10. Deudas 🔸

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Willy

Vegetta me sostuvo de los brazos hasta que Rubius y Alex se perdieron de mi vista, me sentó en la banca, se le veía el enojo en su cara.

-¿Y bueno me puedes explicar por qué estabas a punto de pelear con Alex? Te creía mucho más prudente.- Me daba rabia que Vegetta se entrometiera en mis asuntos.

-Y yo te creía menos entrometido- Vegetta frunció el ceño para al final suspirar.

- Pensé que eramos amigos o algo así- Vegetta se rascaba la cabeza riendo.

-Amigos de los que no hablan ni interactúan- 

- En resumidas cuentas si- Solo giré los ojos y me levanté de la banca.

-Me voy- Vegetta me detuvo.

-Wily ¿No quieres hablar de algo?- Si quería, de verdad tenía ganas de poder contar todo lo que pasaba en mi cabeza.

-No- Pero así era yo, no quería que nadie me viera en una situación donde pareciera débil.

-Vamos, tío, que se puede al menos una hora  no ser tan pesado y contarme-  Me sentía muy cansado de no tener a nadie para hablar así que me regresé a sentarme. Vegetta pasó su mano por mi cabeza. - ¿Qué es lo que te tiene tan amargado últimamente?-

-Fargan- Toda esta situación era culpa de Fargan.

- ¿Fargan? El chaval que siempre esta ayudándote a todo y mirandote como si el fuera un niño tonto pegado al televisor?- Vegetta se oía divertido con la situación.

-Si, ese- Fargan era muy de parecer niño tonto en muchas situaciones.

- ¿Y qué te hizo?- ¡Vaya preguntas! Ni siquiera sabía por donde comenzar o que le podía contar.

-Me besó y se declaró- Vegetta se sorprendió bastante para después reírse.

-Pues vaya que tiene dos huevos muy grandes, que tú eres un poco...- hacía señas con sus manos hasta que giré a verlo de mala forma. -Perdon, y qué no te gusta o algo?- Me sonrojé mucho al escuchar eso y me quedé pensando.

-No lo sé- Trataba de pensar las cosas claras, pero de alguna forma mis pensamientos se interrumpían entre regaños mentales y enojos.

-Creo que debemos hablar esto de manera más detallada- Me hizo señas para seguirlo y llegamos al comedor del hotel, ahí nos sentamos ordenamos algo y comencé a darle todo el relato a Vegetta, todo hasta lo de Alexby, de una forma era como soltar un peso.

-¡Vaya lío! Que hasta hay drama y todo- No sabía si estaba esperando un consejo de Vegetta o le estaba contando un cuento.

- ¿Eso es todo lo que vas a decir?-

-Ponte en mi lugar que está más claro que el agua que te gusta Fargan y el gusta de ti, no hay consejo porque no hay problema- No entendió nada.

-Yo no quiero salir  con Fargan- Vegetta me dió un zape en la nuca.

- Ya sé que es lento el chico, pero te gusta y tu le gustas ¿Cuál es el problema?- Se oía un poco desesperado.

- Que no es bueno encariñarse con la gente para que al final terminen remplazandote o cansandose de ti , lo digo por ti, por los amigos y hasta la familia-  Ese era el problema no quería que en algún momento Fargan se cansara de mi y fuera otra vez el mismo ciclo

-Willy... No es algo que se pueda controlar, la gente deja de quererse todo el tiempo, lo importante es disfrutar-  Vegetta se veía confundido.

-Esa basura de consejo no te la crees ni tú- Vegetta se reía un poco.

-Pues no puedes vivir con miedo y confundiendo al pobre de Fargan- En eso Vegetta tenía razón.

-¿Y cuando se cansé de mi?- Pregunté eso agachando la cabeza, daba vergüenza preguntar cosas así.

-Y me lo dices tú que hiciste tomar a Alexby de un charco por una bobería...- Los dos nos reímos, le había contado de donde había sacado lo de la lata  y aunque al principo me regaño después se rió un poco conmigo.

-¿Me estas diciendo que le haga algo si me deja?- Me reí y Vegetta asintió con la cabeza. Ambos entendíamos que era una broma, pero al menos me alentaba un poco a perder el miedo.

-Eso mismo-

-¿Entonces debería de hacerte algo a ti? Yo pensaba que se debía terminar bien y ya-

-Espera! Que ya expiró el tiempo para vengarte- Nos reímos y me levanté de la silla.

-Entonces lo dejaré pasar, me voy, voy a pensar todo mejor-  Dejé a Vegetta y me dirigí a mi habitación cuando estuve de frente me quedé afuera pensando en que le diría o como actuaría con Fargan, iba a abrir la puerta cuando pensé que tal vez no había cenado y fui a la maquina expendedora del pasillo, sabía perfecto que estaba haciendo tiempo, conseguí unas frituras y un refresco. Caminé más nervioso de regreso mientras pensaba una y otra vez en el beso que le había robado, frente a la puerta busqué mi llave en el pantalon y no la encontré, busqué en mi cartera y tampoco estaba, no me podía pasar algo tan estúpido, no quería ir a la recepción para explicar una tontería así, me quedé un minuto mirando la puerta hasta que suspiré y comencé a tocar la puerta son recibir respuesta ¡¿Y si estaba dormido?! quise revisar mi teléfono para saber la hora, pero estaba muertisimo, me quedé tocando más fuerte sin respuesta, tal vez si que estaba y se cobraba lo que le había hecho.

-Fargan!- Comencé a gritarle para que me abriera la puerta, repetí su nombre varias veces, pero seguía sin respuesta. -Perdon, no debí dejarte afuera el otro día- Comencé a hablar -Pero todo esto es tu culpa, si no fueras tan encimoso no pasarían estas cosas-  Seguía sin recibir ninguna respuesta, ni siquiera un sonido -Abre la puerta Fargan! Para que podamos hablar- Me estaba quedando sin opciones.

Me quede sentado recargado en la puerta. -Por cosas tan inmaduras como estas es que me molesta que me gustes- Ahora estaba seguro de que hablaba más para mi que para Fargan, quien seguramente estaba dormido. -Eres tan bueno conmigo sin ningún motivo que es molesto, no entiendo que puede ser tan bueno en mi que haga que me soportes- Me levanté pues miré que había un reloj al final del pasillo y quería revisar la hora, para pensar que tan factible sería dormir en otro cuarto o en el pasillo.

Adorable Encuentro ll Donde viven las historias. Descúbrelo ahora