Capítulo 38

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Cuando estamos solos en el auto, retomo el asunto que sigue dando vueltas en mi cabeza.

— Le voy a pedir a Ana que viva conmigo – Jason no parece sorprendido – Y aun necesita un guardaespaldas.

Taylor me mira por el espejo retrovisor con el ceño fruncido.

— Consígueme a alguien nuevo que empiece el lunes, con las mismas especificaciones de experiencia que los de hoy, pero con preferencias sexuales... diferentes.

— ¿Señor? – dice con la ceja arqueada.

— Que sea gay, Jason – digo rodando los ojos – lo prefiero atraído a ti y no a ella.

Taylor ríe brevemente y sigue conduciendo. Sí, sí, soy un bastardo muy jodido, pero es lo que quiero. Cuando estaciona finalmente en el garaje, bajo rápido hasta el ascensor.

— Que bueno que llegas, la cena está lista – dice Ana muy animada. Y aquí voy...

— No te vayas – digo firme.

— Me quedaré hasta mañana, le avisé a Kate.

— No, me refiero a que no te vayas – respiro hondo — Quédate aquí, conmigo. Múdate a Escala.

— ¿Vivir juntos? ¿Es eso lo que me pides? ¡Rayos! – balbucea.

— Si, ya hay ropa para ti aquí, lo sabes. Mañana iremos por el resto de tus cosas al departamento de Kavanagh y para el lunes tu guardaespaldas va a llevarte a SIP.

— Todo es tan repentino, no sé qué decir. ¿Ocurre algo? Hay algo que no me estás diciendo...

Sé que está preocupada por mí y me pregunto si lo estoy pidiendo de la forma correcta.

— Quiero que lo hagas porque tú quieres estar aquí. Quiero llegar y encontrarte esperándome, dormir juntos, despertar juntos y todo eso que las parejas hacen.

Ella asiente levemente al inicio, luego con seguridad. Una sonrisa amplia aparece en su rostro y yo también sonrío cuando se lanza a mis brazos y me besa.

Entro a la cocina muy temprano para tomar un vaso de agua y dejarle un mensaje a Andrea para avisarle que llego tarde. Voy primero al departamento de Kavanagh por el resto de las cosas de Ana.

— ¿Estás seguro de esto? Aún puedes arrepentirte – dice cuando Taylor estaciona afuera de su pronto—ex departamento.

Asiento hacia ella mientras me ofrezco a contratar un servicio de mudanza, lo importante ahora es que su compañera sepa que se va conmigo. La camioneta de Elliot está parada delante del audi y por la hora podría jurar que el idiota sigue dormido.

Mierda, mi hermano sale por la puerta descalzo, despeinado y con la camisa abierta. Salgo a su encuentro listo para el sermón de "ser muy jóvenes para asumir responsabilidades"... si hay alguien con fobia al compromiso más que yo, ese es Elliot.

— ¿Es una broma? – me grita haciendo un gesto con sus manos.

— No – digo serio – ¿Por qué habría de bromear con algo así?

— Bro, ¿estás seguro? ¿De verdad lo pensaste bien? y hablo de tu cabeza de arriba – golpea mi frente con su dedo.

— Estoy seguro de lo que hago, imbécil – quito su mano de mí.

— ¡Idiota! Luego viene la mierda del anillo y los bebés... ¿estás listo para eso? Eh?! ¡¿Estás listo?! – Grita pero creo que es más para él que para mí – ¿Está embarazada? ¿Embarazaste a la pequeña?

— ¿Qué? – Digo sorprendido – No idiota, no está embarazada, queremos vivir juntos, solo eso.

— No, no, a mi no me engañas hermanito – Elliot se agacha y apoya sus manos en sus rodillas – ¡Ay mierda! Creo que voy a vomitar.

— No sé por qué te sorprendes, ¡tú prácticamente vives aquí! Es como si vivieran juntos y desde el primer día que se conocieron – lo regaño.

— No, no, no, no – dice con las cejas arqueadas – no me confundas. Eso es pasar tiempo con mi novia, esto es sobre ti, no sobre mi y Kate.

— Compré una casa – le suelto – junto al Estrecho de Puget y quiero que te encargues de la remodelación, igual a lo que hiciste con la casa de Aspen.

— ¡Ay mierda! ¡Ay mierda! – Se apoya en el auto junto a mi – tan pronto como pongas un jodido anillo en su dedo Kate me va a agarrar de las pelotas para que haga lo mismo... gracias por eso bro.

— Tal vez esa sea la solución imbécil, que te agarre bien de las pelotas y madures – me burlo.

— ¡Oh sí! señor "la pequeña tiene las mías en su bolso" – se burla y yo frunzo el ceño.

Ana sale con una pequeña maleta y Katherine a su espalda. Taylor baja del auto para tomar el bolso y meterlo en la cajuela. Elliot me da un puñetazo en el hombro y camina hacia Ana.

— Pequeña, tienes mi número, cualquier cosa me llamas y voy a patear su trasero, ¿está bien?

Bastardo hipócrita, ahora se hace el protector de Ana, incluso le da un fuerte abrazo.

— Lo mismo digo Elliot Grey, haces llorar a Kate de nuevo y no habrá lugar que te resguarde, ni las faldas de tu madre.

— Mierda pequeña, ¿recuérdame por qué estoy preocupado por ti?

¿Preocupado por ella? ¡Por favor! Ruedo los ojos cuando lo escucho, lo único que quiere es salvar su trasero.

— Ya me acordé – dice cuando le gruño.

Le abro la puerta para que suba y se aleje de mihermano, luego voy por el otro lado. Tengo que decirle que hay un pequeñoproblema cuando nota que estoy tenso, pero evito darle detalles para nopreocuparla.

— Saldremos esta noche – me dice de pronto — Kate y Mía escogerán el lugar.

— ¿Podemos quedarnos en Escala? Quiero estar solo contigo.

Insisto en estar solo con ella, pero está decidida a salir con sus amigas y tengo la impresión que no me está dando a elegir. Asiento y le digo que tengo que ir a la oficina un rato.

Me aseguro de dejarla a salvo en el salón de mi áticoantes de volver a bajar en el ascensor hasta el auto. Debido a todas lasactividades que he reprogramado, no podía cancelar hoy también.

Historia de Amor 💙 (Christian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora