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Capítulo +18

No solamente fue un encuentro, fueron varios. Todos y cada y cada uno de ellos eran a la tarde, siendo  entre las 3 hasta las 7.

No hubo más allá de roces y besos, se limitaban hasta cierto punto con sus actos. Más que nada se contenían, no querían pasarse de la raya sabiendo que lo pasaría. En uno de sus descuidos -el unico- fueron pillados en un ambiente caluroso por la directora, encontrando a ambos sus semidesnudo sobre la mesa, apunto de entregarse al otro. Básicamente, marcarlo.

Fueron reparados inmediatamente por la pelirroja quien los chantajeando que si volvía a pasar lo mismo, sus horas de encuentro acabarían y aumentarían sus días de estadía en el hospital.

Obedecieron de mala gana. Todo para salir de aquel infierno.

— Cuando salgamos de aquí... Haremos lo que tú quieras — Murmuró el Alpha sobre el oído del Omega, acariciando la cintura de este con total delicadeza y ternura.

— Me parece perfecto — Murmuró divertido, explorando con sus blancas manos la espalda del más alto, tocando divertido las mordidas que le había hecho días atrás.

Con esa pequeña e inofensiva promesa, había una semana de aquel momento tan íntimo compartido por ambos. Ya casi un mes encerrados, comiendo mierda y besándose en las esquinas ya aburría. Quería libertad, él quería libertad.

Sonrió.

— Están de alta, los dos — Murmuró la doctora frente a ellos, mirando con detenimiento su libreta, donde estaba anotado los nombres de sus pacientes estrellas — Esto solo por unos días, quiero que de aquí a... Hm, dos semanas más estén aquí nuevamente, un chequeo rápido, solamente para comprobar que todo está en orden ¿Vale?

— De acuerdo — Contestaron ambos, ocultando su felicidad con una corta y borde respuesta.

Por pequeños segundos desviaron sus ojos a los ojos del contrario, sonriendo inconscientes al encontrar sus miradas.

Al fin podría sentir el cálido sol en su boca piel.

Al fin podría confesarse. Ya no valía la pena ocultarlo, las semanas junto a su Alpha fueron suficientes para estar seguro de sus sentimientos al respecto y estaba seguro que no era el único.

— ¡Gustabo! — Escuchó.

— ¡Horacio! — Saludo rápidamente, abrazando al Beta por el cuello, escuchando divertido como el de cresta lloraba por sobre su hombro.

— ¿Se ha ido? Dime que sí, por favor... No quiero que... Bueno — Murmuró tembloroso, atrayendo más el cuerpo del Omega al suyo, pegando sus brazos contra la cintura de este.

— Se ha ido, tu no te preocupes, me han recetado pastilla para controlarlo — Sonrió el rubio, separandado sus cuerpo unos centímetros, solo para ver el raptor lloros de su hermano.

— Estoy tan feliz, pensé que no te volvería ver Gustabo — Hablo entre susurros, enterrando su nariz en el cuello del rubio.

Un instinto que le fue enseñado por su madre. Un instinto bastante inútil al ser Beta.

— Yo también estuve encerrado, gracias — Se escuchó en la otra de la habitación, específicamente donde estaba el Alpha, vistiéndose con su traje y pistoleras.

— Se le extrañó bastante a usted, super — Comentó divertido el Beta, separándose del rubio y caminar hacia el pelinegro — Aunque... ¿A usted por qué se le encerró? Los EMS no me han dicho absolutamente nada, según ellos, soy un rango muy bajo, ja — Río por lo último, recordando como en todas sus visitas los enfermeros le negaba cualquier tipo de información.

𝙻𝚘𝚟𝚎 𝚖𝚎 ▪️ 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚊𝚋𝚘 ▪️ GTA RoleplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora