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Abrió sus ojos espantado, saltando sobre su lugar para darse cuenta que era una pesadilla.

Suspiró.

Notando la soledad de la habitación había deducido que su Alpha se fue antes que él, bueno tampoco le sorprendía, como superior tenía más deberes que él, no hay que negar lo evidente.

Asqueado de si mismo, se levantó de la cama, llendo al baño sin cerrar la puerta. Cepillo sus dientes para quitar ese mal olor a whisky añejo y giró las manecillas de la ducha.

Con su cuerpo ya limpio y puro, se vistió con su uniforme, saliendo de la habitación con el pasamontañas en sus manos.

— Buen día, supernena — Escuchó desde la cocina.

Sorprendido y aturdido, camino hacia el Alpha que desayunba tranquilamente apoyado en una pared, teniendo entre sus manos una taza que por lo que olía era café, ¿O eran las feromonas? Dudaba.

— Buenos días, Superintendente  — Saludo, tomando otra taza y vertiendo café en ella.

Le empezaba a gustar más de lo que admitir el café.

Ya tenía una idea para otro outfit.

— Pensé que ya se había ido — Comentó, bebiendo mientras se apoyaba en otra pared, quedando frente al Alpha.

— No tengo prisa — Respondió por lo bajo, dando un sorbo a la taza.

— Entiendo.

El silencio fue interrumpido por el tono de móvil del Alpha, quien lo saco rápidamente para contestar en un gruñido.

— ¿Qué? — Contesto, esperando la respuesta por el otro lado — Ahora voy, no te preocupes — Habló antes de cortar la llamada, dejando la taza en el lavaplatos y darle una leve limpiada rápida.

Se giró hacia su Omega, acercándose a este para tomarle las mejillas delicadamente, mirando los ojos celestes del más bajo. Con toda la confianza que había reunido desde el momento en que despertó, acercó su rostro al de Gustabo, teniendo sus raíces rozando entre ellas.

— Tengo que irme — Murmuró por encima de sus labios, besando con cuidado y lentitud al más bajo, pillando de sorpresa al Omega.

Desconcertado por el atrevimiento delas alto, rodeo con su brazo libre el cuello del Alpha, juntando sus cuerpos con timidez y mordiendo el labio inferior sin vergüenza.

— Nos vemos — Respondió el Omega, separándose del Alpha para seguir con su café.

— Si no fuera por Volkov, no iríamos juntos, pero no pueden vivir sin mí — Comentó con cierta gracia, tomando su móvil y llaves del carro, mirando en cada momento al rubio, sin apartar la vista.

— Llamaré a Horacio, no me iré solo — Río sumamente.

Vió como su Alpha ya listo para irse, se acercó nuevamente a él, tomándolo del mentón para darle un piquito, totalmente inocente.

Le parecía tierno, y al mismo tiempo le perturbaba.

Su Superintendente ya le hubiera pegado con la porra. Mientras que esté le daba mimos y besos. Le asustaba y gustaba. Sentimientos que nunca pensó que estarían juntos.

El cuerpo del Alpha se perdió en el pasillo, escuchando únicamente el sonido de la puerta cerrarse.

Tan pronto como sintió el motor del coche ser encendido e irse, sus sonrisa se desvaneció.

— ¿Pogo? — Preguntó al aire, el silencio fue su única respuesta.

°•°•°

Sus ojos viajaban de un lado a otro con desesperación, sus pies estaban intranquilos y sus labios no dejaban de temblar.

𝙻𝚘𝚟𝚎 𝚖𝚎 ▪️ 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚊𝚋𝚘 ▪️ GTA RoleplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora