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Carmen habló varias veces más con Tommy en un lapso largo de tiempo pero no consiguió demasiada información sobre él o sobre los habitantes de la niebla. Tommy no sabía nada sobre su pasado. Era como si hubiese nacido el mismo momento en el que apareció la niebla. Carmen y Diego averiguaron varias cosas durante las charlas que tuvieron con Tommy. A parte de la distancias a la que podía ser omnisciente (sesenta metros a su alrededor), también averiguaron que Tommy no conocía a nadie pero, al parecer, los habitantes de la niebla lo conocían. Además, le hablaban. Algunas veces lo hacían con respeto y amabilidad. Aunque solía ser para pedirle que no se acercase y que no querían tener nada que ver con él y sus seguidores. Aquello hizo sospechar a Carmen, ya que la gente no suele respetar porque sí a completos desconocidos o a gente que no tiene nada de poder, ya fuese físico o social. Además de que juntarse con alguien como Tommy no parecía ser muy buena idea. Aun así no comentó nada e intentó usar aquel poder para obtener información.

Mandó a Tommy a preguntar a los habitantes de la niebla por quienes había por la ciudad o en el bosque y se quedó como al principio, nadie en la ciudad lo sabía. Ellos le respondieron con amabilidad, ya que él había sido amable al preguntar y no parecía querer hacerles daño. Aun así continuaron manteniendo distancias con Tommy. Le respondieron de formalmente sus preguntas. De sus conversaciones, Tommy obtuvo un dato que a Carmen le pareció muy importante: ningún habitante de la niebla sabía dónde estaba, ni que había fuera de la ciudad. Muchos estaban asustados por aquella situación e intentaban no acercarse a los humanos ya que les tenían miedo. Carmen comprendió que la niebla había engullido a varios tipos de seres inteligentes pero, ¿todos a la vez? Ella quiso que Tommy les preguntase desde cuando estaban aquí y donde estaban antes. Esa gente no se tomó muy bien que les preguntasen eso y cortaron totalmente el contacto con él.

Por esa pregunta, se quedaron como al principio o peor, ya que las personas que podían escucharlo eran escasas y ahora la mayoría de los que le podían escuchar eran los pocos que: o lo ignoraban o lo insultaban para que se marchase. Con algunas de las personas que podían escucharlo, había un ser como él, pero con cuerpo, a su lado. Esos cuerpos eran deformes u objetos humanizados.

Después de aquel incidente, Carmen le pidió a Tommy que se marchase fuera de la ciudad (al bosque), a examinar la seguridad de la ruta. Tommy tardaba un par de horas en recorrer la ruta (ida y vuelta). Para él no era mucho tiempo ya que no necesitaba, ni andar ni descansar, ni rodear montañas, ni subirlas, ni seguir los caminos. Durante sus viajes solía sentir: angustia por no saber cómo estaban lo que consideraba su familia mientras él estaba lejos, terror al imaginarse durante el camino que iba a volver y a encontrarlos muertos, siendo devorados por monstruos de ese mundo; y alegría al volver y encontrarlos sanos y salvos.

Durante sus viajes se encontró con seres extraños. Uno de esos seres era inteligente y, además, podía escucharlo. Este era un ser alto y delgado cubierto por una capa maltrecha. Llevaba una mochila grande repleta de cosas (parecía que iba a explotar en cualquier momento) y una espada oxidada. Este le dio un par de consejos sobre su ser, para comprenderse mejor. Le aconsejó un par de cosas sobre cómo ayudar a su familia desde su posición y sobre cómo obtener un cuerpo para poder estar junto a ellos.

Tommy les habló de su nuevo amigo, el cual estaba viajando por todo el mundo. Carmen quiso conocerlo pero este ya había desaparecido. Carmen odiaba toda aquella situación y nunca habría pensado que podría llegar a sentir un odio aún mayor. No sabía cómo describir aquel sentimiento que tenía hacia aquel ser que no conocía, ni sabía que era. En realidad, su odio no era ni la mitad de lo que sentían los que lo habían perdido todo: familia, amigos, objetos de valor sentimental, extremidades... El odio a aquella mágica niebla era intensó y compartido por todos. Todos culpaban a la niebla por todo lo que les había pasado en aquel mes. Todos sabían que aquella niebla era mágica de alguna forma. No tenían pruebas, pero tampoco dudas. Y no tenían pruebas porque a pesar de fuese perpetua (nada la hacía desvanecerse, ni el viento), habían aparecido unos monstruos acompañándola y que apareciesen seres como Tommy, quien de repente había obtenido la información de toda la humanidad pero no supiese nada de los habitantes de la niebla. Es más, llegó a sospechar que se trataba de un ser creado por algún ejercito de algún país, en plan los rusos, los estadounidenses o los coreanos del norte. Y no solo eso, sino que toda aquella situación era por culpa de extraños experimentos de algunos científicos de algún ejército.

Dentro de la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora