Antes de ponerse a andar, Jorge le quitó la mochila de Diego a Sementrio, quien no se quejó, ya que a él le molestaba. No estaba acostumbrado a llevarla. Jorge lo hizo para buscar un poco de ropa que le viniese bien a Piret. Piret era un poco más alta que Diego pero eran de constitución similar.
-Piret, puede que esto no te venga muy bien pero algo es algo- dijo entregándole una sudadera, unos pantalones y unos zapatos.
-Gracias- dijo ella con un brillo en el ojo. Era la primera vez desde que su madre murió que alguna persona se preocupaba por ella a parte de su dios. Él no contaba para ella, ya que nunca se había preocupado si estaba al borde de la muerte por inanición o por hipotermia.
Piret se puso la ropa rápidamente para no hacer esperar al resto. Esta le quedaba un poco corta. Los zapatos en cambio le venían un poco ajustados. Aunque la ropa no fuese adecuada para su tamaño, por primera vez en mucho tiempo se sentía cálida.
-En la base te darán ropa de tu talla- le dijo Carmen cordialmente-. También os darán buena comida. Será un lugar cálido donde podáis vivir sin preocuparos del mundo exterior.
Al ver una chica humana de más o menos la edad de su hermano, quiso que ambos fuesen como uña y mugre, que fuesen amigos para siempre y que se protegiesen el uno al otro. Ella no sabía sobre psicología, pero tenía muy claro que Diego no estaba bien y que estaba intentando sustituir a los seres queridos que había perdido con otros que acababa de conocer. Ella sabía que Diego estaba convirtiendo a Sementrio en Tommy, su mejor amigo de la infancia. Sí conseguía que Diego redirigiese aquellos sentimientos hacia Piret, ella moriría en paz.
Carmen no se había olvidado de lo que había hecho Sementrio, ella no sabía exactamente qué había pasado, pero era su culpa e iba a deshacerse de él cuando Diego no mirase. Ella lo dejó mudo y él casi lo deja mutilado. Si no fuese por él, su hermano no estaría a punto de perder su brazo. Ella sabía todo gracias a que Piret hablaba y hablaba sin parar sobre cómo se habían conocido.
-¿Habrá helado?- Piret estaba ilusionada pensando en volver a probar un helado.
-Si no lo hay, yo intentaré haceros uno casero- comentó Jorge.
-¡Bien, helado de verdad! La última vez que comí uno, fue lo que hice jugando con el barro.
-Pobrecita- dijo Jorge.
-Qué asco- comento Carmen.
-Como si eso fuera lo más asqueroso que ha hecho Piret- murmuró Sementrio-. Carmen, siento mucho haber traicionado tu confianza al secuestrar un rato a Diego y habértelo devuelto con una lesión. Mi madre me pidió buscar a una persona con unas características especiales que, ahora que lo pienso, debió de ver en uno de sus delirios cerca de su muerte y yo, por mi inexperiencia porque era un "recién nacido", me lo creí. Por eso lo necesitaba, al llegar allí ya estaba muerta. Le he hecho daño a Diego para nada.
-¡Así que el hongo tonto es tu madre!- exclamó sorprendida Piret.
-Más bien era. ¿De qué la conoces?
-Escuché sus delirios. ¿O le estaba orando a su dios? No lo sé. Eran frases muy extrañas y no le hacía mucho caso a lo que decía. Fui a ayudarla y ella no me dejó. Decía que solo podía salvarla el hombre escarabajo. La podía salvar fácilmente. Se ha muerto por idiota. Espero que no sigas su mismo camino y no esas un cabezota como ella Sementrio. A todo esto, ¿cuánto falta hasta esa base? Quiero ducharme. Tengo años de mugre por todas partes.
ESTÁS LEYENDO
Dentro de la niebla
ParanormalUn día común y corriente pasa a ser el comienzo de un nuevo mundo lleno de niebla y seres monstruosos que viven dentro de ella.