San Maximiliano (Wosplik)

El último eslabón

Al final con Valen todo se arregló, o algo así, aún había algo de tensión pero al menos éramos amigos y pasábamos tiempo juntos. Por otro lado, Dani seguía sin hablarle a ninguno de nosotros.

A Teo era el único al que se acercaba a veces, pero tampoco era que le hablase mucho, solo lo saludaba de vez en cuando y solo si ni Valen ni yo estábamos cerca.

Supongo que poco a poco lo va perdonando a él, pero ni de Valentín ni de mí quería saber nada, eso era más que obvio.

Y no voy a negar que sí me dolía, puede que no fuésemos tan cercanos, pero los cuatro pasamos muy buenos momentos juntos y, queramos o no, no es lo mismo si él no está con nosotros.

Después de todo el que no esté nos tiene a los tres algo deprimidos, en serio nos hace falta, más que nada a Mateo.

Pero por más que hemos tratado, Dani no nos deja acercarnos a él otra vez. Supongo que es comprensible, traicionamos su confianza, después de todo, pero al menos debería darnos otra oportunidad.

Tal vez no la merecemos, pero en serio la queremos, él nos hace mucha falta y sé que nosotros a él también, le guste o no.

- Dani, hablemos- insistí de nuevo, era la cuarta vez en la semana que me acercaba a él.

Y dirán que soy muy intenso, pero ya no aguanto más la tensión que está siempre presente entre nosotros, quiero que se acabe y que, al menos, podamos estar en una misma habitación sin que sea tan incómodo.

- Dejame en paz Manuel, no quiero hablar con ustedes, entiendan de una vez- dijo cansado y con un tono brusco.

- Solo dame una oportunidad, ¿sí? Quiero tratar de arreglar las cosas, sos muy importante para nosotros y no queremos estar mal con vos- traté de convencerlo.

Pero, como las demás veces, no funcionó. Dani solo me ignoró y se fue.

Normalmente me quejaría de alguien tan obstinado, pero tiene razón de serlo, lo traicionamos de una forma muy vil.

Aunque estuviesemos queriendo hacer algo bien, él salió lastimado y tiene todo el derecho a estar enojado.

Eso lo entiendo perfectamente, pero simplemente no quiero que esté enojado, quiero que, tanto como sea posible, volvamos a estar los cuatro juntos, así debamos reconstruir la confianza desde cero.

Al menos eso es lo que Teo y yo estamos haciendo con Valentín, pero con él es más sencillo, después de todo, él sabía lo que pasaba e incluso fue él quien acabó con todo.

Pero el pobre Dani no sabía nada, él creyó en nosotros y todos le mentimos a la cara.

Dios, me siento como la mierda con él.

Fui con Valen y Teo, que estaban refugiados en la biblioteca, ninguno se sentía de ánimo para jugar, así que últimamente pasábamos mucho tiempo ahí, huyendo de nuestra mierda en unas páginas de papel.

Funcionaba en el momento, pero tan pronto nos apartaban de ellas todo volvía a ser negro. No entendía el poder que ejercían sobre nosotros, pero no me quejaba. Era entretenido y nos alejaba de nuestra miseria por un rato. Casi como las drogas, pero más saludable.

Tomé el libro que empecé ayer para continuarlo, pero simplemente no podía concentrarme en la lectura, estaba preocupado y me sentía mal. Me gustaría volver en el tiempo y abofetear al pequeño yo que decidió probar la marihuana, eso me ahorraría muchos problemas en la actualidad.

Aunque, pensándolo bien, sin marihuana no hay San Maximiliano, sin San Maximiliano no hay Valentín, Mateo y Dani, y sin ellos no hay Manuel. Porque ellos son justo lo que necesitaba en mi vida. Honestamente no sé que sería de mí sin ellos.