- Ohh, que triste, lástima que no esté interesado- dije con sarcasmo, evadiendo su proposición.

- Por favor, Manuel, por favoooooor- unió sus manos y me empezó a ver con ojitos de cachorro.

- Eso no funciona conmigo- dije con una sonrisa en su dirección.

- Y luego dicen que yo soy el malo, esto no se me va a olvidar Manuel, no se me va a olvidar- mencionó con un tono dolido y sus ojos entrecerrados en mi dirección.

- ¿Qué tanto molestás al amor de vida?- dijo Valentín llegando donde estábamos y sentándose en mis piernas.

Él llegó junto a Mateo, que en lugar de sentarse en alguna silla o en Daniel, como sería lógico, se sentó encima de Valentín, aumentando el peso encima de mis piernas. Por el momento era aguantable, pero sí sentía como mis piernas resentían el exceso de peso.

Pero esto simplemente pareció darle permiso a Daniel para que se lanzara sobre nosotros, pero fue tanto el impulso que tomó para lanzarse, que sumado al peso hizo que la silla de plástico sobre la que estábamos terminara cediendo y nosotros termináramos en el suelo.

Terminé retorciéndome en el suelo ya que esos tres animales cayeron encima mío y me dejaron sin aire, además de con varias partes adoloridas.

- Los odio- susurré como pude gracias al dolor.

San Maximiliano (Wosplik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora