Todo había pasado tan rápido. Apenas podía mantener sus ojos abiertos para no caer desmayado, su pulso se hacía cada vez más lento al igual que sus sentidos. Estaba en la mismísima mierda y no lo negaba.
Guardó su pistola con algo de torpeza entre su pantalón, notando como su vista se volvía borrosa por largos segundos, haciendo que cerrará sus ojos por el repentino dolor de cabeza. Los abrió al rato con lago de pereza, sonriendo complacido hacia su herida.
Su brazo ardía en dolor ante la bala que le fue incrustada hace minutos atrás, sacándole más de unas pequeñas lágrimas al ver cómo la sangre era derramada por todo su brazo hasta llegar al suelo.
Se apoyó en la muralla más cercana, sacó un par de vendas de su pantalón con cuidado de no tambalearse. Rodeo la herida desinteresado, esperando minutos para poder incorporarse, sin éxitos algunos.
— ¿Cómo estás, Pogo? — Escuchó a su lado la voz agitada de su acompañante, quien le miraba de pies a cabeza verificando que todo esté en orden.
— Todo bien, Bitelchús, solo es un pequeño rasguño — Sonrió hacia el otro payaso.
Hace tiempo que no podía sentir el dolor de una bala enterrada en su cuerpo, le estremecía todo el cuerpo la volver a sentir lo que era el dolor y la desesperación recorrer tus venas, la tristeza y enojo, el cariño y el odio. Extrañaba todos esos sentimientos.
— Estás chorreando mucha sangre, será mejor irnos, ven — Ofreció, ayudándole a caminar hasta un callejón estrecho, dejándolo reposar por rato sobre la pared — Me has metido en un lío grande, eh — Río en susurró, recargando su pistola en un movimiento silencioso.
— Pogo es inocente — Respondió vagamente, cerrando sus ojos mientras sonreía.
— Eh, ni se te ocurra quedarte inconciente, que por tu culpa tendré problemas con la policía — Regaño, tomando el brazo sano del payaso y pasándolo por su hombro, tomando el mentón de este para sacudirlo, con intenciones de despertarlo — Mierda.
°•°•°
El sonido maquinilla lo volvía loco, más de lo que estaba, de tan solo escuchar como ese molesto ruido le daba ganar de quitarse todos los pelos de la cabeza, arrancarlos a la fuerza y quedarse calvo para siempre.
— Me cago en la puta — Murmuró suavemente, observando la habitación en la que había dormido — Hostia.
Pequeños tubos conectados a su brazo fue lo primero que pudo detallar, además de ese olor tan característico del hospital. Estaba jodido.
Su mente daba vueltas como un colador, ¿Cómo había llegado hasta allí? Lo último que recordaba es haber darle la bienvenida a su hermano después de llorarle un poco, lo demás solo estaba en una pantalla negra, no lograba entender que hacia allí.
— Hasta que despiertas, capullo — Escuchó la puerta abrirse, seguido de esa amable voz de su jefe.
— ¿Conway? ¿Qué me ha pasao'? No entiendo nada — Murmuraba confundido, queriendo levantarse de la camilla pero siendo detenido rápidamente por la mano del Alpha — ¿Me explica?
Cansado y agobiado, soltó un suspiro antes de dirigirle la mirada, aguantando se las ganas de darle a porras.
— Capullo, eres un capullo, un anormal, un gilipollas — Insultaba libremente en esas cuatro paredes blancas, quitándose las gafas para ver directamente a su Omega indefenso sobre la camilla — Te han pegado un tiró en el brazo por ser tan anormal.
— De eso me doy cuenta pero ¿Cómo? — Preguntó, observando como el cuerpo del Alpha se acomodaban en la camilla, queriendo acercarse más a él.
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𝙻𝚘𝚟𝚎 𝚖𝚎 ▪️ 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚊𝚋𝚘 ▪️ GTA Roleplay
FanfictionNo podía verlo irse como si nada, no podia, simplemente no podía, daría la excusa que era un loco, un psicópata, que no podía estar suelto por la cuidad sin su supervisión. Daría todo lo que estuviera en sus manos para no alejarlo, era lo que menos...