Capítulo 44

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— ¿A dónde vas? – pregunta cuando me levanto de la silla.

— A mi estudio a hacer unas llamadas.

— ¡No! – Se atraviesa en mi camino – ¡Era en serio cuando dije que nada de trabajo!

— ¿Por qué no? ¿Qué esperas que haga todo el jodido día?

— No sé... dormir, leer, inventar alguna loca historia, lo que sea que puedas hacer desde tu cuarto – señala en dirección a la habitación.

Doy la vuelta y camino mientras pienso en un plan para reponer mi teléfono o comunicarme con Taylor y los de seguridad. Si encuentro la forma de llevarme la laptop a la habitación podría trabajar un poco.

— ¡Ana! – Le grito – ¡tengo frío!

— Cobíjate – me grita.

— ¡Ana! – Lo hago de nuevo – no quiero dormir.

— Pues no duermas – vuelve a gritar.

— Ana... – ahora me río – ¡me siento solo!

— Abraza una almohada – se ríe también.

— No eres una buena enfermera – me quejo.

— No me provoques Grey – dice con tono de advertencia.

— ¡Enfermera Steele! – Vuelvo a gritar – me duele el trasero de estar acostado.

— Párate y camina alrededor de la cama – suspiro frustrado.

— ¡Enfermera Steele! – Grito divertido — quiero tomar un baño.

Y ahora si viene a la habitación.

— Espera aquí, voy a preparar el agua – dice cuando entra.

Se mete al baño y cuando regresa me hace una seña para que me pare frente a ella.

— Levanta primero el otro brazo, ahora deslízalo por este otro lado, ¡con cuidado!

— Eres una buena enfermera, debí accidentarme antes – me río.

— No juegues con eso – dice negando con la cabeza — A la ducha señor Grey.

— ¿Vas a ayudarme? Puedo resbalar y lastimarme más – hago un puchero.

— ¡Bien! Pero sin final feliz – dice como si leyera mis intenciones.

Ya en la ducha, con el agua tibia cayendo sobre mis hombros, lava mi cabello y mi cuerpo con mucho cuidado. Se detiene en las zonas donde aún se perciben los moretones y pasa la esponja con tanto cuidado que creo que ni me toca. Me aparto un poco para que ella también se lave y salimos juntos.

Me envuelve una toalla en la cintura y pone otra sobre mi cabeza para secarme el cabello dando un ligero masaje. Me conmueve la ternura y el amor con el que me cuida. Mierda, yo quiero que esto dure para siempre. Sentirme mimado y querido, y yo amarla y protegerla.

— Cásate conmigo – le digo con suavidad.

— Que no – ruedo los ojos.

— Necia – le gruño.

— Por Dios, Christian no te muevas, voy por tu ropa.

Después de ayudarme a vestir, me señala de nuevo la cama. Exhalo con frustración mientras me acomodo.

— ¿Qué se supone que haga? ¿Estar aquí acostado por dos semanas sin hacer nada?

— Indicaciones del doctor, nada de esfuerzos.

— ¿Y si me quedo aquí acostado y el esfuerzo lo haces tú? – le digo con malicia.

— Nada de sexo, señor Grey.

Dice y sale de la habitación hacia la cocina. La escucho hablar con Gail sobre la comida así que acomodo las almohadas para apoyar mejor mi espalda. Me quedo callado cuando la voz de Grace se escucha fuerte en la sala.

— ¿Por qué está Christian aquí?

— Doctora Grey, Christian... – Grace la interrumpe.

— No, él no debe estar aquí, necesita cuidados específicos.

Le dice y su tono me molesta de inmediato. ¿Por qué tiene que ser grosera con Ana?

—Si quiere hablar con él, está ahí en la habitación – reconozco su tono enojado.

— Christian – dice cuando abre la puerta – ¿Qué haces aquí, hijo? Deberías estar en Bellevue donde puedo cuidarte.

— No soy un jodido niño – digo serio – quiero estar en mi departamento donde me siento cómodo y tengo todo lo que necesito.

— Pero mi amor, creo que descansarás mejor en un lugar como...

— No mamá – interrumpo – Quiero estar aquí, y no es decisión tuya ni de Ana. Ella está cuidando bien de mí, ¿no lo ves? Me duchó, me dio mi medicamento, esta por alimentarme... ¿quién iba a hacer eso allá? ¿Gretchen?

— Claro que no Christian, yo pensé que ambos podrían estar allá unos días.

— Créeme, estamos mejor aquí, y quiero aclararte algo mamá – le hago una seña para que se acerque – no hagas caso de lo que Elena te diga sobre Ana, sé que ella es tu amiga de hace mucho tiempo, pero ha hecho comentarios desagradables sobre Anastasia. Y tú la conoces, la has tratado, ¿de verdad piensas que Ana es una mala persona?

— No, por supuesto que no – dice apenada – solo me sorprendió que Elena dijera todo eso, como si supiera algo que yo no.

— Mira, ella no tiene nada que opinar sobre Ana porque mi relación no es de su incumbencia. Elena no sabe absolutamente nada sobre mi o mi novia, y prefiero que cualquier problema que surja sea tratado primero conmigo, ¿está bien?

— Tienes razón hijo, lo siento si me dejé llevar por sus palabras. No entiendo por qué Elena tiene tan mala opinión de Ana, pero debe ser cierto que no la conoce como yo. Te dejaré las recetas y las últimas indicaciones del doctor.

Grace saca unos papeles de su bolsa pero no me los entrega. Se levanta para dejar un beso en mi frente y sale de la habitación. Escucho su voz de nuevo y luego el ruido del ascensor.

— ¿Qué le dijiste a tu madre? Llego muy molesta – pone una charola de comida en mi regazo.

— La verdad, que no hay motivo para ir a Bellevue porque ella y Carrick tienen que trabajar y yo terminaré peleando con Mía cuando no soporte su voz chillona.

Miento por omisión, no quiero importunar a Ana hablando de Elena. No lo vale. Levanto la cabeza cuando la puerta se abre para ver a Taylor.

— ¿Me conseguiste un teléfono nuevo?

— Si señor Grey, recuperamos su número y Barney está actualizando el software.

— ¿Y los protocolos de seguridad?

— Aún en código rojo señor.

— ¡Espera! Esto cuenta como trabajo, Taylor, ¡fuera! – chilla Ana y saca a Jason.

Anastasiasale detrás de Taylor y yo sigo comiendo. Poco después, Gail entra a recoger lacharola de la comida. Me entrega un par de analgésicos y cierro los ojos decansancio.

Historia de Amor 💙 (Christian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora