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-Se ve fatal, ¿estás seguro que estas bien? ¿Eso no estará infectado o algo?- aquel ser alargó su mano para tocar la lengua de Diego, el estado de la cual había estado evolucionando desfavorablemente. El ser iba a tocarlo con delicadeza e intentó hacer ver sus intenciones alargando la mano lentamente para tocarlo, sin embargo, él se apartó rápidamente como acto reflejo- No te iba a hacer daño, tan solo quería tocarla. Nunca he tocado una lengua así de destrozada, ¿puedo tocarla? No te preocupes, no voy a hacerte nada- la flor volvió a intentar acercarse a la lengua pero se detuvo al escuchar a su dios alto y claro decirle que no lo hiciese-. ¿Lo puedes escuchar? ¿Puedes escuchar la conversación de nuestros dioses? No, ¿puedes comprenderla? No, no puedes, tú estás ignorándola porque no lo comprendes, debes de ser más pequeño de lo que pareces... O muy inocente. Aunque creo que te definiría mejor diciendo que eres de corazón blando. Esa lengua ha venido dada por tu buen corazón, es algo que no me vas a negar. Eso te va a pasar factura tarde o temprano. Pero bueno, ya no tengo ganas de hablar más. Cuéntame algo interesante o pregúntame algo que te interese y que pueda responder con un sí o con un no.

Al ver al ser hablar tan tranquilamente, gesticulando con las manos y sin hacer nada agresivo o decirle directamente algo agresivo, Diego se relajó. Pensó que no iba a hacerle daño, ni a él ni a su grupo. Diego confió mucho en aquel ser al ponerse delante de él y comenzar a escribir en el suelo. El ser, al ver aquella carne tierna delante, indefensa, se le hizo la boca agua. Sus manos se dirigieron al cuello de Diego. Aunque no lo pareciese por ser una planta y moverse lentamente (más por costumbre que otra cosa), eran muy fuertes. Con sus manos desnudas habría roto el cuello de Diego en un momento. Gracias a que su dios y Tommy estaban atentos, pudieron frenarlo a tiempo. Diego al escuchar el grito de Tommy, agarró su cuchillo preparado para girarse y apuñalarlo en algo que pareciese un punto vital. El ser, antes de que Diego pudiese girarse le dio un golpe en la nuca. Diego ni se inmutó. Se tocó la nuca mirando al ser con cara de no comprender nada y guardó el cuchillo

-Me lo has dejado a huevo, no deberías dejar esa nuca tan dura a la vista de cualquiera. ¿Puedo ver que estas escribiendo?

Diego negó con la cabeza y continuó escribiendo alegremente en el suelo. Al terminar se apartó para que el ser lo pudiese ver y contestarle. El ser se apartó para que la luz llegase y poder verlo mejor.

-Hola, me llamo Diego, ¿cómo te llamas?- leyó en voz alta el ser- Creo que no has comprendido que no me apetecía hablar. Aunque tienes razón, no nos hemos presentado y puede que sea importante para el futuro conocernos. Mi nombre es Migh, encantado de conocerte Diego- dijo extendiéndole la mano para estrechársela. Diego se la dio sin recelo y sin si quiera penar que podría hacerle alguna cosa, como inyectarle un veneno-. "Sus manos son pequeñas, duras y callosas. Si lo tuviese en un lugar blando y cómodo sin hacer nada, ¿se volverían suaves? ¿Engordaría? Su carne ahora debe de ser bastante dura porque hace ejercicio. ¿A que sabrá su carne y su sangre?"- su boca se volvió agua pensando en aquella cosas. La planta no le soltó la mano a Diego en mucho tiempo y se le fue apretando poco a poco hasta comenzar a hacerle daño. Diego había pensado que estaban jugando a ver quién hacía más fuerza y al soltar un quejido admitió su derrota. Cuando Migh lo escuchó quejarse, le soltó la mano. Él no dijo nada ni hizo nada para que Diego sospechase que había intentado romperle la mano para probar su sangre- Veamos qué es lo que sigue. ¿Cuántos años tienes? Esa es difícil, el tiempo no parece ser constante en la niebla, no tenemos un calendario, realmente no sé qué edad tengo más allá de saber que ya soy mayor de edad, ya soy todo un adulto. Te había dicho que fueran respuestas de sí o no, no me apetece hablar. Si no te lo había dicho, para a próxima, preguntas de sí o no, no quiero hablar. Veamos si en la siguiente ya has rectificado. ¿Eres chico o chica? Nuestra especie es hermafrodita, aunque conozco a algunos de nuestra tribu que muestran una diferenciación de sexos durante la época de viento. Enserio, me estoy molestando mucho, tengo que hablar demasiado. Si la siguiente no es de respuesta sí o no, me enfadaré y ya no responderé nada. Nos quedaremos los dos en silencio hasta que nuestros dioses terminen su conversación. Veamos la siguiente- antes de que Migh pudiese leerla, o eso es lo que pensaba y esperaba Diego, la borró con la mano-. Niño leo rápido. Sé lo que has puesto en esa pregunta. ¿Por qué quieres saberlo?- Diego escribió en el suelo- Por curiosidad... Yo soy la persona más cercana a mi dios, este cargo me fue transferido de lo que podríamos llamar mi madre. Desde hace miles de generaciones mi familia se ha encargado de escuchar a dios y comunicarle al resto de la tribu sus deseos. Desde pequeño lo he escuchado y he hablado con él, pero nunca me ha dicho si tiene un nombre. Nos referimos a él como dios a pesar de que hay cientos de dioses. Puede que nuestra relación con él no sea tan cercana como para que nos diga su nombre. Él lleva mucho tiempo viviendo con nosotros, protegiéndonos y cuidándonos. Será muy doloroso ver morir a la gente a la que has cuidado toda su vida sin que puedas hacer nada. Cuando tú te mueras, será muy doloroso para tu dios, eres quien lo escucha y nadie más lo volverá a escuchar.

Dentro de la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora