Jeon Jungkook esta cansado, siempre es quien ve por todo y todos, ¿Qué hace Park Jimin? Nada. Ha tomado una decisión de la que no se va ha arrepentir.
Le ha pedido el divorcio a su esposo de tres años, pero Jimin no quiere, ama a Jungkook, y sabe qu...
Jungkook no lo podía creer, la cocina era un completo desastre, el horno de microondas estaba completamente sucio, las repisas desordenadas, los víveres que había traído en el suelo, y Jimin solo le había dicho que había sido un pequeño accidente.
─Puedo limpiarlo, no debes preocuparte.
─¡¿Cómo no quieres que me preocupe si todo está hecho un completo desastre?!
Simplemente ya no soportaba a aquel alfa, y es que ya eran más de diez veces que algo así sucedía, se había casado con Jimin hace tres años exactamente y todo iba bien, habían comenzando a vivir juntos antes del matrimonio, allí fue cuando Jungkook se había percatado de que Jimin era un alfa algo desastroso.
No debía negar que eso le daba igual, amaba a ese alfa, pero cada que hacía algo como lo que ahora hizo, solo hacía que Jungkook terminase cada vez más decepcionado, le ha dicho cientos de veces que no se le ocurra poner un maldito pie en la cocina, pero al parecer le habla a una pared.
─ Tranquilo, amor ─le respondió el alfa, el omega estaba odiando aquello.
Siempre creía que con un simple; "Tranquilo amor" todo estaba solucionado, pero no era así.
─¿Tranquilo? ¿Piensas que así el idiota de Jungkook va a sonreírte de nuevo y limpiará todo por qué sabe muy bien que no lo harás?
─Kookie, te ayudaré lo juro...─el alfa había colocado sus manos en las manos de su pareja.
Jungkook miro sus manos, pero aparto las del alfa mientras negaba con la cabeza.
─Estoy harto, Jimin...
─Cariño ─no dejo que el alfa hablará.
─Quiero el divorcio, Jimin.
Sin más el omega se fue de la cocina, y por supuesto Park Jimin sentía que su mundo se desmoronaba por completo.
Tenía que hacer algo y rápido, no quería que todo se terminará así como si nada, su omega lo amaba y lo sabía, ambos seguían teniendo los mismos sentimientos el uno por el otro, y no dejaría que por discusiones sobre su torpeza, todo se fuera por la borda.
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