Capítulo 11

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Me bajo del auto, camino a su puerta y toco el timbre. Escucho a Ana gritar algo y abre la puerta con un saludo... ¿O no?

— Hola José — se queda inmóvil cuando me ve.

— No soy José — respondo molesto. ¿Está esperando a Rodríguez?

— Annie, ¿es José? — aparece un hombre detrás de ella, que asumo es su padre.

— Buenas noches señor Steele — le digo a él cuando me mira detenidamente.

— Buenas noches joven, ¿es amigo de mi Annie?

— Si señor Steele, me llamo Christian — paso junto a Ana y tomo la mano de su padre.

— Pues pasa Christian, estábamos por cenar — me señala el comedor y camino a una silla.

Veo al señor Steele susurrarle algo a Ana, quien se sonroja aún inmóvil en la puerta. Pongo mi atención en Raymond cuando me pregunta cómo conocí a Ana, él le llama cariñosamente Annie.

Tengo me mentirle y decirle que ella me invitó. Afortunadamente para mí, nunca estuve frente al padre de alguna de mis sumisas, no hubiera salido bien librado. Y observando el rifle sobre la chimenea del Señor Steele, comprendo que debo medir mis palabras.

— Escuché que por aquí les gusta mucho pescar — le pregunto cuándo Ana pone los platos de la cena frente a nosotros.

— ¿Te gusta la pesca? — Me dice y yo agradezco internamente las aficiones de mi padre.

Le hablo un poco sobre mi padre y asiento cuando me invita a pescar. Sin duda será algo nuevo para mí convivir con alguien más aparte de mi familia. Terminamos la cena y Ana camina a la cocina, yo la sigo.

— ¿Estás enojada porque esperabas ver a José? — le digo en voz baja, no voy a pelear frente a su padre.

Ella me mira molesta y luego me pregunta cómo sé que estaba aquí. No voy a admitirlo, pero sé que no va a dejar ir este asunto. Creo que me he ganado la simpatía de su padre, porque me invita a ver el juego de los Mariners y otra vez agradezco las aficiones de Carrick.

— Te lo diré, lo prometo. Pero ya no estés enojada. — le digo tratando de calmarla, mientras pienso en una buena excusa.

Nos sentamos en el sofá frente a la televisión y poco después Ana se sienta en el otro sillón con una taza en las manos. La miro acomodarse sobre un cojín y poco después cierra los ojos. Me levanto a tomar la taza de sus manos y la llevo a la cocina.

— ¿A qué te dedicas hijo? — me dice el papá de Ana después de un rato.

— Tengo una empresa de telecomunicaciones y tecnología — me mira con el ceño fruncido.

— Eso suena interesante, debes ser un chico muy listo. Y a Annie le agradas, así que estoy bien con eso.

Lo miro atentamente sin saber qué decir. ¿Gracias?

— Ella siempre será mi niña y no quiero que sufra. Espero que tus intenciones sean buenas o tendré que insistir en visitarte para mostrarte mi hermoso Winchester calibre 22 — señala hacia la chimenea.

¡Mierda! Raymond Steele me ha amenazado y no creo que esté bromeando. El informe de Ana decía que su padre es ex militar y no puedo evitar pensar en Taylor.

— Si señor — digo serio. No soy fácil de intimidar, pero esta es una situación nueva para mí.

— Bien, entonces podríamos ir mañana a pescar. Me viene bien la compañía — me dice y yo asiento.

Antes de que el juego acabe, el señor Steele camina a una habitación y luego regresa. Intenta tomar a Ana en sus brazos, y no sé si ofrecerme a llevarla, no quiero problemas.

Cuando intenta levantarla, ella abre los ojos. Le pide que vaya a su habitación a dormir y se prepare para ir de pesca mañana. Ella se niega pero su padre insiste, ahora sé de dónde sacó lo testaruda.

— Christian, no tenemos cuarto de invitados, espero que no te importe dormir en el sofá.

Ana va al pasillo y regresa con una cobija para mí. Me pregunta si estaré bien en el sillón y yo le digo que no dormiré mucho. Le confieso lo sorprendido que estoy de haber dormido toda la noche en su departamento. Se va a dormir y me acomodo en el sofá.

Reviso mis mensajes y contesto los correos pendientes desde mi teléfono. Me levanto y camino por la sala a oscuras. La decoración es sencilla y encuentro dos fotos enmarcadas en la repisa de un librero. Una foto de Ana, debe tener unos 8 años, posa y sonríe a la cámara junto a un lago. En la otra foto, Ana y Ray en lo que supongo es su graduación de la WSU, lleva un hermoso vestido plateado que resalta sus ojos azules.

Vuelvo al sofá y me tapo con la cobija. Cierro los ojos para obligarme a dormir. Escucho jadeos y una respiración agitada, despierto poco a poco para darme cuenta que soy yo... malditas pesadillas.

— ¿Christian? ¿Estás bien? — abro los ojos para ver a Ana preocupada.

Siento la presión en el pecho que me aturde y quiero salir corriendo a tomar aire fresco. Pero no quiero asustar a Anastasia, por lo que camino por la sala tratando de recuperar el control. Si estuviera en Escala, correría hacia mi piano.

— Ven aquí, siéntate, necesitas dormir — Ana me llama.

Señala el sofá y por un momento dudo en acercarme. ¿Qué intenta hacer?

— Vamos, dijiste que dormías bien conmigo cerca, date prisa antes de que venga mi papá.

Cuando me siento junto a ella, pasa su brazo por mis hombros y me atrae hacia ella. Me tenso cuando levanta la otra mano, pero siento cuando acaricia mi cabello. Me recuesto con cuidado para no lastimarla y cierro los ojos para inhalar el aroma de su piel. Me quedo dormido cuando la calidez de su cuerpo me invade.

Tengo la sensación de que caigo al vacío, como muchas veces he soñado. Pero esta vez, llegar al fondo duele y abro los ojos para mirar la cara asustada de Ana. Durmió conmigo en el sofá y luego me deja caer. Cuando escucho la voz de Ray entiendo la razón.

Me levanto del suelo y recojo la cobija. Salgo de la casa para ir a mi auto por mi cambio de ropa. Cuando salgo del baño, llevo la ropa de vuelta al maletero. Escucho la voz de Ray a mis espaldas.

— Vaya, ese sí que es un auto fantástico — dice con emoción cuando ve mi Audi R8.

— Gracias — le sonrío con orgullo y le abro la puerta para que suba — motor V10, 540 caballos de fuerza, de 0 a 100 en 3.5 segundos.

— Demonios — dice en voz baja acariciando el volante de piel — esta cosa prácticamente vuela.

Historia de Amor 💙 (Christian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora